Aunque el trabajo de análisis no es un intento de predecir el futuro, el informe debería permitir descubrir los errores en la lucha contra el coronavirus y sacar conclusiones de ellos

17 de mayo de 2022, 18:50 PM
17 de mayo de 2022, 18:50 PM

Aunque a muchos les gustaría pasar la página, la verdad es que la pandemia aún no ha terminado. Por lo que muchos se preguntan: si aún no acaba, ¿hasta cuándo irá? Según un nuevo e importante análisis del Consejo Internacional de la Ciencia (ISC), que plantea cuestiones preocupantes para la crisis climática, la pandemia durará al menos otros cinco años. La buena noticia podría ser, quizás, según expertos en salud pública, que la forma en que se desarrolle depende en última instancia de nosotros.

El informe que acaba de publicar el ISC –formado por 200 organismos–, bajo el título Sin precedentes e inacabado: COVID-19 e implicaciones para la política nacional y mundial, explora tres posibles escenarios de la pandemia que podrían darse en 2027.

Según los expertos, el informe, redactado por un grupo de 20 expertos en salud pública, virología, economía, ciencias del comportamiento, ética y sociología, debería permitir descubrir los errores en la lucha contra el coronavirus y sacar conclusiones: entre ellas, según creen, fijar urgentemente un mejor manejo de las pandemias en general y el curso para el manejo futuro de COVID-19 en particular.

El futuro de la pandemia: escenario de la continuidad

En el más probable de los escenarios, el de la continuidad, en 2027, el COVID-19 se habrá convertido en una enfermedad endémica en todo el mundo, en gran medida debido a la mejora del desarrollo y la distribución de vacunas. Aun así, seguirá provocando oleadas estacionales que requerirán vacunas y refuerzos actualizados.

Para los países que logren aumentar el porcentaje de personas totalmente vacunadas contra el COVID-19, el escenario podría ver mejoría. Para 2027, podrían salvarse muchas vidas y reducirse el riesgo de variantes emergentes. A su vez, también podría haber beneficios para la salud mental, la economía y el desarrollo sostenible.

No obstante, la mayor parte de la población no vacunada del planeta seguiría concentrada en los Estados de bajos ingresos, donde los sistemas sanitarios podrían correr el riesgo de colapsar y la seguridad alimentaria habrá empeorado.

Esto se debe a que, según el informe del ISC, los Gobiernos han prolongado hasta ahora la pandemia, al centrarse en estrategias nacionales en lugar de en la colaboración internacional.

Así, con los esfuerzos de recuperación repartidos de forma desigual entre los países, el informe dibujaba un panorama sombrío de desigualdad exacerbada en todos los ámbitos de la sociedad.

"Las lecciones clave son, sin embargo, muy claras. Aunque la fase aguda de la pandemia esté llegando a su fin en los países con altas tasas de vacunación, los riesgos seguirán siendo altos mientras muchos en el mundo no tengan acceso a una vacuna eficaz", reza el informe.

"No hay ningún ámbito político que no se vea afectado, y los Gobiernos deben reconocer que las múltiples repercusiones de la pandemia no se resolverán rápidamente. No deben fingir que la crisis ha terminado solo porque la mortalidad se haya reducido. Para muchos ciudadanos habrá muchos años de dificultades y desafíos por delante", añade el texto.

Escenario pesimista

El segundo escenario la han denominado "recuperación fallida" y es mucho más pesimista. Según ésta, las consecuencias sociales de la pandemia no se habrían mitigado en cinco años. El resultado sería una mayor desigualdad, creada por las políticas proteccionistas y las tensiones geopolíticas. La cooperación internacional sería escasa y gran parte de la población mundial seguiría sin vacunarse.

En este escenario, los autores del informe temen que la confianza entre los Gobiernos y entre los Estados y sus habitantes se deteriore aún más, reduciendo la aceptación de las vacunas. Así, si el nacionalismo y el populismo siguen creciendo, el resultado podría verse reflejado en graves brotes de coronavirus.

Escenario optimista

Quienes estén preocupados por este escenario pueden alegrarse del tercer escenario, mucho más optimista, el cual han denominado "cooperación plus". Según este escenario, la colaboración mundial habría convertido al COVID-19 en una enfermedad más manejable, y ya no sería una "prioridad aguda".

Las vacunas se distribuirían de forma más equitativa por todo el mundo –cubriendo a más del 80 % de la población–, mientras que las escuelas ya no se verían interrumpidas y no se necesitarían medidas sanitarias restrictivas.

Del mismo modo, los medicamentos antivirales estarían ampliamente disponibles, serían baratos, y los países ricos habrían invertido en la digitalización, los sistemas sanitarios y la asistencia social. Por lo tanto, al colaborar más estrechamente los países, un sistema unilateral más fuerte habría puesto al mundo en mejores condiciones para hacer frente a otras crisis, en particular la hambruna y el cambio climático.

Destrucción del medio ambiente y las futuras pandemias

El informe del ISC insta a los Gobiernos a resistir la tentación de recortar los objetivos climáticos para obtener beneficios a corto plazo. Según explican, es posible que el aumento del cambio climático y la destrucción del medio ambiente solo hagan más probables futuras pandemias a largo plazo.

"La pandemia del COVID-19 ha demostrado el valor de la cooperación científica internacional, incluso frente a los riesgos ambientales en cascada y las tensiones geopolíticas", afirma Mami Mizutori, secretaria general de las Naciones Unidas para la reducción del riesgo de desastres.

"Debemos renovar los esfuerzos para construir un sistema multilateral que se ocupe de las desigualdades al tiempo que nos prepara para la próxima crisis. Ya sea otra pandemia, el cambio climático o un conflicto, tenemos la oportunidad de aprender de los dos últimos años. Si no lo hacemos, los Objetivos de Desarrollo Sostenible quedarán fuera de nuestro alcance", concluye.