Con datos oficiales del Iniaf, deducen que el uso de semillas certificadas en los cultivos de soya, maíz y trigo no supera el 40% promedio. Subrayan que alrededor del 60% de los campos agrícolas no son sembrados con semillas certificadas

10 de junio de 2022, 11:51 AM
10 de junio de 2022, 11:51 AM

La Asociación de Productores de Semillas (Asosemillas) se declara en emergencia por el excesivo incremento del uso de semillas ilegales declarado abiertamente por distintas organizaciones y usuarios en general. El sector pide al Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), como ente regulador y única autoridad competente en el control de comercio, desplegar las acciones pertinentes para frenar la venta ilegal de material genético en el país.

En un pronunciamiento, las semilleras hacen conocer que, con datos oficiales del Iniaf, el uso de semillas certificadas en los cultivos de soya, maíz, trigo no supera el 40% promedio. Es decir, deducen que alrededor del 60% de los campos agrícolas no son sembrados con semillas certificadas. “Son sembrados con semillas que no cumplen las normas de certificación y que provienen del contrabando y de la producción local, pudiendo contener malezas y enfermedades y, a su vez, tampoco tributan al tesoro público”, puntualizan.

Aclaran que el complejo semillerista nunca dejó de abastecer, por lo tanto, no es excusa para el agricultor estar desabastecido y tener que buscar semillas del mercado informal, “las cuales no estamos autorizados a producir”, describen.

Asosemillas infiere que los resultados de los últimos años, no han sido del todo exitosos debido a que las estrategias del control de comercio implementadas o sus normativas son muy débiles al momento de encontrar una posible infracción; permitiendo al supuesto culpable, tener tiempo de regularizar lo ilegal. “Esta situación pone al sector semillero -obtentores, multiplicadores, prestadores de servicios y comercializadores- en una situación insostenible”, desglosan.

Relievan que empresas nacionales han cerrado sus programas de investigación en soya, maíz y trigo, ocasionando no solo el freno de desarrollo de nuevas variedades, sino también el despido de personal técnico y otros. Así mismo, revelan que empresas multinacionales que importan maíz, han dejado de importar para Bolivia, dado que no hay interés de sus híbridos convencionales.

En cuanto a empresas semilleras locales productoras de híbridos de maíz (dos de las ocho semilleras que había hace cinco años atrás), hacen saber que han reducido sus ventas a una mínima expresión, corriendo el riego de también cerrar sus programas de mejoramiento genético.

“La semilla, es la base de la producción agrícola, la primera y más importante de la producción, por lo tanto, la crisis generada en este sector, pone en riesgo la soberanía alimentaria nacional, asimismo, queda claro que, los programas de investigación agrícola no son viables en estas condiciones”, puntualiza Asosemillas, al pedir a las autoridades competentes tomar acciones para revertir la situación y encaminar al país por la senda de la innovación y la productividad agrícola.

Días atrás organizaciones productivas de pequeños productores afines al actual partido en función de Gobierno, admitieron que en los campos de Santa Cruz se cultiva y comercializa soya, maíz y algodón producido con semillas transgénicas no autorizadas. Estiman que del total del área cultivada de soya un 40% es con semillas transgénicas Intacta; en maíz, la superficie ronda entre 65 y 70%; y, en el caso del algodón, abarca el 100%.