Un sistema inmunitario debilitado, falta de higiene y mala alimentación son factores que aumentan el riesgo de una infección con tuberculosis. También el coronavirus ha incidido en su propagación.

23 de marzo de 2022, 18:55 PM
23 de marzo de 2022, 18:55 PM

En 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que la pandemia de coronavirus había echado por tierra los avances logrados en los últimos años en el combate contra la tuberculosis.

Los casos de tuberculosis han vuelto a aumentar. En 2019, murieron 1,4 millones de personas a nivel mundial debido a este mal. En 2020 fueron 1,5 millones, lo que convierte a la tuberculosis en la más letal de las enfermedades infecciosas.

La tuberculosis se propaga sobre todo en los países más pobres y en situaciones de guerra. Cuando las condiciones de higiene son malas y las personas conviven en espacios reducidos, aumenta el peligro de infección, porque la tuberculosis se propaga mediante aerosoles, a través del aire. Sin embargo, para contagiarse hay que estar expuesto por un tiempo prolongado a la bacteria o tener contacto intenso con una persona infectada.

Los síntomas son tos y fiebre, transpiración nocturna y pérdida de peso. La tuberculosis ataca principalmente los pulmones y los ganglios linfáticos, donde se forman focos de inflamación. Cuando el sistema inmunitario está en buenas condiciones, es capaz de combatir la infección. Pero, si se encuentra debilitado, la bacteria puede propagarse con más facilidad y causar la enfermedad.

Avance subrepticio

La tuberculosis provoca la muerte en un 80 por ciento de los casos. Se la trata con antibióticos, pero con frecuencia estos ya no surten efecto, porque las bacterias de la tuberculosis han desarrollado resistencia a ellos.

El 45 por ciento de los casos de tuberculosis se registra en países del sudeste asiático y el 25 por ciento en África. El tres por ciento se registra en Europa, donde los países más afectados son los del este, y en especial Ucrania. Antes de la guerra se producían allí cerca de 35.000 infecciones al año. Según la OMS, de ellos, unos 10.000 pacientes tienen una forma multirresistente de tuberculosis. Para determinar qué medicamentos pueden ser eficaces, hay que examinar las bacterias en el laboratorio. Pero en muchos países no es posible hacerlo, por falta de infraestructura.

Para tratar exitosamente un caso multirresistente, resulta clave el uso de una combinación de antibióticos. Las bacterias de la tuberculosis se duplican solo una vez al día. La enfermedad se suele manifestar entre uno y tres meses después del contagio. La mayoría de los pacientes enferma en el curso de un año, pero no todos los infectados desarrollan la enfermedad. Lo más expuestos son los niños y los adultos con un sistema inmunitario debilitado, por ejemplo, los pacientes VIH positivos.

El coronavirus ha empeorado la situación

El coronavirus también ha incidido en las posibilidades de supervivencia de los pacientes de tuberculosis. En Ucrania, ya antes del inicio de la guerra había dificultades para tratar a pacientes de tuberculosis en los hospitales, porque estos se hallaban saturados de enfermos de COVID-19. Esto ha llevado también a retrasos de diagnóstico, de modo que muchos casos de tuberculosis no han sido detectados.

La tuberculosis sigue siendo la enfermedad más mortífera a nivel mundial. Cada 22 segundos cobra una vida, bastante más que la malaria. Desde el estallido de la pandemia de COVID-19, ya no se investiga con tanta intensidad la tuberculosis y los problemas de saturación de hospitales también redundaron en una limitación de las posibilidades de efectuar exámenes. Además, muchos pacientes han renunciado a someterse a ellos por temor a contraer también COVID-19.En consecuencia, han vuelto a aumentar los casos de tuberculosis y su erradicación se ve nuevamente más distante.