Los supermercados de Estados Unidos se han quedado sin suficiente leche de fórmula para bebés, pero ¿por qué se ha dejado de lado la leche materna?

8 de junio de 2022, 16:11 PM
8 de junio de 2022, 16:11 PM

Aunque la mayoría de las mujeres del mundo comienzan a amamantar después de dar a luz a un bebé, solo el 44 % lo hace hasta el sexto mes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los bebés no pueden comer alimentos sólidos en el primer medio año de sus vidas, lo que los hace depender de la leche materna o de la leche especialmente elaborada para ellos. Este hecho hace que la actual escasez de leche de fórmula para recién nacidos en Estados Unidos, donde solo el 58% de los bebés son amamantados hasta los seis meses, sea un problema.

La mayoría de las investigaciones muestran que la lactancia materna es una forma saludable y natural de alimentación para los recién nacidos. Es bueno para la relación madre-hijo y más económico que la leche de fórmula. Entonces, ¿por qué tan pocas mujeres lo hacen? La crisis de escasez no existiría si se optara por amamantar, ¿verdad?

En este artículo, explicaremos lo que hay detrás de la lactancia materna frente al uso de la leche de fórmula, las razones estructurales e individuales por las que algunas mujeres optan por la leche industrial y cómo la importancia de la lactancia materna puede ser diferente según el lugar donde viva.

Comienza en el hospital

Aunque las razones individuales por las que las mujeres optan por no amamantar varían según el país y el nivel socioeconómico, la mayoría de los expertos concluyen que la experiencia que tiene una mujer en el hospital durante el parto juega un papel decisivo.

Durante décadas, la OMS ha estado presionando a los hospitales para que implementen medidas que sean "amigables con los niños", es decir que promuevan la lactancia al nacer. Esto es importante porque las primeras 24 horas son cruciales para la experiencia de lactancia de una mujer y la capacidad del bebé para mamar.

Antonina Muturo, investigadora de bienestar maternoinfantil del African Population and Health Research Centre en Nairobi, Kenia, ayudó a realizar una encuesta en los asentamientos informales de la ciudad, en la cual, según un informe reciente de la ONU, se encuentran "algunos de los barrios marginales más densos, insalubres e inseguros en el mundo". Aquí, de las nuevas madres encuestadas, solo el 2% estaba amamantando a sus hijos.

Eso a pesar del hecho de que muchas de las mujeres que Muturo encontró no tenían el dinero para comprar regularmente leche de fórmula. "Usaban leche de vaca normal o papillas de avena para alimentar a sus bebés antes de los seis meses", dice. Muturo señala además que la falta de lactancia materna en los asentamientos se debe en parte al hecho de que estas mujeres probablemente no aprendieron sobre la importancia de esta práctica en los hospitales donde dieron a luz.

"Si no es una instalación amigable para los bebés, a veces los trabajadores de la salud se ofrecen a llevar al niño y darle fórmula para bebés. Eso sienta un precedente", señala. Otras veces, los médicos les dicen a las mujeres que no tienen suficiente leche, explica Muturo, quien agrega que la producción adecuada de leche depende de la demanda. Esa demanda se crea al colocar al bebé sobre los senos de la madre, lo que ayuda a estimular una mayor producción de leche. No obstante, "encuentras que la narrativa suele ser, 'Oh, no tengo suficiente leche'. Entonces, la solución es buscar otras opciones, y la leche de fórmula suele ser la opción más rápida”.

Muturo dice que no cree que esto se deba a ignorancia. La mayoría del personal de salud que trabaja en pediatría o ginecología sabe que la lactancia materna es buena para el bebé, pero no existen las estructuras para promoverla y, con mucho trabajo que hacer, algunos médicos y enfermeras no se toman el tiempo para capacitar a las nuevas madres para amamantar si no es necesario.

Impacto de la industria

En 1981, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, que prohibía la publicidad de leche de fórmula. El objetivo del código era evitar que las mujeres se desanimaran de amamantar por la publicidad, que a menudo hacía afirmaciones que no estaban respaldadas por la ciencia.

Pero un informe de la OMS publicado en febrero muestra que las empresas han continuado comercializando agresivamente sus productos en línea a través de métodos como algoritmos diseñados para llegar a las nuevas mamás, aplicaciones para padres, grupos de apoyo virtuales o "clubes de bebés", personas influyentes en las redes sociales y promociones generadas por los usuarios.

El informe establece que, si bien las tasas de lactancia materna se han estancado en las cuatro décadas desde la implementación del código, las ventas de leche de fórmula se han duplicado.

Falta de entrenamiento

Rafael Pérez Escamilla, uno de los autores del informe de la OMS, dice que incluso en países ricos como Estados Unidos, en los hospitales que supuestamente son amigables con los bebés las mujeres no reciben la guía y el soporte que necesitan para entender la importancia de la lactancia antes de que las envíen a casa.

Una razón, explica Pérez Escamilla, es que en la mayoría de las escuelas de enfermería los estudiantes solo reciben un par de horas de instrucción sobre lactancia a lo largo de su educación. "Soy parte de una gran institución, la Universidad de Yale, y estoy a cargo de enseñar lactancia materna, un componente de la capacitación de los estudiantes de la facultad de medicina, y son como dos horas de clase", señala .

Esta falta de capacitación práctica puede llevar a que el personal carezca de las habilidades necesarias para enseñar lactancia materna. A menudo, ese trabajo se relega a las consultoras de lactancia, dice Pérez Escamilla.

Pero en muchos países, las consultoras de lactancia no están reconocidas oficialmente, lo que significa que no hay reembolsos para ellas en el sistema de salud pública, lo que significa que sus servicios a menudo están disponibles solo para mujeres que pueden pagarlos de su propio bolsillo. Y a veces, agrega Pérez Escamilla, los miembros del personal pueden comprender los beneficios de la lactancia materna, pero no la promueven porque la industria de la leche de fórmula los está cortejando. "Muchos de ellos son invitados a cenas, les pagan sus conferencias, les dan libros, algunos de ellos pueden incluso recibir sobornos", cuenta.

Trabajo de tiempo completo

Si una mujer está amamantando, cada pocas horas sus senos se saturarán de leche. Esa leche necesita salir de su cuerpo de alguna manera, ya sea alimentando a un bebé o extrayéndose, de lo contrario le causará dolor.

En Alemania y muchos otros países europeos, a las mujeres se les permite tomar hasta un año libre remunerado después de dar a luz, lo que hace que la extracción de leche sea un problema menor. Pero en otros países, como Estados Unidos o Kenia, no es así.

Si las mujeres no pueden darse el lujo de dejar el empleo durante seis meses, tendrán que bombear su leche en el trabajo. Esto está protegido por la ley en EE. UU.: a las mujeres se les debe otorgar un lugar donde puedan extraerse la leche materna en el trabajo.

Para las mujeres de altos ingresos, esto puede estar bien, dice Kailey Snyder, profesora de la Facultad de Farmacia y Profesiones de la Salud de la Universidad de Creighton en Omaha, Nebraska. "Tienen una oficina, pueden controlar su horario. Es una historia completamente diferente si le pides a una mujer joven que trabaja en una industria de comida rápida que solicite a su gerente un espacio para bombear la leche, y tal vez el único espacio amplio es su oficina", dice.