La selección de Didier Deschamps se muestra sólida, rápida y contundente arriba. Sacó del Mundial a Messi y compañía y ahora a Suárez, Godín y Giménez. Está en las semifinales y apunta al próximo rival.

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6 de julio de 2018, 13:23 PM
6 de julio de 2018, 13:23 PM

Se abrazaron, consolaron a los uruguayos -cabizbajos aún en la cancha-, y luego corrieron hacia un costado para agradecerle a los hinchas franceses que habían llegado hasta el estadio y que resaltaban en medio de la marea celeste. Las semifinales ya eran una realidad y en medio de ese festejo aparecía Didier Deschamps, el técnico que se le colgaba a cada jugador a su paso, incluido al joven Kyliam Mbappé.

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La celebración era amena, mientras desde las gradas los galos cantaban la Marsellesa y gritaban “France, France.. France”. Había música todavía en el estadio de Nizhny Nóvgorov y en medio de ese cuadro era imposible no percatarse de las lágrimas de los aficionados charrúas –sobre todo los niños-. Los vasos de cerveza y de la gaseosa ya tirados en el piso, anticipaban que la fiesta estaba por bajar su telón.

Cada vez que Mbappé acelera, es una máquina. Foto: Fuad Landívar (Rusia)

“Gracias a toda la gente y a mis compañeros”, alcanzó a decir Diego Godín aún con el espíritu arriba pese al golpe. El que se derrumbó fue Giménez que lloraba y tuvo que ser ayudado para levantarse del piso. Hasta ahí el ‘Maestro’ Tabárez ya había ingresado a vestuarios para luego dirigirse a la conferencia de prensa pero mientras eso sucedía el resto de los miembros de su cuerpo técnico se felicitaban por el trabajo.

Aún en cancha, Antoine Griezmann consoló a Diego Godín y José María Giménez, sus entrañables amigos y compañeros en el Atlético de Madrid, mientras Olivier Giroud y el arquero Hugo Lloris , caminaban a paso lento con una sonrisa que delataba clasificación. Hubo aplausos y gritos de ovación no solo de su parcialidad, sino de los uruguayos que admitieron que el rival hoy fue superior.

Los uruguayos destrozados tras la derrota ante una Francia que fue muy superior. Foto: Fuad Landívar (Rusia)

Eliminó a Argentina con el 4-3 endosado en Kazán y este jueves, en Nizhny, se deshizo de Uruguay, dos rioplatenses que en la previa aparecían como rivales duros, difíciles de sortear para avanzar. Pero esta Francia tiene versatilidad, pasan rápido de la defensa hacia el ataque y cuando tiene la chance te liquidan. Tienen delanteros veloces como Mbappé y Griezmann y un hombre que molesta siempre como Giroud.

Varane marcó el primero para Francia. Lo hizo con un cabezazo bien colocado. Foto: Fuad Landívar (Rusia)

Mbappé es un jugador explosivo, que hoy estuvo tirado por derecha y que cada vez que tuvo el balón amagó corto, con una rapidez impresionante que puso en jaque a Diego Laxalt. Griezmann recorrió el frente, como un animal al asecho esperando a que salga la presa de su cueva para atraparla, aunque cuando marcó el 2-0 ayudado por el arquero Fernando Muslera, no lo festejó, optó solo por mirar arriba y agradecer.

En la previa no aparecía como serio candidato, es más, estuvo siempre detrás de España, Alemania, Brasil y hasta Argentina, pero tras eliminar a los dos colosos rioplatense el panorama hoy para Francia es otro. Ya se aseguró los dos partidos que faltan de la Copa aunque van por la final que sería la llave para volver al trono que ya ocuparon en 1998 cuando fueron locales. “La ilusión la tenemos”, dijo Deschamps.

Tras el duelo el festejo se trasladó al Fan Fest porque luego jugaban Uruguay y Brasil de donde iba a salir el próximo rival. Obviamente y como lo manifestaron varios periodistas, no quieren a Brasil.
Las cervezas volvieron en ese sector a manos de los galos, al fin de cuentas el festejo hoy vale
la pena porque disfrutan de una selección que sorprende. ¿Quién más después de Argentina y Uruguay?