¿Qué significa para Perú que Keiko Fujimori anuncie la candidatura de su padre, Alberto Fujimori, con 85 años y una condena por crímenes de lesa humanidad, de la que fue indultado por razones humanitarias?

15 de julio de 2024, 21:00 PM
15 de julio de 2024, 21:00 PM

"Es un anuncio lamentable", dice a DW la socióloga, politóloga y política chilena Marcela Ríos Tobar, directora para América Latina y el Caribe del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA Internacional).

Una señal de "impunidad"

El indulto de Alberto Fujimori, de avanzada edad y presentado como gravemente enfermo, "fue un tema controversial, con objeciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por la impunidad que implicaba", recuerda Ríos Tobar, exministra de Justicia y Derechos Humanos de Chile (2022-2023).

Por tanto, anunciarlo como candidato presidencial "muestra claramente que las razones aludidas para ver justificado este indulto no eran reales, sino un esfuerzo por subvertir el procedimiento del Estado de derecho, el procedimiento formal de la Justicia", argumenta.

"Un efecto distractor, una cortina de humo"

No hay que olvidar que Keiko Fujimori, la "eterna candidata" presidencial peruana, afronta el inicio del juicio oral por el caso de corrupción "Cócteles", señala a DW Juan José Quispe, abogado penalista del Instituto de Defensa Legal (IDL), en Perú.

El intento de lanzar como candidato a la presidencia a su padre, Alberto Fujimori -de 85 años y con una condena por crímenes de lesa humanidad, de la que se le indultó por razones humanitarias-, persigue "un efecto distractor", opina Quispe. Es "una cortina de humo, a sabiendas de que está impedido constitucional, legal y moralmente", además de "por cuestiones de salud".

Por un lado, se busca "crear una corriente de opinión", según la cual, Fujimori sí tendría condiciones para postularse. Y, por otro, se trata de influir sobre "la posición que debe tomar el Jurado Nacional de Elecciones" en caso de que se intente inscribirlo como candidato, opina Quispe, abogado de víctimas de violaciones de derechos humanos durante su Gobierno (1990-2000), que detalla el tema en redes sociales.

No faltan candidatos, hay una "cantidad impresionante"

Saben que no puede postular, pero cuentan con "el arrastre de las posibles simpatías y votos del señor Fujimori" para endosarlas luego a su hija, que terminaría siendo nuevamente candidata, prevé el penalista de IDL, una institución de la sociedad civil que promueve y defiende los derechos humanos y la democracia en el Perú.

No es un problema de falta de candidatos. "Vamos a tener una cantidad impresionante, más de 30 candidatos a la presidencia, muchos de ellos de la derecha. Resurge nuevamente el APRA, también el Partido Popular Cristiano", ilustra Quispe. Pero, "lamentablemente, el fujimorismo, aliado con la extrema derecha del país, siempre va a poner como su candidata, para los empresarios y para ciertos grupos políticos, a la señora Keiko Fujimori", opina.

"Se nos ha ido la memoria" del fujimorismo

Las víctimas "no pueden entender cómo la política actual peruana -con un Congreso y un Gobierno que están jugando de la mano- puede hacer cualquier cosa para que el señor Fujimori y la señora Keiko Fujimori, a pesar de que uno está condenado y la otra con una acusación a 30 años y 8 meses por delitos de corrupción, lavado de activos y organización criminal, sigan postulando", lamenta Quispe.

Pareciera que, en el Perú, "la memoria se nos ha ido y no podemos recordar todo lo que significó el fujimorismo para las víctimas de violaciones de derechos humanos, y para los propios peruanos, a quienes les fueron destrozados sus derechos", critica el abogado de IDL.

El riesgo de un "efecto bumerán"

No obstante, anunciar a Alberto Fujimori como candidato presidencial puede tener también "un efecto bumerán", advierte Quispe. "El hecho de que se haya inscrito en un partido político, que esté haciendo TikTok, que esté haciendo una vida política como si su salud estuviese bien, es lógico que también le juegue una mala pasada", dice el jurista peruano.

Y es que "Fujimori salió indultado humanitariamente, porque las condiciones de una 'cárcel dorada' como era el exfundo Barbadillo, de la Policía Nacional de Perú, hacían que su salud se deteriorara cada vez más", según argumentó su defensa y recuerda Quispe. Si su indulto fuese revocado, tendría que cumplir los 9 años de prisión que restan de su condena de 25 años por las masacres de Barrios Altos y La Cantuta.

Ante más conflictividad política y menos confianza ciudadana

A la preocupación por el estado de la impunidad y la memoria en Perú, la socióloga, politóloga y política chilena Marcela Ríos Tobar suma que "Fujimori es una es una figura que divide". Si bien su partido Fuerza Popular, y particularmente él, "tiene ciertos apoyos en ciertas zonas del país, también tiene altos niveles de rechazo en la sociedad peruana. Y esto viene a profundizar más un clima de alta polarización en Perú, un clima de alta conflictividad política que ha generado mucha inestabilidad", alerta la directora para América Latina y el Caribe de IDEA Internacional.

La esperanza, o acaso el deseo, es que este sea "un anuncio que no avance". Que se logren imponer candidaturas "que no estén involucradas en casos de violación a los derechos humanos ni en casos de corrupción", dice Ríos Tobar. Y recuerda "una triste estadística" del Perú: "Prácticamente todos los expresidentes están procesados por casos de corrupción".

Esto tiene una lectura negativa por lo sistemático y extendido que está este fenómeno. Pero hay también una positiva: las instituciones de Justicia peruanas avanzan en su lucha contra la corrupción, dice Ríos Tobar, pese a una gran resistencia de actores políticos que a veces tienen éxito. Solo avanzando en este sentido podría "recuperarse la confianza de los ciudadanos en la política".

(ers)