La Knéset quedó disuelta después de que el Gobierno de Benjamín Netanyahu y Benny Gantz no lograra alcanzar un acuerdo sobre los presupuestos del Estado.

23 de diciembre de 2020, 7:41 AM
23 de diciembre de 2020, 7:41 AM

El Parlamento israelí se disolvió este martes (22.12.2020), con lo que se convocarán nuevas elecciones, las cuartas en dos años, confirmando la imposible unión de Benjamín Netanyahu y Benny Gantz en un mismo Gobierno.

La unión forzada duró poco. Ocho meses como mucho, antes del divorcio y el retorno a la campaña electoral, esta vez con la pandemia de COVID-19 y el proceso por corrupción del primer ministro, Benjamín Netanyahu, como telón de fondo. Según lo previsto, los comicios se celebrarán a finales de marzo.

El miércoles a medianoche, la Knéset quedó disuelta después de que el Gobierno "de unión y de emergencia", formado en abril por Netanyahu y su otrora adversario Gantz, no lograran alcanzar un acuerdo sobre los presupuestos del Estado.

Luego de tres comicios legislativos que no dieron un vencedor claro entre Netanyahu y Gantz, los dos candidatos decidieron enterrar el hacha de guerra en abril para hacer frente a la pandemia, formando un Ejecutivo de unidad que ponía fin a la crisis política más larga de la historia del país.

El acuerdo incluía una rotación en el puesto de primer ministro y estipulaba que el Gobierno adoptaría un único presupuesto para dos años (2020 y 2021), pero el partido Likud, de Netanyahu, propuso votar dos presupuestos diferentes, lo que la formación centrista Azul y Blanco de Gantz rechazó. Este punto se convirtió en el talón de Aquiles de la coalición y también, según la prensa israelí, en el detonante de las tensiones entre Netanyahu y Gantz.

Para evitar que se cumpliera el plazo y se tuvieran que convocar nuevas elecciones, la formación de Gantz hizo una propuesta de último minuto: votar dos presupuestos separados, uno a finales de diciembre y otro a principios de enero. Pero la idea no prosperó y este martes las bancadas legislativas la rechazaron con 47 votos a favor y 49 en contra.

Así pues, el antiguo jefe del ejército, Benny Gantz -que no logró ser investido primer ministro ni que se adoptaran sus reformas en la Justicia- ha visto además diluirse sus apoyos y su formación se desintegra. "Se ha visto forzado a rendirse a su propia rendición", apuntó la columnista Sima Kadmon en el diario Yediot Aharonot, el más vendido de la prensa israelí. "Quizás ha llegado el momento para él de decir simplemente: lo intenté. Quise hacerlo. Fracasé. Me retiro", agregó, calificando a Gantz de "contorsionista".

Pero, si Gantz perdió esta batalla política, Netanyahu tampoco salió indemne de los últimos meses, confrontado a la dispersión de sus tropas a medida que se acerca su comparecencia, a principios de 2021, en su juicio por corrupción, el primero de la historia de Israel contra un jefe de Gobierno en el cargo.

ama (afp, efe)