La reguladora remarcó que la baja morosidad del sistema financiero boliviano "refleja la buena calidad de la cartera, denotando que el riesgo crediticio se mantiene en niveles normales, controlados y absolutamente manejables”.

23 de diciembre de 2022, 9:33 AM
23 de diciembre de 2022, 9:33 AM

El comportamiento del actual índice de mora, del 2,3% a noviembre, “algo mayor al nivel previsto originalmente”, se debe principalmente a la paralización de actividades por más de un mes en Santa Cruz, lo que perjudicó el funcionamiento normal de las actividades económicas de miles de personas tanto en este departamento como en el resto del país, informó el director general ejecutivo de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), Reynaldo Yujra, 

La autoridad recordó también en una nota de prensa que tras haber aplicado el mecanismo de la reprogramación y refinanciamiento en 2021 para los créditos diferidos en 2020, “era de esperarse algún nivel de incremento en la morosidad” de los créditos, ya que durante dos años la mayor parte de los prestatarios mantuvo “congelada” la calificación y el estado de sus créditos.

Actualmente, al haber concluido los periodos de prórroga y de gracia, casi la totalidad de estos créditos han normalizado el pago de sus cuotas, lo que faculta a las entidades financieras a clasificar en estado de mora a las operaciones con retraso en el cumplimiento de sus obligaciones, indicó la autoridad en una nota de prensa,

Sin embargo, durante el paro cruceño, el Gobierno consideró necesario aplicar una segunda medida de reprogramación, proceso que se lleva a cabo desde el 11 de noviembre de la presente gestión.

Esta determinación, emitida dos semanas antes de la fecha de finalización del mencionado paro, fue acertada y oportuna pues permitió que el indicador de morosidad que llegaba a superar el 3% en la penúltima semana del paro, sea controlada de manera efectiva, cerrando el mes de noviembre en 2,3%”, destaca la nota de prensa de Asfi.

El Informe de Política Monetaria del Banco Central de Bolivia (BCB) da cuenta de que la cartera diferida alcanzó su pico en noviembre de 2020, con $us 4.090 millones, tras lo cual descendió a junio de este año a $us 2.388 millones. La cartera reprogramada, por su lado, se disparó desde noviembre de 2020, cuando registró unos $us 1.290 millones, hasta llegar a $us 6.160 millones a junio de la presente gestión.

Yujra aseveró que las previsiones por incobrabilidad de cartera constituidas por las entidades de intermediación financiera, equivalentes a 143% del monto de la cartera en mora, dan cuenta de la gran fortaleza que tiene el sistema financiero boliviano para respaldar la calidad de la cartera.

El directivo resaltó, asimismo, que en el mercado boliviano los criterios para definir que un crédito se encuentra en mora son bastante estrictos con relación a los establecidos a nivel internacional, ya que en Bolivia se considera 30 días de retraso en el pago de cuotas, mientras que en otros países se toman 90 días o más.

“La baja morosidad del sistema financiero boliviano refleja la buena calidad de la cartera, denotando que el riesgo crediticio se mantiene en niveles normales, controlados y absolutamente manejables”, finalizó.