El representante de la industria manufacturera boliviana apuesta por tender puentes que permitan un acercamiento al sector público y la construcción conjunta de objetivos en beneficio del empresariado y el país

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17 de abril de 2022, 4:00 AM
17 de abril de 2022, 4:00 AM

​Por Walter Vásquez

El martes pasado, el empresario Pablo Camacho, asumió la presidencia de la Cámara Nacional de Industrias (CNI) con una hoja de ruta en la que se incluye a los sectores público y privado.

_ ¿Cuál es la agenda de trabajo que impulsará su gestión?
Nuestro accionar institucional estará enfocado en el fortalecimiento de la unidad de los industriales (...), lo que derivará en la construcción colectiva de una agenda institucional de trabajo.
Otro objetivo es que empezaremos por tender con la representación pública lazos de acercamiento que permitan la construcción de confianza mutua, tan necesaria para abordar una agenda de trabajo conjunta que no solo atienda nuestros principales problemas; sino que, sobre todo, impacte en la mejora de las condiciones de actividad empresarial y en el bienestar de los bolivianos.
Desde mi presidencia ratifico la importancia del diálogo, como mecanismo para lograr mejores espacios para nuestras empresas, en beneficio legítimo de la inversión privada en el país.
Es por esta razón que consideramos como aspecto primordial las alianzas públicas y privadas. El crecimiento y desarrollo del aparato productivo y de nuestro propio país será posible con el trabajo coordinado entre los actores públicos y privados. Reconocemos, a su vez, que el rol de la academia y de los organismos internacionales son vitales para el logro de estos objetivos. 

_¿El hecho de que Cynthia Aramayo ocupe la primera vicepresidencia de la CNI tiene relación con avances de la institución en cuestiones de equidad de género?
Nuestro sector y sus instituciones gremiales valoran el aporte de las mujeres en el desarrollo del sector industrial de Bolivia. La presencia de Cynthia Aramayo en el directorio de la CNI como vicepresidente constituye un fortalecimiento de la presencia de género que desde hace varios años atrás se viene consolidando. 

_ La lucha contra el contrabando es un pedido general del sector productivo. ¿De qué manera puede el empresariado coadyuvar a esta tarea?
Desde 2021 la CNI viene desplegando una Estrategia Integral de Lucha contra el Contrabando en base a cuatro pilares. El primero es una campaña de comunicación y concienciación contra el ilícito y de valorización de lo hecho en Bolivia. El segundo es una propuesta de ley de modificación del artículo 181 del Código Tributario, para bajar la calificación de contrabando sujeto a sanción penal de 200.000 a 10.000 UFV del valor del tributo omitido. El tercero es la elaboración de estudios económicos para cuantificar el impacto del contrabando. El cuarto tiene relación con acciones de lobby y apoyo a instituciones públicas que combaten el contrabando.
En nuestra gestión fortaleceremos estas actividades y emprenderemos nuevos mecanismos de lucha contra el contrabando en coordinación y alianza pública-privada. De la misma manera, trabajaremos en apoyar al consumo de productos nacionales y formales. Mientras, la modificación de la normativa de sanción penal en el tema del contrabando se viene tratando con el Senado. 

_ ¿Son suficientes los esfuerzos que hace el Estado por frenar el ingreso ilegal de productos? ¿Cuáles son los aciertos y qué es lo que hace falta?
El Estado hace una labor plausible contra el contrabando; sin embargo, es insuficiente. Se precisa una lucha frontal con acciones de interdicción en fronteras, municipalización de la lucha contra el contrabando en el mercado interno, el rol activo del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria, normas más severas para penalizar este delito, lucha contra el contrabando en internet, controles de los timbres fiscales en los productos y mayor actividad de identificación de transacciones sospechosas por parte de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero y la Unidad de Investigaciones Financieras, entre otras acciones. 

_ ¿Cuál es la proyección de la Cámara para el PIB industrial de esta gestión?
En 2021 el PIB de Bolivia experimentó una tasa de recuperación del 6,11%, cuando en 2020, año de la pandemia, se contrajo en -8,83%. Por ende, la economía nacional y las empresas en el país aún no alcanzan el nivel de actividad económica registrado en 2019 y se encuentran en recesión.
Para este año, se aguarda un crecimiento industrial en torno al 3,5%, que es insuficiente para alcanzar el nivel de recuperación de la actividad de la prepandemia.
Las empresas aún no salen de los efectos adversos de la pandemia de la Covid-19 y ahora se encuentran con los efectos negativos de la invasión de Rusia a Ucrania sobre los costos de importación de insumos, materias primas, logística y bienes de capital. En este contexto, genera preocupación un incremento salarial y segundo aguinaldo que ahondarán la crítica situación de las industrias, más aún de las medianas, pequeñas y micro unidades productivas.