El informe de Heritage Foundation, de esta gestión, ubica al país en la posición 172, de 178 naciones estudiadas. Analistas consultados consideran que el documento refleja el desarrollo integral boliviano

13 de abril de 2021, 21:45 PM
13 de abril de 2021, 21:45 PM

Bolivia logra ocupar la posición 172, entre 178 naciones que fueron tomadas en cuenta para conocer el grado de libertad económica que tienen. El país, de acuerdo con el estudio de la Heritage Foundation, es uno de los peores ubicados en Latinoamérica y solo supera a tres naciones africanas (Eritrea, Zimbaue, Sudán) a Cuba, Venezuela y a Corea del Norte.

La medición del índice de libertad económica que ya lleva 27 años, nace como una propuesta de EEUU, con el objetivo de conocer, a partir del contraste de distintas variables institucionales, el avance económico en los diferentes países del mundo.

Sergio Daga, economista y vicerrector de la Universidad Privada de Santa Cruz (UPSA), explica que la ventaja de este estudio, es que la metodología es la misma desde hace 27 años. Por lo que es robusta; es decir, los indicadores siguen siendo los mismos, solo se modificó una que otra variable.

“Son fuentes de datos creíbles, instituciones como Transparencia Internacional, el Eurobarómetro, y otra ventaja es que ayuda a medir a los países y conocer su posición. Es bueno medirse, porque el que no se mide, no crece. Entonces, resumiría el estudio en credibilidad, confiabilidad y robustez”, sostuvo Daga.

Según The Heritage Foundation, la arquitectura del presente estudio se apoya sobre la base de 12 factores cuantitativos y cualitativos, agrupados en cuatro grandes categorías de libertad económica que son el estado de derecho (derechos de propiedad, integridad gubernamental, eficacia judicial), el tamaño del Gobierno (gasto público, carga impositiva, salud fiscal), la eficiencia regulatoria (libertad empresarial, libertad laboral, libertad monetaria) y los mercados abiertos (libertad comercial, libertad de inversión, libertad financiera).

Cada una de las 12 libertades económicas dentro de estas categorías está calificada en una escala de 0 a 100. La puntuación global de un país se deriva promediando estas doce libertades económicas.

En cuanto a la importancia de la libertad económica. Róger Mario López, analista económico, dijo que esta se asocia con mayores niveles de bienestar en distintos campos. Así se evidencia que países con un índice de libertad económica más elevado tienden a tener también mejores niveles de ingresos, de salud, de educación y ecosistemas más limpios.

“Así, si esta relación es realmente causal, Bolivia estaría perdiendo de crecer a ritmos más acelerados y de disfrutar, como consecuencia de esta libertad económica, de un mejor nivel de vida”, destacó López.

El caso boliviano

Según el estudio, la puntuación de libertad económica de Bolivia es de 42,7, lo que convierte a su economía en la 172 más libre en el Índice de 2021, tomando en cuenta que el 0 es el índice mayor y 178 es el más bajo. Su logro global ha disminuido en 0,1 puntos, principalmente debido a la disminución de la libertad comercial.

Nuestro país ocupa el puesto 30 entre 32 países de la región y su puntuación general está por debajo de los promedios regionales y mundiales (61,6).

La condición unipartidista del expresidente Juan Evo Morales, de acuerdo con el estudio, tuvo un impacto negativo en seis de los 12 indicadores del índice: derechos de propiedad, efectividad judicial, integridad gubernamental, salud fiscal, libertad de inversión y libertad financiera.

Esto se traduce; según el economista Mauricio Ríos García, en que Bolivia es cada vez menos confiable, que sus instituciones están cada vez más deterioradas, y que, por tanto, existen cada vez menos oportunidades de invertir a largo plazo en proyectos ambiciosos, y que para justificar el riesgo al invertir, la rentabilidad deberá ser elevada.

Para Jaime Dunn, analista financiero, la posición de Bolivia denota ser un país reprimido en las libertades económicas con un pésimo puntaje en los 12 indicadores, especialmente en lo referente al respeto de la propiedad privada, a la seguridad jurídica, en donde la falta de separación de poderes y la manipulación de la justicia, inestabilidad política y social por los eventos del 2019 y la falta de credibilidad en el Gobierno y sus instituciones, afectan su puntuación.

Dunn hace notar que, en otros rankings como el Doing Business del Banco Mundial, Bolivia también se encuentra en la cola por temas similares. Eso también se refleja en la baja calificación de riesgo de B+ Tendencia Negativa que tiene con S&P Ratings.

A fondo

En el documento dedicado al país se indica que los derechos de propiedad están protegidos legalmente, pero hay una aplicación débil de los contratos y los procedimientos deficientes para resolver la insolvencia son comunes.

Aunque Bolivia, es parte en los principales convenios sobre derechos de propiedad intelectual, el Gobierno no proporciona protecciones adecuadas y solución de controversias por violaciones de los derechos de propiedad intelectual.

En cuanto al tamaño del Gobierno, se detalla que la tasa más alta del impuesto sobre la renta individual es del 13%, y la tasa más alta del impuesto de sociedades es del 25%. La carga fiscal global equivale al 26% de los ingresos nacionales totales.

El gasto público ha ascendido al 37,3% del Producto Interno Bruto (PIB), y en los últimos tres años los déficits presupuestarios han promediado el 7,7% del PIB y la deuda pública equivale al 57,5% del PIB.

Sobre la eficiencia regulatoria se puntualizó que la libertad empresarial se mantiene prácticamente sin cambios y en un nivel bajo y que iniciar un negocio en la actualidad es menos costoso.

Para los encargados del estudio, el Código Laboral es anticuado y gravoso a tiempo de subrayar que el Gobierno sigue financiando subsidios energéticos muy pesados que benefician a las agroindustrias. También, el Ejecutivo mantiene controles sobre los precios de productos como el azúcar, el maíz y el pan.

Sobre la apertura de mercados, se detalló que el país tiene vigente cuatro acuerdos comerciales preferenciales y el tipo arancelario medio ponderado por el comercio es del 9,2% y están en vigor cuatro medidas no arancelarias.

Se resaltó que el Gobierno prioriza la inversión interna sobre la inversión extranjera. El sector financiero es vulnerable a la interferencia del Estado. En 2020, el Banco Central de Bolivia (BCB) inyectó más de $us 500 millones en el sector bancario mediante la compra de bonos de los fondos de pensiones en un esfuerzo por aumentar la liquidez.

A manera de cierre, el informe concluye que prolongada incertidumbre política provocó que la calificación crediticia soberana de Bolivia se degradara y que la combinación de una menor producción de hidrocarburos y las fluctuaciones de precios globales ha llevado a una disminución en el crecimiento del PIB. Por ello, según el Banco Mundial, el 35% de los bolivianos vive en la pobreza.