Después de un mes de haber abierto sus puertas al público, tras la pandemia y el incendio registrado, las ventas no levantan. El flujo de turistas son sus principales consumidores, cuyas ventas sustentaban el 70% de su producción

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23 de octubre de 2020, 14:44 PM
23 de octubre de 2020, 14:44 PM

Lejos quedaron los días en que sus pasillos estaban abarrotados de turistas comprando sus trabajos hechos a mano, cargados de valor cultural de Santa Cruz y del resto del país. Hoy, los propietarios de los locales La Recova, a pocos metros de la plaza 24 de Septiembre, están sentados en sus puestos mirándose unos a otros y conversando a la espera de que alguien ingrese a apreciar y comprar sus artesanías.

La Unión de Artesanos de Santa Cruz (Unarcruz), albergados en el paseo denominado La Recova, aún no siente la ansiada reactivación económica. Ellos sufrieron dos golpes fuertes este año: la pandemia y un incendio que consumió siete casetas, ubicadas en el ingreso sobre la calle Libertad. Con el esfuerzo de todos los socios se ha logrado refaccionar y habilitar los locales dañados, manifestó el presidente de Unarcruz, Carlos Padilla.

Sin embargo, no hay buenas noticias en las ventas. "Está muy silencio, las ventas han bajado mucho; solo se vende, como decimos, 'para la olla', para sobrevivir", afirmó. 

Agregó que los turistas son sus mayores compradores o clientes, pero al igual que el turismo y la hotelería, han sido golpeados fuertemente por la pandemia del coronavirus, por lo que estiman que el próximo año recién se sienta un poco de alivio económico.

Los 51 socios, aunque algunos aún no han reabierto sus locales porque son personas adultas mayores, debido a que están cuidando su salud por la pandemia, han decidido llevar a cabo promociones y descuentos para impulsar las ventas. Los viernes y sábados los productos tienen entre un 10 y 20 por ciento de descuento

Actualmente, La Recova está abierta de lunes a sábado, pero en la medida que la cuarentena se flexibilice aún más y las autoridades locales lo permitan, abrirá sus puertas también los días domingos para que pueda acudir la población.

Expenden productos hechos a mano, como bordados en tela, en cuero, así también bordados chiquitanos. También tallados en madera, vidrio y piedra, joyas de plata con la piedra la bolivianita, entre otros. Esto permite el sustento de 150 familias.

Pablo Obreque, uno de los 51 socios de Unarcruz y parte del directorio, dijo que, a pesar de la situación adversa por la que atraviesan los artesanos, no pierde el optimismo y la esperanza de que vendrán días mejores y que La Recova volverá a estar llena de turistas, como antes de la pandemia.

Obreque se caracteriza por trabajar distintos tipos de piedras, y conocer el valor y la energía que posee cada una de ellas.