Según la CNI, las empresas del sector experimentaron una anémica recuperación en sus actividades económicas, pero insuficiente para alcanzar el nivel de actividades de 2019. Desahucian un incremento salarial

12 de abril de 2022, 4:00 AM
12 de abril de 2022, 4:00 AM


Las señales de recuperación de la actividad productiva y comercial en el sector industrial del país es dispar y ‘eclipsada’ por la presión inflacionaria importada que genera sobrecostos en la operación de comercio multilateral.
Así, desde PIL Andina -la mayor industria del complejo productivo lácteo del país- afirman que en el primer trimestre de este año crecieron en volumen un 3,9% en comparación con el año anterior. 

Dejan entrever que si bien se presenta una ‘importante’ mejora; aún no han llegado a los volúmenes de 2019 que cayeron más del 15% por efectos de la pandemia y, posteriormente, por los impactos negativos del contrabando. “Aún no llegamos a recuperar los volúmenes de gestiones pasadas, tomando como referencia 2019. Esto imposibilita tener un adecuado nivel de utilización de nuestras líneas productivas”, exponen. 

El efecto postpandemia, a juzgar por PIL Andina, ha desordenado toda la logística en el mundo, lo que viene generando sobrecostos para todas las industrias, cuyo efecto mayor -ser un país mediterráneo- implica realizar un doble esfuerzo para exportar e importar insumos.
Por otro lado, refieren que este año se han visto más impactados por la crisis geopolítica que viene generando nuevos incrementos en materiales como hojalata, y otras materias primas e insumos.

Carlos Vargas Exeni, gerente de Finanzas y Administración en Alicorp -multinacional de consumo masivo-, dio a conocer que los actuales niveles de producción y venta han alcanzado a los de prepandemia en algunas categorías; sin embargo, dijo que existen otras en las que siguen trabajando para estabilizarlas, debido principalmente al contrabando.

Pese a las dificultades que trajo la pandemia, Vargas anotó que la apuesta de Alicorp es seguir invirtiendo en el país. Por eso, insinuó que desde el inicio de 2022 trabajan en la diversificación de su portafolio de consumo masivo, para responder a las cambiantes necesidades de los consumidores y el mercado. “Nuestra propuesta de valor es acercar a los consumidores productos de alta calidad a precios competitivos”, indicó. 

Desde Droguería INTI -compañía que opera en la industria farmacéutica del país-, el gerente general Ronald Reyes, afirmó que mantienen el liderazgo en el marketshare del sector farmacéutico en el país. Durante el trimestre de este año, dijo que han potenciado sus canales de venta y distribución para alcanzar nuevos lugares y seguir llevando salud a las familias. 

Respecto a si advierten un impacto o presión inflacionaria en el entorno nacional, Reyes dijo que la presión inflacionaria la están importando los proveedores del exterior, ya que, muchos productos llegan con una variación de precios, principalmente de materias primas que se utilizan en la fabricación de diversos productos. 

“El incremento del precio del petróleo y los minerales debido al conflicto bélico en Europa también está limitando la compra y provisión de materia prima. A esto se debe añadir que, si bien el contrabando está regulando la inflación del país con mayor oferta de productos a precios más económicos esto, está afectando a varias empresas legalmente establecidas en el país”, mencionó Reyes.

Capacidad de resiliencia

Desde Cervecería Boliviana Nacional (CBN), el director de Asuntos Corporativos, Ibo Blazicevic, afirmó que están en un camino de resiliencia y con la economía volviendo de a poco a la normalidad, y esto incluye a las actividades masivas, lo que les permite estar medianamente optimistas.
Hizo mención de que el sector cervecero ha sido uno de los más golpeados por la pandemia, las medidas de distanciamiento social para contener su avance y el contrabando. Sin embargo, insinuó que la capacidad de resiliencia de CBN, frente a un escenario adverso en 2020, hizo que todavía fuera la empresa del sector privado que más contribuyó con impuestos a las arcas del Estado boliviano. 

El 2021, de acuerdo con Blazicevic, ha sido un año dedicado a la recuperación y han tenido un aceptable desempeño. Sin embargo, relievó que volver a los niveles anteriores, no solamente a la pandemia, sino previos a la crisis social y política que vivió el país a finales de 2019, tomará un tiempo.
Acerca de si hay o no una presión inflacionaria en el país, Blazicevic hizo notar que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística la inflación alcanzó el año pasado un 0,9%. “CBN ha contribuido a esta estabilidad, ya que los precios de su portafolio de productos no se han incrementado. Al contrario, algunos calibres de nuestra marca insignia, Paceña, han disminuido”, anotó el ejecutivo. 

En cuanto al desempeño de Clara Bella en lo que va del año, el gerente general Roberto Arce, afirmó que la industria láctea tuvo que competir en el ‘pequeño’ mercado departamental de Santa Cruz no solo contra el contrabando, también con una multinacional que opera en el mercado nacional y otras empresas lácteas que operan en el mercado local. “Es más al ver que el mercado busca productos baratos salieron los sucedáneos (imitación de peor calidad que el original) que no pueden ser llamados lácteos, pero al confundir a los clientes con etiquetas que muestran vaquitas y campos verdes engañan a los consumidores y crean una competencia engañosa”. 

“Estas competencias, más la preferencia marcada en los subsidios para la producción estatal, ha creado una baja considerable en las ventas de todas las empresas pequeñas y medianas del país”, puntualizó Arce.
A decir de Luis Sánchez, gerente comercial de La Francesa, los volúmenes de producción han retornado al periodo prepandemia, pero los precios de venta han bajado y los costos de producción escalado afectando las utilidades. “Hay una presión inflacionaria por el lado de los costos de producción y se debe al stock en la logística de transporte que significó la pandemia y los efectos de la invasión de Rusia a Ucrania”, mencionó. 

Balance sectorial

Al cierre de 2021, acorde con la Cámara Nacional de Industrias (CNI), las empresas experimentaron una anémica recuperación en sus actividades económicas, pero insuficiente para alcanzar el nivel de actividades de 2019. Estima un crecimiento del PIB industrial en alrededor del 5% en 2021, cuando en 2020 decreció -8,35%.

Citan que la situación adversa se profundiza por la pandemia, la crisis internacional de contenedores y el contrabando (y ahora los efectos de la guerra) que vienen afectando al aparato productivo nacional. En 2021 cerraron 462 industrias, 13% más que en 2020.
Según la CNI, las industrias se encuentran con problemas de iliquidez y en alta incertidumbre por el tema del incremento salarial del 10% al salario mínimo nacional y el 7% al haber básico, además del posible segundo aguinaldo. “La situación del sector industrial es de extrema preocupación”, dicen.

En 2021, el recuento de la CNI indica que las industrias del sector alimentos aún no alcanzaron el nivel de actividad económica de 2019. “El contrabando y las importaciones de alimentos de Brasil, Argentina, Chile y Perú, impulsados por la devaluación de sus monedas, vienen cobrando mayor mercado en desmedro de la producción nacional”, advierte la organización empresarial.

El pasado mes, la cumbre para la reactivación económica y productiva planteó que la economía debe crecer en base al esfuerzo público y privado: a dos motores, generándose incentivos y condiciones de seguridad jurídica y estabilidad macroeconómica para la iniciativa privada. Las empresas privadas en Bolivia en 2021 registraron extrema iliquidez producto de la caída en sus ventas.

Tags