La emergencia sanitaria obligó a la Iglesia católica de Costa Rica, Nicaragua y El Salvador a suspender multitudinarios festejos.

2 de agosto de 2020, 18:56 PM
2 de agosto de 2020, 18:56 PM

Los temores por la propagación del Covid-19, que se ceba sobre América Latina, obligó este año a los autoridades religiosas de tres países países centroamericanos, a cancelar por primera vez en décadas multidinarias festividades, informaron distintos medios.

En Costa Rica, este año la tradicional peregrinación hacia la Basílica de los Ángeles, se llevará a cabo de manera virtual. Así lo dio a conocer el episcopado costarricense a través de un comunicado.

La emergencia sanitaria impedirá esta vez que millares de personas rindan tributo a la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, en una celebración que inicia con una caminata el 1 de agosto, que parte principalmente desde la capital, San José, hasta el santuario en Cartago, en un recorrido de unos 22 kilómetros.

Por su parte, la fuerza pública de Cartago celebró este sábado que los ciudadanos hayan acatado la orden de no hacer la romería y reportó "presencia nula” de peregrinos tanto en las carreteras como en el templo.

Municipalidad sandinista desafía la emergencia

En contraste, en Managua, capital de la vecina Nicaragua (norte), las autoridades municipales organizaron su propia fiesta en honor de Santo Domingo de Guzmán, que fue oficialmente fue suspendida por el Episcopado para evitar la propagación del Covid-19.

Al son de música filarmónica y con una réplica de la pequeña imagen, unas 300 personas realizaron el sábado el recorrido anual de unos 10 kilómetros desde la comunidad Las Sierritas, en las afueras de la ciudad, hasta el antiguo centro de la capital nicaragüense.

Esta fiesta, considerada la más grande de Nicaragua, suele atraer a más de medio millón de personas entre el 1 y el 10 de agosto, sin embargo, la situación de pandemia, en medio de la profunda crisis sociopolítica que vive el país, hizo que el clero la suspendiera.

Pese a la poca concurrencia, la fiesta organizada por las autoridades municipales afines al gobierno sandinista de Daniel Ortega, contó con un fuerte resguardo policial, mientras en las redes sociales los medios de comunicación oficialistas promovían la aglomeración, a la vez que personas que se identificaban como católicas mostraron su rechazo al evento.

La festividad fue precedida, en la víspera, por un incendio en la Catedral Metropolitana de Managua que calcinó una venerada imagen de la Sangre de Cristoque lleva 382 años en la capital, y ante la que Juan Pablo II se arrodilló y oró en su segunda visita al país, en 1996.

San Salvador también con fiesta virtual

En tanto, las fiestas patronales de la capital de El Salvador arrancaron ayer sábado sin que los ciudadanos tengan mayores restricciones a su movilidad, pese a que según el presidente del país, Nayib Bukele, la curva de contagios se encuentra "prácticamente incontrolable".

El alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt, inauguró las celebraciones, que se realizarán principalmente de manera virtual, con una serenata y quema de pólvora en la plaza dedicada al Divino Salvador del Mundo.

El Salvador, pese a la escalada de casos registrada desde junio, no posee una normativa que prohíba la salida de los ciudadanos a raíz de los conflictos constantes entre el Gobierno de Bukele y el Congreso. El único reglamento que rige la actividad económica del país es un plan de desescalada que mantiene restringido el servicio de transporte público y cerrados los restaurantes, al igual que los sitios turísticos y de actividades culturales. Estas festividades son las más importantes y de las que más turismo generan en El Salvador, donde la actividad gubernamental se paraliza entre el 1 y el 6 de agosto, mientras que el sector privado lo hace los días 3, 5 y 6 del mes.