El ente emisor relieva que, pese a este contexto internacional adverso, la economía boliviana registró un crecimiento de 3,97% al primer trimestre de 2022, junto con la recuperación del empleo en el mercado laboral

28 de septiembre de 2022, 14:11 PM
28 de septiembre de 2022, 14:11 PM

El Banco Central de Bolivia (BCB), en su Informe de Estabilidad Financiera-Julio de 2022, destacó la solidez, estabilidad y resiliencia del sistema financiero boliviano frente a posibles choques adversos. 

En esa línea, el ente emisor resalta que la mayor actividad de intermediación financiera se reflejó en una mejora de los indicadores de rentabilidad, acceso y cobertura del sistema. Relieva que las utilidades alcanzaron a Bs 775 millones, con un incremento de 46% con respecto a junio de 2021.

Según el documento, el primer semestre de la presente gestión se caracterizó por un entorno macroeconómico global de incertidumbre, ocasionado por la aparición de nuevas variantes de Covid-19, pero sobre todo por el conflicto entre Ucrania y Rusia. 

“Pese a este contexto adverso, la economía boliviana registró un crecimiento de 3,97% al primer trimestre de 2022 que, junto con la recuperación del empleo y las medidas implementadas por el BCB y el Gobierno nacional, favorecieron la estabilidad y expansión del sistema financiero boliviano”, puntualiza.

Al cierre del primer semestre de 2022, la intermediación financiera mostró una mayor dinámica reflejada en un aumento de los depósitos y de los créditos. Por una parte, la confianza del público en el sistema financiero -detalla- incidió en un aumento de Bs 14.648 millones de los depósitos del público con relación a junio de 2021 (7,3%), particularmente en depósitos de personas naturales que crecieron en 10%.

El crédito creció en Bs 14.453 millones (7,4%), con una mayor canalización de recursos hacia el sector productivo y a vivienda de interés social. “Los desembolsos de cartera alcanzaron niveles similares a los registrados antes de la pandemia con un monto acumulado de Bs 44.894 millones, 31% más que en similar periodo de 2021”, describe el documento del ente emisor.

De acuerdo con el BCB, como resultado de la implementación oportuna de medidas por parte del BCB y del Gobierno nacional, los riesgos de crédito y liquidez se mantuvieron controlados

En el primer caso, el ajuste de los planes de pago de los prestatarios de acuerdo con sus posibilidades de generación de ingresos, se tradujo en un índice de morosidad de 2%, cifra que se encuentra entre las más bajas de la región.

En el segundo, el ente emisor mantuvo la aplicación de instrumentos de política no convencionales que, junto con sus ventanillas de liquidez, derivaron en un mercado de dinero sin presiones. 

Finalmente, las pruebas de tensión efectuadas reportan una alta resistencia de las Entidades de Intermediación Financiera (EIF) al riesgo de crédito y liquidez.

El desempeño del resto de mercados financieros fue positivo en un marco de retorno de la confianza de los inversionistas. En la Bolsa Boliviana de Valores, el volumen negociado tuvo un crecimiento destacable, mientras que los fondos de inversión se expandieron por el mayor dinamismo de los fondos abiertos. 

Por su parte, el aumento de las recaudaciones en el Sistema Integral de Pensiones trajo consigo mayores inversiones. De la misma manera, la dinámica de las compañías de seguro mostró un repunte no visto en los últimos años.

Con relación al sistema de pagos nacional, el BCB asegura que este operó de forma segura y fluida, permitiendo el procesamiento de las transacciones electrónicas de la economía. 

De esta manera, el sistema de pagos nacional movilizó un valor total de Bs 779.032 millones equivalente a 5,5 veces el valor del Producto Interno Bruto (PIB) y 7,3 veces el valor de los depósitos del sistema financiero.

El monto procesado en el sistema de pagos de alto valor, correspondiente a transacciones entre las entidades de intermediación financiera, registró un incremento de 16% (Bs 326.473 millones) con relación al primer semestre de 2021. 

Por su parte, el número de operaciones procesadas por las personas en el sistema de pagos minorista con Instrumentos Electrónicos de Pago, superó los 134 millones de transacciones, de los cuales 47% y 35% corresponden a transferencias electrónicas y operaciones con tarjetas, respectivamente.