Incursión. El Grupo Landicorp develó los detalles de Alina, una fábrica de galletas con sello nacional que tiene una agenda de inversión de $us 12 millones en su expansión

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21 de enero de 2020, 3:00 AM
21 de enero de 2020, 3:00 AM

En la zona norte de la capital cruceña se levanta una infraestructura cuya obra se hizo espacio en más de 5.000 puntos de venta, a poco de cumplir un año de operación. “La calidad tiene un nombre”, afirman los trabajadores que siguen de cerca el trabajo de la tecnología italiana aplicada en esta industria de alimentos. Ese nombre es Alina, especializada en la fabricación de galletas, y está trazando una red que busca conquistar los mercados del país (la tarea en Santa Cruz está hecha).

Alina es ‘la hija’ más joven del Grupo Landicorp. Ideada por el empresario Hugo Landívar, esta marca desarrolló un portafolio de 18 productos (que se dividen en tres líneas de producción) a los que en 2020 se sumarán otros seis en busca de dinamizar el consumo de la población, según la gerente general, Karla Fernández.

Para consolidar su expansión la firma tiene en agenda invertir $us 12 millones en el corto plazo. La planta de 1.400 m2 trabaja al 35% de su capacidad, por lo que está lista para generar nuevos negocios y empleos. Actualmente en la empresa laboran 60 funcionarios y otros 100 han estado ligados a su puesta en marcha.

“Nuestro producto es diferenciado, ya que como fábrica boliviana incursionamos en alimentos que otros jugadores nacionales no producen, por lo que competimos con productos importados y con precios que son más competitivos, además de ser más frescos”, resaltó la ejecutiva.

En esta línea, el gerente de Producción, Richard Ordoñez, explicó que dentro del portafolio se encuentran productos como galletas con chips de chocolate (que representan el 30% de la producción) y otras cuya receta son de multicereales, así como otros productos clásicos como alfajores o galletas wafer.

Los ejecutivos sostuvieron que una vez completados los planes de abarcar el territorio nacional, se perfila la salida al exterior; analizan el ingreso a Uruguay y Perú. Además, la empresa incursionó con la Alina Cookie Store, un espacio temporal de venta directa al consumidor, donde se expone a detalle el portafolio Alina.

Una señal de confianza

Al conocer las proyecciones de la empresa, el presidente de la Cámara Nacional de Industrias, Ibo Blazicevic, expuso que es positivo que se generen inversiones que tracen una senda que no solo busque satisfacer las necesidades del mercado interno, sino también que estimen la exportación. “Esto es una excelente señal de confianza en el país y de un futuro prometedor. Hay que generar condiciones para que se generen iniciativas que traigan beneficios a Bolivia, sostuvo.

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