El nuevo director del JICA conoce de cerca Bolivia. Hace 20 años llegó a un país pobre. Hoy vuelve a uno que creció, pero asegura que hay mucho por hacer y que Japón está dispuesto a ayudar a una nación amiga

24 de julio de 2022, 4:00 AM
24 de julio de 2022, 4:00 AM


Hace 20 años, un joven Keisuke Ito dejaba Bolivia y regresaba a Japón. Muchas cosas cambiaron durante ese tiempo, pero su espíritu solidario sigue intacto. Nuevamente está en el país, ahora como director de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA).

_ ¿Cómo ve a Bolivia después de volver tras 20 años?
Estoy agradecido por volver a trabajar y ver que tuvo un desarrollo magnífico en varios sentidos. Estuve viviendo en Santa Cruz por un año y medio y no había muchas cosas fuera del tercer anillo. Ahora hay shoppings y de todo. Hay mucho desarrollo en la ciudad, igual que en La Paz en donde estuve tres años. Se redujo mucho el índice de pobreza y pobreza extrema. El país se viene desarrollando mucho, pero creo que hay desafíos por hacer, y el JICA puede ayudar mucho. 

_¿En qué pueden apoyar?
En muchas áreas. En este momento el sector salud por el tema de la pandemia. Históricamente, JICA ha apostado bastante por este sector desde 1978, la primera cooperación fue la construcción del hospital y el instituto de gastroenterología en La Paz, con financiamiento no reembolsable; es decir, la construcción, su equipamiento, más capacitación y formación de sus recursos humanos. En Santa Cruz construimos el Hospital Japonés, en Trinidad el Hospital Materno Infantil y otros hospitales.
Desde 2001 comenzamos a fortalecer la red de salud pública, para que llegue a la mano de la gente, no solo los hospitales de tercer nivel, porque mucha gente vulnerable no podía acceder al servicio de salud pública.
Comenzamos con este programa en Santa Cruz y después del análisis técnico iniciamos labores en Tarija, Chuquisaca,y el resto del país. Así reducimos el índice de la mortalidad materno infantil que se bajó en estos 20 años.
Llegó la pandemia y todavía hay mucho por hacer. Primero ver cómo ofrecer más servicios y mejorar la calidad. Hay que trabajar en estos dos ambos aspectos.
Ahora queremos fortalecer los servicios de los hospitales de cuarto nivel, no solo por el tema de la pandemia, sino porque hay otras enfermedades acá, como cáncer y demás. Estamos listos para apoyar en una formación técnica de los recursos humanos.

_¿Qué otros sectores son claves para JICA?
Bueno el sector agropecuario, históricamente ha sido apoyado por el JICA. En 1899 llegaron los primeros migrantes y después de la Segunda Guerra Mundial se asentó otro grupo, como las colonias de Okinawa y San Juan. Ellos se siguen dedicando a la agricultura, hemos apoyado el desarrollo agropecuario de Bolivia, no solo de las colonias.
Trabajamos en fortalecer las cadenas de valor del sector agroambiental. Porque el mejoramiento de las parcelas de arroz, trigo, frutas y hortalizas, no necesariamente garantiza un mejor ingreso.
Queremos cooperar en especial a los pequeños productores rurales. Tenemos una herramienta para orientarlos hacia una agricultura de mercado con el mejoramiento de la cadena de valor.
Estamos trabajando en los Valles cruceños: Samaipata, Comarapa, Vallegrande. Pero no solo en Santa Cruz, sino en el Altiplano donde hay muchos pequeños productores que tienen ingresos mínimos y su cultivo principal es la quinua. Antes hubo un boom de este grano y muchos otros países quería importar quinua y se expandió el cultivo, pero de manera no sostenible.
Tenemos un proyecto en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y la Fundación para la Promoción e Investigación de Productos Andinos (Proinpa) que es una ONG sin fines de lucro para realizar una investigación científica. Además, estamos trabajando con cuatro universidades japonesas para fortalecer la sostenibilidad del cultivo de quinua porque Bolivia tiene mucha potencialidad de exportación de producto.
Para exportar a Japón hay que mejorar la calidad. Y hace unos días llegó un experto de sanidad animal que era director en el Ministerio de Agricultura de Japón. Entonces, compartimos conocimiento y experiencia, si Bolivia quiere exportar carne que se puedan saber las condiciones. 

_¿Hay condiciones para exportar carne a Japón?
Sí, pero si tienen aftosa no pueden. Acá la controlaron con vacunación, pero con vacunación no se puede exportar a Japón. Chile puede, Uruguay también, muchos países quieren exportar a Japón, Paraguay quiere hacerlo tratando de cumplir las condiciones.

_¿Qué otras oportunidades ven en el país?
Históricamente hemos trabajado con el sector energía, en especial la renovable. Ustedes tienen hidrocarburos, Japón no lo tiene, y en algún momento este recurso se acabará. Hemos visto que el Gobierno quiere cambiar la matriz energética hacia una energía más renovable, entonces hay un proyecto en el que estamos trabajando que es la energía geotérmica.
Otro sector en el que estamos interesados es el de los recursos hídricos, como el agua que es muy importante, pero es limitado y existe contaminación.
Queremos apoyar a las personas con capacidades diferentes, hace 10 años cooperamos para establecer un registro único para brindar ayuda a esas personas y queremos fortalecer ese trabajo con la ayuda de los voluntarios. Tenemos un programa de JICA, son profesionales jóvenes y vienen a ofrecer su ayuda a las comunidades.
Por el Covid la mayoría se fue a Japón, pero ya están retornando. Ya cinco han vuelto y a lo largo del año esperamos tener 20, y llegar a 80 voluntarios que van a trabajar muy directamente con las comunidades.