Competencia. Un orientador tiene que ser capaz de visualizar el contexto en el que se mueve la firma, viendo cómo está el mercado actual y a futuro, y las tendencias globales

El Deber logo
19 de febrero de 2019, 4:00 AM
19 de febrero de 2019, 4:00 AM

Una interrogante que se puede presentar en una organización es si es conveniente contar con un consultor de empresas. Para determinarlo, se deben considerar varios aspectos relacionados con la función que desempeñarán. Los asesores además tienen que utilizar herramientas que den objetividad a sus criterios, y que sean medibles y demostrables. También deben respetar a la estructura de la organización, no inutilizando o deplorando algunas funciones o cargos.

A decir de Enrique Ferreyra, director de Consulters-Home, cuando las empresas solicitan un servicio externo de consultoría es generalmente por alguna necesidad que está en incapacidad de resolverlo internamente, posiblemente por la falta de experiencia, conocimientos, herramientas o porque requiere imparcialidad y objetividad en sus decisiones.

Según Ferreyra, los consultores de empresas deben tener algunas competencias como la empatía, ya que tienen que ubicar la meta que pretende alcanzar la organización o el problema que se pretende solucionar de manera integral, no solo con un enfoque en los procesos.

Para el experto, un consejero jamás debe quitar autoridad a las personas de la estructura de la empresa, aprovechar su rol para hacer que las personas hagan su trabajo y no vender algo que con el tiempo generará problemas porque la lógica dice que no está bien.

Al respecto, Cecilia Peredo, jefa de operaciones de Cainco, manifestó que un orientador tiene que ser capaz de visualizar el contexto en el que se mueve la empresa, viendo cómo está el mercado actual y a futuro, y las tendencias mundiales del sector en el que desarrollará su trabajo.

Una de las competencias que un consultor debe tener, según Peredo, es la creatividad. La búsqueda de alternativas, cambio y generación de nuevas ideas permite proponer soluciones diferentes, además de presentar alternativas innovadoras, prácticas y alcanzables para la organización.

Un asesor también tiene que ser analítico, ya que la buena observación y análisis es el que soporta sus propuestas. Además, debe ser organizado, puesto que será capaz de distribuir el trabajo en etapas, actividades, tareas y pasos, y establecer los plazos y los recursos necesarios, repartiendo adecuadamente las responsabilidades, sostuvo la ejecutiva.

Tags