El presidente de Cainco habla de un cambio de ciclo que plantea una nueva forma de organizar la economía nacional

10 de abril de 2022, 4:00 AM
10 de abril de 2022, 4:00 AM

​Fue reelecto para presidir en la gestión 2022-2023 la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), una de las instituciones empresariales más representativas e influyentes de Santa Cruz y Bolivia. Cuestiona las fiscalizaciones abusivas y pide al Estado que deje de competir con el sector privado. Ve el empleo como un tema crucial.


_ Nuevamente recibió la confianza de los asociados a Cainco, ¿qué temas quedaron pendientes y cuáles son los desafíos en este nuevo mandato?
Una lista de temas pendientes quedaría larga considerando que Cainco aglutina casi todos los sectores de la economía. Hemos estado trabajado por medio de 16 núcleos conformados por empresas de todos los tamaños. Ahí es donde se entiende la problemática de cada uno. Hablamos de economía real, donde se genera valor para las familias y la población, el mercado. Ahí es donde están las empresas y muchas son familiares. El núcleo de la sociedad y de la economía son las empresas familiares. Las familias llevan adelante la economía del país. Hay temas pendientes y seguimos haciendo las representaciones que correspondan. 

Un tema pendiente es el impulso de proyectos grandes, generadores de mercado. Proyectos que cuando se implementan generan iniciativas en su entorno. Por ejemplo, el hub Viru Viru. El momento que sea una realidad, vamos a empezar a tener industrias que se puedan asentar (ya tenemos muchas cerca) para aprovechar esa facilidad logística que vamos a tener, más allá de toda la inversión en infraestructura que se va a ir dando. El tema logístico para nosotros es muy importante porque tiene que ver con la competitividad de las empresas bolivianas. En un mundo tan conectado, no podemos estar tan desconectados. No se trata de crear empresas logísticas, sino invertir en infraestructura (es función del Estado) que pueda dar competitividad a las familias empresarias.
Otros temas pendientes son la metropolización y el sistema de transporte intermodal y son también inversiones públicas. Esos son los proyectos que vamos a impulsar. La idea es trabajar con todas las autoridades nacionales, departamentales y municipales. 

_Cumplido el primer trimestre del presente año, ¿cómo evalúa el desempeño sectorial postpandemia (qué sector transita el camino a la recuperación y cuál es el que registra inconvenientes para alcanzar dicho propósito)?
Voy a hacer una analogía entre lo que nos dicen y la realidad. Nos dicen que crecimos un 6,1% y es bueno. Crecer es bueno. Pero cuando nos comparamos con países vecinos vemos que el crecimiento es insuficiente. ¿Por qué?, por dos motivos. El primero, es que hay países (Argentina, Colombia, Perú y Chile) que crecieron por encima del 10%. El segundo es que somos el país que menos se ha recuperado en la región. Una cosa es el crecimiento y otra la recuperación. 

Si nos comparamos con 2019 todos los países se han recuperado más rápido, acercándose a los niveles de dicho periodo. Bolivia es la que más lejos está de los niveles de 2019. Esa distinción es importante. Cuando hacemos esa observación nos dicen Cainco no indica que estamos por encima de Uruguay. En crecimiento estamos por encima de algunos países. En recuperación estamos por debajo de los países de la región, excepto Venezuela. Estamos más lejos de llegar a los niveles de 2019 que el resto de los países.

Durante la pandemia hubo sectores que cayeron mucho, otros no tanto y otros crecieron. Los que no cayeron fueron la agricultura, comunicaciones y servicios de la administración pública. La industria manufactura, minerales metálicos y no metálicos, el comercio, electricidad y agua, construcción y los servicios a las empresas cayeron.

Si miramos lo que pasó en 2021 todavía estamos sin recuperación en la industria manufacturera, minerales metálicos y no metálicos. Estamos por debajo de 2019 en otras industrias, alimentos, bebidas y tabaco, construcción, servicios financieros. La mayoría de los sectores todavía está por debajo de 2019. Sí se han recuperado, pero no en los niveles de 2019. 

_Transcurrido más de un año de gestión del actual régimen de Gobierno, ¿cómo califica la gestión (luces y sombras)?
Es difícil evaluar una gestión de gobierno porque han pasado 500 días y no hemos conversado con ellos. Hablemos desde el punto de vista de lo que somos, familias empresarias. Hay políticas importantes; por ejemplo, el reintegro IVA. Es buena medida porque incentiva la compra de productos con factura y eso tiene impacto en el contrabando porque desde la demanda se exige factura. Otra medida importante fue la liberación del gravamen de IVA para la importación de bienes de capital para la industria. Esperemos que dure más tiempo.
Empecemos a contar las sombras. Acoso a las familias empresarias con fiscalizaciones y multas, Impuesto a las Grandes Fortunas (IGF) que ahuyenta la inversión y lo que recauda no alcanza ni para un mes de planilla del sector público, el Registro de Comercio (Fundempresa) que era algo eficiente que funcionaba y no entendemos hasta ahora por qué se lo llevaron al Estado y nos preocupa el déficit. Primero porque los ingresos no son los mismos que antes, pero porque limita el acceso a crédito de muchas familias. El sistema financiero no tiene la misma disponibilidad de recursos para otorgar créditos y está siendo, por las normas de ASFI, más selectivo en la colocación de créditos. Necesitan nuevas medidas para generar empleos, que faciliten la creación de nuevas empresas formales. Hay un universo enorme de emprendedores en la informalidad. Hay que ver la forma en la que los incentivemos para que vuelvan a la formalidad. Que no vean un problema de ser formal, sino más bien un beneficio.

_Usted afirmó que el Gobierno pone zancadillas por todos lados, ¿a qué se refiere?
Cupos para la exportación, por ejemplo. Por qué poner cupo a la soya cuando del total de la producción Bolivia consume solo el 20%. ¿Qué hacemos con el resto? Ponen cupos de exportación a la carne, un mercado que nos costó tanto conseguir. ¿Por qué, si hay sobreoferta? Ahora sale un decreto que regula la exportación de azúcar. Cupo al trigo. No producimos este cereal porque no somos competitivos; más bien se importa trigo. No hay, por ejemplo, y hablo del sector productivo, ninguna facilidad para ser más competitivo y mejorar la productividad con biotecnología. Miremos la paradoja, no producimos trigo porque no tenemos autorización para biotecnología, pero sí importamos trigo cultivado con biotecnología.
Hay muchas trabas para conseguir permiso, para formalizarse, para contratar personal, etc. Donde empecemos a mirar, cuando hay relacionamiento con el Estado, hay trabas a todo nivel: municipal, departamental y nacional. No necesitamos un gobierno empresario, necesitamos un Estado amigo del emprendimiento privado que genera ingresos y redistribución, entendida –no como meterle la mano al bolsillo a uno para darle al otro– sino generar las condiciones para tener más empleos de calidad.

_Usted dijo que el ‘modelo económico del Gobierno es del pasado’, ¿en qué lo sustenta y que señales deben darse para pensar en un cambio?
Los países que tienen una mirada más al mercado crecen más y se recuperan más rápido. Con relación a lo comentado por ministros coincidimos que no queremos volver al neoliberalismo 80/20, pero tampoco queremos 60/40 porque eso es mirar al retrovisor y no podemos seguir haciendo las cosas que hacíamos antes con un contexto y ciclo completamente distintos.
Un ciclo donde todavía tenemos impactos de la pandemia y empezamos a sentir los efectos de la guerra en Ucrania con altos precios de materias primas y del petróleo. Seguir pensando en que vamos a generar beneficios con el modelo del pasado es como darle ‘chicotazos al agua’. Eso no es volver al neoliberalismo, pero tampoco mantenernos con lo que estamos.
Hay que pensar cómo el Estado y el mercado pueden coexistir de la mejor manera posible. El Gobierno nacional, ingresando al mercado, ha usurpado espacios que le corresponden a las familias empresarias. Queremos un mejor Estado, que funcione en las cosas que le corresponden.
Por el lado del mercado. Nosotros decimos que necesitamos un 70% de mercado y un 30% de Estado. ¿A qué nos referimos con 70%? Donde la intervención del Gobierno sea para fiscalizar (no de forma abusiva) y donde exista regulación, no de manera excesiva. No necesitamos un Gobierno usurpe espacios que son del mercado. Lo que necesitamos es un mejor Estado y ahí vamos al 30%. Necesitamos que en ese 30% el Estado funcione en infraestructura para la logística, en salud, educación y en infraestructura para beneficio social. El Estado tiene que ser eficiente en lo que le corresponde. Necesitamos que el Estado esté en ese 30% haciendo inversiones públicas importantes. 

_¿Qué deben hacer los gobernantes para alinearse a ese contexto de cambio de ciclo?
Proponer una nueva forma de organizar la economía nacional. No podemos seguir pensando que vamos a gastar lo mismo que en 2014 o más cuando los ingresos del Estado han caído. En los últimos 10 años, el Estado les ha metido a las empresas públicas Bs 37.000 millones. Habría que preguntar, ¿cómo definieron dónde iban a invertir?, ¿bajo qué criterio?, ¿por qué no invirtieron en más carreteras?, ¿por qué no invirtieron en conectar la vía férrea oriental con la red occidental?, ¿por qué no canalizaron a proyectos de infraestructura que va a tener un impacto multiplicador para todas las familias?, ¿por qué seguir gastando en empresas deficitarias? Hay un cambio de ciclo. Tenemos que repensar dónde vamos a meter la plata para que genere resultados y un efecto multiplicador.

En la coyuntura actual, ¿cuál es la fórmula que debe seguirse para alcanzar esa mentada recuperación económica?

Es lo que proponemos, ese 70/30. Ese mercado tiene que funcionar cada vez mejor con apoyo del Estado con regulación, no sobrerregulación; con normas claras. No decimos tiene que haber ausencia del Estado en las empresas y en el mercado. No tiene que haber trabas, regulación no quiere decir trabas. Tiene que haber incentivos. Por eso decimos, necesitamos un Estado amigo de los emprendimientos y de las iniciativas privadas. Lo que necesitamos es una Bolivia que funcione. El 70/30 no es un número, es un principio.

_La COB pide un ajuste del 7% al salario básico nacional y un 10% al salario mínimo nacional y el Gobierno dejó abierta la posibilidad de un segundo aguinaldo este año, ¿están en condiciones de atender la demanda?

Todos los años la misma historia, una danza de números. El número no es el fondo. Todos los años hemos venido aguantando incrementos salariales discrecionales e impuestos. Además, no son equitativos. Todos los años sale el decreto el 1 de mayo que dicta el incremento salarial; luego sale otro decreto que discrimina el pago a solo aquellas empresas públicas que han tenido utilidades los últimos cinco años. Excluyen a las que presentan pérdidas e incluyen a las que tienen utilidades.

De 2015 a 2019, el empleo formal ha disminuido, según datos oficiales, en 100.000 fuentes de empleo. ¿Por qué?, por políticas rígidas en el sector formal. La gente tiene que trabajar, entonces se ocupa en el sector informal. Hay que buscar fortalecer el empleo y no la ocupación. Son dos cosas aparte. Un incremento salarial no es factible porque Bolivia es el país que menos se ha recuperado en Sudamérica. Muchos sectores no han llegado a niveles de 2019; además la inflación es menor también.

_¿Cuáles son los efectos del contrabando en la operación de las empresas del sector?
El contrabando está matando a la industria nacional; lo más preocupante, está matando empleos. Nos preocupa que la lucha contra el contrabando está dirigida hacia el formal. El daño a la industria nacional es terrible. El sector que menos se ha recuperado es la industria; el contrabando los está desangrando. El problema más serio con el contrabando es que limita la generación de empleo. Hay un dato con respecto al superávit comercial. Lo que no contamos son dos cosas: el incremento en exportaciones viene por un repunte en precios y, en el tema de la importación, si sumamos el contrabando volvemos a un déficit comercial.

_Se dice que en la CEPB quieren un dirigente del occidente porque los cruceños no han logrado acercamiento con el Gobierno, ¿qué opina al respecto?
No he escuchado ese comentario y la verdad, hacer un comentario sobre comentario, no es responsable. Cainco no está afiliada a la CEPB hace mucho tiempo y lo que se quiere en todas las instituciones es tener gente que trabaje por el sector, no solamente que logre contactos o acercamientos.