El constante incremento del precio del crudo causó el aumento del precio del diésel y jet fuel en mercados no regulados e impacta en los costos de las operaciones de la aviación y el comercio exterior del país

El Deber logo
27 de marzo de 2022, 4:00 AM
27 de marzo de 2022, 4:00 AM


Walter Vásquez


La alerta la lanzó IATA, que prevé “implicaciones más amplias” para la aviación comercial debido al el creciente aumento del precio internacional del petróleo, como consecuencia de la crisis en Ucrania y las posibles sanciones al crudo ruso. Pero el acelerado incremento de las cotizaciones petroleras no solo tiene un impacto en el transporte aéreo de pasajeros y carga, sino también en el transporte terrestre de mercaderías y las exportaciones bolivianas.
“Es demasiado pronto para estimar cuáles serán las consecuencias a corto plazo para la aviación, pero está claro que existen riesgos a la baja, en particular en los mercados expuestos al conflicto”, advirtió la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), en referencia a la cobertura de combustible, un mecanismo de compra anticipada que en general no poseen las líneas aéreas latinoamericanas y que permite contar a futuro con jet fuel a precio fijo.

“El panorama todavía no está claro en Bolivia. No se han tomado determinaciones concretas (sobre un incremento de tarifas), pero entiendo que se está estudiando la posibilidad”, afirmó Jorge Valle, experto en derecho aeronáutico.
La situación aún es incierta también porque en Bolivia el precio de los combustibles para el mercado interno está subvencionado.
El jet fuel para vuelos nacionales; por ejemplo, está en Bs 2,77 el litro, mientras que el que se emplea para vuelos internacionales está en Bs 7,32, habiendo registrado un incremento del 10% en los últimos dos meses, de acuerdo con reportes de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH).

Antes incluso de que se concrete la invasión rusa a Ucrania (24 de febrero), la tensión en esa región elevó en el mundo las cotizaciones del barril de petróleo WTI, llegando a incrementarse un 51% entre diciembre de 2021 y marzo de este año, de $us 71,71 a 108,13.
El alza impactó en el precio del combustible, que representa el mayor costo (entre un 30 y 40%) de toda línea aérea. De ahí que el aumento signifique un impacto tan considerable que -en muchos casos- debe ser contrarrestado con alzas en los pasajes, informó la plataforma AméricaEconomía.

“Las líneas aéreas internacionales van a tener que incrementar sus tarifas. Con excepción de Brasil, en América Latina no se han tomado determinaciones inmediatas, sí en Europa y Estados Unidos”, sostuvo Valle.
En el mercado brasileño, el más grande de la región, el impacto ya comienza a sentirse. El presidente de la aerolínea Azul, John Rodgerson, reconoció que realizarán menos vuelos para adaptarse al nuevo precio del combustible y aunque proyectó el cambio de la programación para abril, ya redujo de siete a dos vuelos la ruta São Paulo-Fernando de Noron.

Este medio solicitó a BoA, principal operador de la aviación comercial de Bolivia, información sobre el impacto del alza del petróleo en sus operaciones internacionales, pero no recibió respuesta hasta el cierre de esta edición. “La cuestión aún no está totalmente definida en Bolivia, pero (el incremento de tarifas) va a llegar en cualquier momento, más pronto que tarde”, sostuvo Valle. 

“Los que cargan combustible a precio internacional van a tener que subir sus tarifas, tanto en el transporte terrestre como en el aéreo”, consideró el analista energético Hugo del Granado.
En el caso del transporte terrestre, la decisión aún no se tomó.
El combustible “en otros países está indexado al precio internacional del barril de petróleo”, lo que “está encareciendo nuestros costos operativos, particularmente con Perú, donde el litro de diésel ya está entre Bs 8 y 9”, informó el presidente de la Cámara Boliviana de Transporte Nacional e Internacional, Alfredo Borja.
Datos de la ANH indican que el precio subsidiado del diésel en el mercado boliviano está en Bs 3,72 en tanto que el diésel internacional se comercializa a Bs 8,88.

Del Granado confirmó también que algunos camioneros que van a otros países se llevan en sus viajes combustible boliviano para el retorno, para no comprarlo en esos mercados a un mayor costo, una práctica que se expandirá bajo el actual contexto y que aumentará la presión sobre la subvención, vaticina Del Granado.
En la frontera con Perú operan entre 100 y 180 camiones, en la de Chile entre 300 y 350, y en la de Brasil unos 420, detalló Borja.
Si el combustible continúa subiendo, “vamos a tener que atacar el lado de las exportaciones de oleaginosas, minerales y otras, pero lo complicado está en las importaciones, ahí no hay manera de subir tarifas”, dijo el dirigente.
Borja explicó que al momento el sector analiza “el ajuste” en sus fletes, aunque la fuerte competencia natural en la actividad -sumada a la ley de oferta y demanda- hacen que por el momento los fletes se mantengan. “O retornamos vacíos o por lo menos cubrimos parte de los costos operativos”, pero esa tendencia “está ocasionando un desequilibrio en la balanza comercial, las importaciones bajan y las exportaciones suben”.

El dato fue confirmado por el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez.
Las últimas estadísticas muestran que en enero de 2022 el país registró el mayor superávit comercial de los últimos nueve años.
El valor de “las ventas externas alcanzó los $us 880 millones, siendo esta cifra un 20% más de lo registrado en el mismo mes del 2021; sin embargo, el volumen bajó un 11%”, cita un informe del IBCE.

Impacto en los fletes

Oswaldo Barriga, presidente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz, sostuvo que “el impacto directo” del incremento del precio internacional del petróleo “es el aumento de los fletes y recargos marítimos” para el sector.
“Las líneas navieras aplican recargos por las fluctuaciones de los precios de los combustibles, lo cual, junto a la saturación de puertos y rutas, incide directamente en los costos de transporte”, afirmó.

Rodríguez coincide en que, de mantenerse la actual tendencia en el petróleo, se van a encarecer los fletes y eso va a implicar un costo adicional para la movilización de la carga internacional.
“Eso puede afectar a nuestra competitividad, tratándose de un país enclaustrado geográficamente frente a otros países que tienen acceso directo al mar y producen a escala, con mejor tecnología y menores costos”, sostuvo.
“Todas las proyecciones indican que los precios del petróleo van a continuar en ascenso, por lo tanto, los costos de los derivados también van a subir”, indicó Del Granado.

La situación afectará en particular a empresas debilitadas financieramente por la crisis causada por la pandemia y sin mucho margen para evitar una elevación de tarifas, según AméricaEconomía.
Entre tanto, en el transporte por líneas férreas parece no mantenerse esta expectativa.
“Las operaciones de Ferroviaria Andina (FCA) no han experimentado ningún impacto por las variaciones de precios de los combustibles fuera de Bolivia. La ferroviaria utiliza diésel nacional y el precio de este combustible no ha sufrido cambios en el mercado interno”, informó la empresa.
FCA, que al igual que Ferroviaria Oriental tiene como principal actividad el transporte a diésel y gasolina, precisó que utiliza para sus locomotoras combustible nacional tanto dentro de sus operaciones en Bolivia como en el exterior.

Tags