Del 2021 al 2023 el valor subió de $us 1.589 millones a $us 2.848 millones, un 179% más. La importación de combustibles está detrás de la importación de suministros industriales.

3 de diciembre de 2024, 9:00 AM
3 de diciembre de 2024, 9:00 AM

En Bolivia, entre los años 2021 y 2023, el valor de las importaciones de combustibles se ha duplicado, según un informe del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) elaborado con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En lo que viene a ser el valor, el incremento es de $us 1.589 millones a $us 2.848 millones, un 179% más; mientras que el volumen por toneladas importadas es de 1.940.230 a 2.265.460.

El informe también indicó que entre 2014 y 2023, el valor por las importaciones de combustibles: gasolina y diésel, fue de $us 14.315 millones. Por otro lado, entre enero y agosto del presente año el valor de las importaciones de combustibles acumuló $us 1.594 millones por la compra de 1.326.538 toneladas.

En 2022, el valor por la importación del diésel registró un “récord histórico” de $us 2.110 millones. Y en 2023, las cifras por importación de gasolina alcanzaron un valor de $us 1.027 millones.

Los principales países de origen para la importación de diésel entre enero y agosto del presente año son: Argentina un 34%, Chile un 26%, Perú un 24%, Estados Unidos un 8% y Paraguay el 4%. En tanto, para la importación de gasolina son: Estados Unidos con un 37%, Bélgica un 23%, Argentina un 17%, Países Bajos un 16% y Perú el 3%, entre otros.

Tendencia

Gary Rodríguez, gerente general del IBCE, indicó que estas cifras muestran una tendencia declinante de las importaciones bolivianas de combustibles hasta septiembre.

“Las compras externas de combustibles y lubricantes hasta agosto habían caído un 7% en valor y el 2% en volumen, lo que quiere decir que tal disminución se debió no solo a una menor cantidad importada, sino también, a una baja de su precio”.

Por otro lado, ve que Bolivia se ha vuelto un gran importador, con el añadido de que más del 80% de las importaciones tiene que ver con equipos de transporte, insumos, bienes de capital y combustibles, que se precisan para producir bienes y servicios en el país.

“Los combustibles líquidos son, de lejos, el segundo mayor sector de importación, luego de los suministros industriales, así que no se puede dejar de gastar en ello, a no ser que se invierta para sustituirlos y producirlos acá, como se hace en parte con el bioetanol desde el 2018 y, desde este año, con el biodiésel a partir del Estado, aunque, hubiera sido preferible repetir la experiencia de la producción de etanol directamente a partir del sector privado; es más, en el IBCE siempre sostuvimos que la producción de biocombustibles en Bolivia debería ser por el empresariado y para sí mismo, sin intermediarios”, dijo Rodríguez.

En lo que se refiere a la libre importación de combustibles aseveró que “probablemente” las cifras no suban porque Bolivia depende de la importación del mismo.

“Para que las cifras de importación bajen debería ocurrir que: el precio internacional disminuya; se mejore la logística de importación; aparezcan dólares en el sistema; que la divisa no siga subiendo de precio en Bolivia; que la actividad económica, productiva, comercial y de servicios decaiga en el país”, acotó.

Un reciente reportaje del portal Bloomberg Línea (BL) señaló que “la condición mediterránea de Bolivia” ocasiona sobrecostos logísticos para los importaciones y exportaciones de entre $us 400 millones a 1.000 millones al año, situación que podría atenuarse si existen estrategias inteligentes y claras, y si se logra una estabilidad política, económica y libre de corrupción.

Según el informe, estos sobrecostos incluyen gastos en transporte, almacenamiento y seguros asociados al uso de puertos chilenos y peruanos como Arica, Antofagasta, llo y Matarani. Además, los paros laborales en estos puertos han provocado $us 500 millones en pérdidas.