Argentina y España han quedado embarcadas en un insólito conflicto diplomático: declaraciones encendidas, enemistades políticas y ofensas personales.

23 de mayo de 2024, 15:25 PM
23 de mayo de 2024, 15:25 PM

Para sorpresa de propios y extraños, Argentina y España, dos países históricamente hermanados, se encuentran inmersos en una crisis diplomática tal, que el país peninsular ha decidido retirar a su embajadora en suelo argentino.

¿Cómo se llegó hasta aquí? Pueden tomarse diferentes puntos de partida para la escalada. El presidente de Argentina, Javier Milei, llamó "corrupta” a la esposa del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Varios días antes, el ministro español de transporte, Óscar Puente, había insinuado que Milei ingería "sustancias”.

E incluso se puede ir más atrás en busca de antecedentes del actual conflicto: "Hay que tener en cuenta que Pedro Sánchez tuvo una participación activa en la elección presidencial de la Argentina, donde apoyó a través de un video al candidato del peronismo, que fue derrotado por Milei”, rememora, en diálogo con DW, el magíster en sociología argentino Juan Carlos Iorio.

De vientos y tempestades

"Como suele decirse, 'aquellos vientos trajeron estas tempestades”, contextualiza Iorio, también profesor emérito de la Universidad del Salvador.

"El conflicto diplomático producido no tiene precedentes, por darse en un contexto de insultos y descalificaciones personales”, entiende, por su parte, el doctor en ciencia política español Carlos Trelles Steindl.

"Son hechos graves que pueden terminar afectando las relaciones entre ambos países”, sostiene, asimismo, el analista en política latinoamericana al ser consultado por este medio.

En este sentido, tampoco pueden descartarse consecuencias económicas negativas para el país sudamericano. "España es uno de los países que, hasta llegar Milei a la Casa Rosada, más ha invertido en Argentina”, indica en entrevista con DW el periodista y analista político Ricardo Ragendorfer desde Buenos Aires.

"Pero los empresarios españoles no ven con buenos ojos a Milei, su temperamento alocado no les brinda confianza”, sostiene. "Y ya han repudiado los dichos del presidente argentino”, sostiene. "Pero, por otra parte, ya se sabe que los negocios son los negocios. Y, por cierto, España es la principal interesada en que esos negocios no se malogren”, evalúa Ragendorfer.

¿Exabrupto o frío calculo?

Ahora bien, ¿cuáles son las intenciones detrás de las declaraciones de ambos mandatarios?

"Milei está embarcado en el sueño de convertirse en líder de una ultraderecha internacional. Y, en esa línea, los intereses estratégicos que tenga la Argentina le importan menos que la construcción de esa 'marca'”, critica Ragendorfer.

"Es una oportunidad para mantener la polarización política y persigue, en ambos casos, la movilización de sus adeptos”, analiza, por su parte, Esther del Campo, decana de la Facultad de Ciencias políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. "Ambos salen beneficiados”, asegura la catedrática.

"Siempre el enfrentamiento con un enemigo externo fortalece el frente interno”, explica, en el mismo sentido, Juan Carlos Iorio desde la capital argentina.

"Pero no veo ningún cálculo detrás de las declaraciones de Milei”, agrega Iorio. "Más bien, una típica reacción de un personaje que, como él mismo ha reconocido, no tiene demasiados filtros, y menos aún cuando se trata de dirigentes que están en las antípodas de su pensamiento, como es el caso del presidente Sánchez”, estima el sociólogo.

¿Escalada sin fin?

Con todo, las opiniones a ambos lados del Atlántico tienden a coincidir en que las tensiones entre ambos países irán decreciendo. "A medida que pasen los días, el conflicto va a llegar a desinflarse”, predice Iorio.

"Probablemente la situación de conflicto diplomático sobrevenido se irá reconduciendo” apunta, en el mismo sentido, Trelles Steindl. "Aunque las relaciones personales entre ambos mandatarios queden resentidas”, puntualiza.

"Pero claro que, con un presidente impredecible como Milei, siempre hay riesgo de un agravamiento de la crisis diplomática”, relativiza y deja abierta la puerta a nuevas derivaciones posibles. (ms)