La falta de mercado condiciona la venta de 30.000 quintales de la fibra textil vegetal de la cosecha de 2019 que aún permanecen en los depósitos de las desmotadoras

21 de junio de 2020, 11:04 AM
21 de junio de 2020, 11:04 AM

Acorralados. Así, el presidente de la Federación de Productores de Algodón (Fedepa), Jesús Arce, simplificó la profunda crisis que afronta el sector debido a la falta de mercado para colocar los 30.000 quintales de la fibra textil vegetal de la cosecha de 2019 que aún permanecen en los depósitos de las tres desmotadoras que operan en Santa Cruz.

Entre los productores cunde la desesperación porque al saldo existente se debe sumar la producción de la cosecha de la presente gestión que registra un 10% de avance. En promedio, al presente, se recogió de los campos 3.000 quintales. “La falta de mercado y de efectivo está ‘liquidando’ al sector”, apuntó Arce.

En ese contexto, el dirigente pidió a las autoridades de los tres niveles de Gobierno privilegiar en las compras lo ‘Hecho en Bolivia’ para desahogar los depósitos y generar flujo de circulante en la economía sectorial. Enunció que la industria TSM fabricó barbijos de tres capas reutilizables con alta impermeabilidad y bajo estándares de  seguridad recomendados a escala internacional. 

“Al ser lavables la durabilidad esta garantizada, por tanto abarata la inversión. Asimismo, está en condiciones de producir sábanas y ropa de uso hospitalario, tan necesarias para afrontar la emergencia sanitaria que golpea a nuestro país y al mundo”, reflexionó Arce.

Sabiendo la necesidad e intención de compra de barbijos, Arce pide tomar en cuenta la producción local en la adquisición, asegurando que están hechos en una industria que transforma algodón nacional y ocupa mano de obra local. “La iniciativa se puede extender a los talleres de confección y así damos oportunidad de trabajo a miles de personas y apoyamos la reactivación de la economía local y nacional”, concluyó.

En mayo, de manera excepcional, el Gobierno autorizó al Comité Nacional de Bioseguridad realizar ensayos de semillas transgénicas de maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya. La producción con semilla genéticamente modificada (OGM), conocida como transgénico, será destinada al abastecimiento del consumo interno y las exportaciones.

El Decreto Supremo 4232, en su artículo uno da vía libre para que en Bolivia se trabaje con semillas transgénicas, que luego de evaluaciones en campo, permitirán elegir nuevos eventos. A la fecha, en el país solo se trabaja con un evento para soya, resistente al glifosato (un herbicida).

El jueves, el Gobierno presentó un plan de reactivación económica del sector agropecuario cuyos resultados se prevén para los próximos seis meses a dos años y que toma en cuenta el plan de generación de empleos, según explicó la ministra de Desarrollo Agropecuario, Eliane Capobianco.

El plan, que pretende reactivar la producción agropecuaria en el país, también está contemplado en el programa de empleos. Así, los productores agropecuarios se beneficiarán con el plan empleo para que las familias tengan ingresos en actividades primarias de transformación, distribución y comercialización.