Wálter Nosiglia, padre, contó la odisea que vivió tras el accidente de su hijo Wálter Jr., que recién recuperó la conciencia 13 horas después, cuando estaba en la clínica Anglo Americana (Lima). “Ya pasó lo más duro”, dijo

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11 de enero de 2019, 9:52 AM
11 de enero de 2019, 9:52 AM

No ha dormido nada. Se nota en su rostro y es lógico, son las 14:30 (hb) de ayer y recién le acaban de informar que su hijo está fuera de peligro. Se lo nota feliz, con los ojos llorosos. Lo primero que afirma Wálter Nosiglia, padre: “Temí lo peor”, pero por suerte ya pasó y lo que queda es la recuperación. Wálter Jr. ya está mejor de la cabeza y ello es buena noticia, pues tras su accidente el miércoles alrededor de las 8:30, recién recuperó la conciencia 13 hora después, cuando ya había sido trasladado desde San Juan de Marcona hasta la clínica Anglo Americana, de Lima.

El ‘Lobo del Desierto’ se enteró de que DIEZ está afuera de la clínica y sale a recibirnos. Lo primero que hace es agradecer por la preocupación de la prensa boliviana. Explica que no podemos ingresar, por reglamento interno. Asegura que ahora está feliz, luego del peor susto de su vida. “No sabía qué pensar cuando lo vi en el suelo, inconsciente. Realmente estaba mal”, explica el piloto, que para cuidar a su hijo decidió abandonar el Dakar. La caída se dio en el kilómetro 21 de la tercera etapa, que unía San Juan de Marcona y Arequipa.

 

Imagen de la radiografía de Wálter Jr. que muestra el antebrazo derecho fracturado.

La imagen de Wálter Jr. en ese momento fue dura, pues estaba inconsciente con su antebrazo derecho doblado en sentido contrario producto de la fractura de radio y cúbito. Y lo peor de todo es que parecía que se iba de este mundo, pues no podía respirar. El primero de los pilotos en verlo en ese estado fue el argentino Franco Caimi, luego apareció su compatriota Luciano Benavídez. Ambos quedaron traumados por esa imagen, y fueron los que dieron la alarma a la ASO para que un helicóptero evacuara inmediatamente al piloto boliviano.

Lo que vino después fue desesperación. Daniel Nosiglia llegó al lugar y la primera decisión fue abandonar la competencia para luego alzar a su hermano para sacarlo de la zona donde aún pasaban las motos. Después apareció Wálter, padre, que también decidió dejar de lado la prueba, no sin antes convencer a Daniel para que continúe en carrera.

Así, el helicóptero de la organización del Dakar llevó a ‘Waltico’ al vivac de San Juan de Marcona. Pero la desesperación fue mayor en Wálter, padre, cuando no hubo campo para que vaya con su hijo. Así las horas se hicieron eternas. El Lobo tuvo que salir a la carretera y hacer un recorrido de regreso al campamento de 100 kilómetros. “Ahí me desesperé. No sabía cómo iba a encontrar a Waltico, que seguía inconsciente”, sostuvo.

Pasaron las horas, el accidentado ya había hablado con varias personas por su celular y había preguntado varias cosas, pero la preocupación se hizo mayor cuando volvía a preguntar por lo mismo, olvidándose de lo que había dicho. “Por ese motivo decidimos llevarlo a Lima y no a Arequipa. Una vez en la clínica Anglo Americana, cuando eran las 22:00, recién comenzó a tener conciencia de lo que le había pasado. Me preguntó ¿por qué yo no había seguido corriendo? para luego lamentarse por lo que le sucedió”, manifestó el Lobo del Desierto, que un día antes había quedado de noveno en la general de cuadriciclo. Su hijo, Wálter Jr., también había hecho una excelente carrera, con el puesto 15 en la etapa y el 18 en la general de motos. 

Sobre la causa del accidente no se sabe nada, y al parecer no se sabrá nunca, pues Waltico no recuerda nada. Sí esa zona era peligrosa para los competidores, con bastante polvareda, arena suelta y neblina, ingredientes que vuelven a las dunas temibles. En esa jornada, el miércoles, también hubo otros accidentes, aunque el del boliviano fue el peor de todos.

Acompañará a Daniel

El Lobo del Desierto, que descartó cualquier posibilidad de reengancharse porque no es una figura que se contempla en cuadriciclo, explicó que su esposa se encargará de cuidar a Wálter Jr., mientras que él viajará a Arequipa para estar al lado de Daniel. “Él también me necesita”, afirmó.

Minutos antes de esta entrevista, Daniel le habló a su padre para explicarle que es difícil concentrarse luego de verlo a su hermano en ese estado, y que por ello había corrido la cuarta etapa cuidando más el físico. “Lo entiendo, pero irá mejorando”, concluyó el Lobo.