Reconocen el perjuicio que genera a las industrias y a la economía del país, pero aseguran que la oferta ‘clandestina’ es más barata y les genera alta rotación

25 de septiembre de 2022, 4:00 AM
25 de septiembre de 2022, 4:00 AM


La venta clandestina de mercancías prohibidas se campea en tiendas de abarrotes y en algunas calles y avenidas de los antiguos mercados La Ramada, Abasto y Los Bosques. El contrabando está presente en todas las categorías de alimentos y productos de limpieza y para el hogar. 

“Es un ilícito y un ‘enemigo’ real para las industrias nacionales, todo el mundo lo sabe, y no acabará porque es un negocio que genera ‘jugosos’ dividendos a las redes de personas que se dedican al tráfico ilegal de mercadería, principalmente de Argentina y de Brasil, por la diferencia cambiaria de la moneda, y porque son productos con alta rotación por los bajos precios, lo que hace que los consumidores los prefieran sin importarles la calidad o si son garantizados para su salud”, expresó una comerciante en un puesto de venta sobre la calle Guarayos (La Ramada), al pedir el anonimato por temor a represalias.

Anotó que entre los gremialistas hay una disputa por la preferencia de los compradores, y que para competir recurren al contrabando, que les deja sacar ventajas en precio y generar ventas al final del día. “Hoy el cliente compra por el precio. Por decirle, prefiere un aceite argentino que ingresa por contrabando y vale Bs 10 el litro, frente a los nacionales que -dependiendo de la marca- varían de Bs 12 y 13 de la misma medida”, refirió la mujer, al complementar que la diferencia de valores también se refleja en arroz, harina, fideos, galletas, cervezas, pañales de bebé, detergentes, leche en polvo, entre otras líneas de productos. 

En la zona de La Ramada, por las calles Amboró, Guarayos, Sutó y Charagua se puede advertir abundante mercadería nacional y del exterior en las tiendas y calles. En el caso de la oferta extranjera, a decir de los propios comerciantes, en un gran porcentaje, es internada al país de Argentina, Brasil y Paraguay vía contrabando. 

Está tan enraizada esta actividad ilegal en este punto de la ciudad, al extremo que algunos contrabandistas ‘camuflan’ la venta de productos en ferias que funcionan en patios y garajes de viviendas. En estos lugares prevalece la oferta de productos argentinos y brasileños, cuya diferencia de precio es abismal, comparado con los producidos por manos bolivianas. 

Así, por ejemplo, la cuarta de galletas argentinas de la marca Surtidas (tres unidades) se vende a Bs 21, contra una bolsa de una marca local que se cotiza por Bs 10. El aceite argentino Indigo cuesta Bs 10 (litro), contra un nacional que varía de Bs 13 a 14; un kilo de arroz brasileño Brilhante, se cotiza a Bs 6; y de marca nacional se vende a Bs 8; el paquete de 12 unidades de las harina argentina La Florencia y Guadalupe, vale de Bs 50 a 58, y con sello boliviano, con igual cantidad, registra un importe de Bs 63. 

La venta de cerveza de marcas importadas, legales y de manera ilegal, es también notoria en tiendas de las calles en la zona de La Ramada. Refieren que el contrabando de cerveza disminuyó por los controles que ejerce la Aduana en poblaciones fronterizas con Argentina y Brasil. No obstante, prevalecen las marcas Skol, Zero Grau, Conti, Quilmes y Schneider que compiten en precios con marcas nacionales. Así, por ejemplo, el paquete de 24 latas de cerveza de la marca Conti está en Bs 82, frente a las nacionales, cuya diferencia es apreciable. 

El ‘contra’ y lo adulterado
En el antiguo Abasto, en el dialecto de los comerciantes, el tráfico y la venta ilegal de mercancías es más conocido como ‘contra’. Así, doña Felicia, comerciante que se negó a dar su apellido, comentó que en ese punto se abastecen de mercadería de proveedores formales y de contrabandistas. 

Aclaró que recurren a esto último para competir con sus pares y porque son más baratos y es eso lo que buscan los clientes, sin importar la procedencia. “Esta es la realidad. Los mercados están repletos de contrabando porque ganamos más”, expresó. 

Hizo notar que la diferencia de precio es lo que empuja a la gente a comprarlos. Así, por ejemplo, dijo que el detergente en polvo Zorro Plus, que ingresa de contrabando de Argentina, vale Bs 30 (5 kilos), frente a un nacional de 2 kilos que sale Bs 44. En el caso de los desodorantes de las marcas Nivea, Dove y Rexona señaló que las 12 unidades los proveedores formales las venden a Bs 118 y los contrabandistas a Bs 95. 

Aquí hizo un paréntesis para anotar que, en el caso, principalmente del champú de marca Sedal es adulterado. “Hay personas que rescatan los envases para falsificar el producto”, acotó Felicia, al indicar que por eso se venden a Bs 10, pero son ‘truchos’. Denotó que este y otros productos son comercializados por gremiales ambulantes. 

En mayo de 2021, el Centro Boliviano de Economía de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco) estimó el impacto del contrabando en la industria de alimentos y bebidas en $us400 millones aproximadamente equivalentes al 1% del PIB, en ocho categorías de alimentos (carne, arroz, harina de trigo, fideo, azúcar, bebidas no alcohólicas, cerveza y aceite).

El estudio del Cebec infirió que el impacto estimado del contrabando sobre la cadena de alimentos es cercano a los $us 300 millones y que no solo afecta a la industria alimenticia, sino a otros sectores económicos. Una de las actividades más afectadas es la agricultura cuya demanda disminuye en $us 100 millones por efectos del contrabando. 

Esto se da por su vinculación con la industria oleaginosa, sucroalcoholera y la molinería.

Según Javier Fernando Basta Ghetti, gerente Legal e Institucional de PIL Andina S.A., el contrabando en el sector lácteo se hace presente, principalmente, en leche en polvo con precios de productos que están por debajo del costo de la materia prima que utiliza la industria para elaborarla. “Las ventas de productos nacionales no se reactivan completamente, al contrario, han disminuido”, aseveró. 

Desde Cervecería Boliviana Nacional (CBN), el director de Asuntos Corporativos Ibo Blazicevic, indicó que el contrabando de cerveza comercializa hoy un volumen de más de 47,2 millones de litros, que representa casi el 20% del total de la producción nacional. 

Complementó que el contrabando de cerveza creció un 600% de 2013 a 2022, de acuerdo con la proyección del Estudio de Alcohol ilegal de Euromonitor. Estima que el tributo omitido debido al alcohol ilegal es de $us 118,3 millones, monto que afecta la recaudación tributaria boliviana. 

Para el gerente administrativo de Fábrica de Mermeladas y Caramelos Watts Casal, Juan Antonio Casal, el contrabando representa en la actualidad una de cada cuatro golosinas que se venden en una tienda de barrio y una de cada dos golosinas que venden los ambulantes.

Efectos y riesgos

Según la Cámara Nacional de Industrias (CNI), alimentos y bebidas son los sectores que encabezan la lista de afectados por el tráfico ilegal de mercancía. Subrayan que, en general, toda la producción nacional es perjudicada por este delito que pone en riesgo los 600.000 empleos formales que genera el sector y las 37.000 industrias que existen a escala nacional. 

Destaca que el daño que provoca el contrabando es enorme, no solo por el impacto económico sino por el debilitamiento de la institucionalidad y el crecimiento de la ilegalidad. Se estima que el impacto económico oscila de $us 3.000 a 3.500 millones anuales.