Si el Gobierno persiste en la idea de que la crisis la va a resolver solo, las posibilidades de enfrentar los problemas con eficiencia serán menores”, alertó la CEPB

2 de octubre de 2022, 4:00 AM
2 de octubre de 2022, 4:00 AM


Van nueve meses del año y el desempeño de la economía permite identificar los desafíos internos y externos que enfrentará Bolivia en 2023 y lo que resta de 2022.

Economistas y empresarios consideran que los retos tienen que ver con la debilidad del sector hidrocarburífero, con sus consiguientes efectos en el presupuesto estatal y la seguridad energética; el crecimiento de la deuda pública, que ejerce presión sobre la capacidad de pago del país; el persistente déficit fiscal; una menor cantidad de divisas en las reservas internacionales netas; un mayor endeudamiento público; la mayor precarización del empleo; el contrabando y los rigores del cambio climático.

A este escenario se suman los riesgos de rebrotes del covid-19, las tensiones internacionales en el mercado de los commodities provocadas por la guerra entre Ucrania y Rusia, que puede ralentizar los ingresos por la exportación de materias primas, y la amenaza de una estanflación global.

El economista Róger Banegas identificó también la reducción de hasta en 25% en los ingresos de las familias por causa de la pandemia. “En 2023 vamos a continuar con problemas tanto en la parte micro como macroeconómica (...). El hueco que está en el sector público es insostenible”, acotó.

Beatriz Muriel, a su vez, se centró en la generación de fuentes de trabajo. “La tasa de desocupación es baja, pero esto no refleja la falta de buenos empleos, ya que la mayoría son precarios”, remarcó.

Perspectivas

“Me preocupa, adicionalmente, que no hay un plan claro del Gobierno para abordar estos puntos, me preocupa que la postura ideológica del oficialismo no permita explorar soluciones prácticas”, manifestó López. 

Por ejemplo, debido a la menor producción nacional de hidrocarburos y la consiguiente subida en los precios de los commodities, el país puede apuntalar las exportaciones no tradicionales. “Sin embargo, que yo sepa, no se ha propuesto nada sobre el tema”, acotó.

La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) identificó a su vez a “la política” como el mayor desafío para 2023.
“Más allá de los problemas puntuales, es evidente que hay una situación de crisis mundial que nos está afectando y puede agravarse si no se toman medidas integrales para enfrentarla, desde nuestras propias acciones y capacidades, y no desde la inercia y el albur de los precios internacionales”, dijo.

“Lo más importante es que cualquier situación debe enfrentarse entre todos, incluyendo especialmente a los sectores productivos y a los que sufren directamente los efectos de los problemas económicos”, indicó.

“Mucho dependerá de la voluntad que tenga el poder político de abrir la economía boliviana a la inversión privada nacional y extranjera, especialmente en los sectores de exportación, y si los hacedores de formular políticas puedan comprometerse de manera creíble con las reformas necesarias en la política económica y el modelo de crecimiento”, sostuvo a su vez la Fundación Milenio.

“Si el Gobierno mantiene su actitud autosuficiente y excluyente respecto a la economía, y persiste en la idea de que la crisis la va a resolver el Estado, sin la participación de los sectores productivos, las posibilidades de poder enfrentar los problemas con eficiencia, serán menores”, alertó la CEPB.