Recientemente, el Gobierno de transición cerró tres ministerios y dos embajadas, pero no tocó las erogaciones por la administración pública.

9 de junio de 2020, 14:45 PM
9 de junio de 2020, 14:45 PM

El Presupuesto General del Estado (PGE) aprobado por el anterior Gobierno, programó Bs 137.996 millones para gastos corrientes. De esa cantidad, Bs 42.713 millones son para el pago de salarios; es decir, un 31%, según un informe realizado por la Fundación Jubileo.

El tema del gasto estatal se ha puesto en debate en momentos en que el país vive una emergencia sanitaria por la presencia del coronavirus, que no solo afectó la salud de los más de 13.000 casos reportados, sino también los ingresos económicos del Estado y las empresas.

Tomando en cuenta este escenario, el Gobierno de transición anunció que realizará una serie de ajustes eliminando gastos innecesarios. Siguiendo esta lógica disolvió tres ministerios: el de Cultura, Comunicación y Deportes, además, de dos embajadas.

“Todo el dinero que se obtenga de esa reducción, irá para salud y para luchar contra el virus”, anunció la presidente, Jeanine Áñez.

Esto desató críticas de políticos y de otras personas que en las redes sociales observaron el cierre de esas carteras Estado debido al bajo presupuesto que reciben (Bs 245,7 millones entre los tres).

Pero,¿cuanto gasta el Estado realmente?

De acuerdo a las cifras de Jubileo, recabada de fuentes oficiales, el gasto corriente, aprobado por el anterior Gobierno, para este año llegó a Bs 137.996 millones. El dato representa un 65,4% del presupuesto total, que llega a Bs 210.911 millones.

Esto representa un incremento del 4,7%.

Los gastos corrientes constituyen los egresos recurrentes en la administración y operación de la entidad pública, como ser sueldos y jornales, mantenimiento de edificios, servicios básicos (luz, agua, etc.), transporte, publicidad, consultorías en línea, por producto.

También involucran el pago de interés por la deuda pública, las transferencias entre entidades para gasto corriente, transferencia a privados (pensión por jubilación, rentas vitalicias) y a organismos internacionales, pago de impuestos, regalías y tasas.

En su análisis, Jubileo sostiene que “los niveles alcanzados por estos gastos y su persistente crecimiento representan un riesgo latente de insostenibilidad de las finanzas públicas, considerando la verdadera disponibilidad de ingresos públicos”, los que nuevamente se reducen.

Solo en sueldos, para este año se programaron Bs 42.713 millones, casi un 31% del total de los gastos de administración del Estado.

René Martínez, especialista en presupuesto, señaló que todo el PGE se puede ajustar salvo algunas obligaciones como el pago de salarios a maestros, médicos, policías y militares.

“Hay varias cosas que se pueden mover. Un presupuesto es un techo, una programación y lo que está sucediendo ahora es una reducción de ingresos, por la crisis. No todo lo presupuestado tiene dinero”, señaló.

El experto recomendó evaluar el presupuesto asignado a las empresas públicas deficitarias que hasta ahora no rinden fruto.

Sobre el gasto corriente, señaló que hay que evaluar la burocracia dentro de la administración estatal que creció en el anterior Gobierno. Hay que analizar el gasto burocrático improductivo en todos los niveles del Estado”, recomendó.

Días atrás, la presidente Jeanine Áñez, ordenó al gabinete ministerial un análisis y una revisión "a detalle de todos los cargos innecesarios y todos los gastos absurdos que inventó el MAS y eran puro despilfarro".

Luego el ministro de Desarrollo Productivo, Óscar Ortiz, dijo que el Gobierno todavía evalúa el ahorro que tendrá el cierre de los ministerios y medidas para reactivar la economía del país.