Giammattei anunció que pedirá la renuncia de todo su gabinete, para luego confirmar o remover a sus funcionarios de cara a 2021

4 de diciembre de 2020, 22:10 PM
4 de diciembre de 2020, 22:10 PM

El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, y su vicepresidente, Guillermo Castillo, pusieron fin este viernes  a sus diferencias, tras una intervención en conjunto donde anunciaron la planificación del gobierno para 2021.

"Creo que se abre una puerta muy exitosa para el país", dijo Giammattei en una rueda de prensa en la Casa Presidencial, en el centro de Guatemala, en compañía de Castillo.

El distanciamiento entre el presidente y el vicepresidente se amplió en los primeros diez meses al frente del país y tuvo su punto más alto el 20 de noviembre, cuando Castillo instó a Giammattei a renunciar en conjunto.

"Hoy queremos mandar ese mensaje de unidad con el señor presidente y lo iniciamos con ustedes, con los medios de comunicación. No es el momento de diferencias, sino de que juntos nos sentemos a trabajar por el bien común", enfatizó Castillo, primero al turno de la palabra.

Giammattei, por su parte, celebró la "apertura del vicepresidente para hacer parte fundamental" del diálogo sostenido por el Ejecutivo y un amplio grupo de sectores del país con una misión especial de la Organización de Estados Americanos (OEA), luego de que el gobernante invocara el 22 de noviembre la Carta Democrática Interamericana.

El mandatario dijo que encargó a Castillo, como coordinador del Gabinete Económico, que el análisis para modificar el presupuesto para 2021, cuya primera versión fue archivada por el Congreso tras una ola de críticas y protestas en contra, con base en dos necesidades: "la reactivación económica y la reconstrucción nacional por los fenómenos naturales".

Giammattei pidió la intervención de la OEA al invocar la Carta Democrática Interamericana el 22 de noviembre, un día después de una masiva manifestación en su contra y del Congreso por la aprobación de un presupuesto en horas de la madrugada, en una sesión calificada por expertos de opaca y que comprometía los ingresos y gastos del Estado en 2021 a la infraestructura en detrimento de la salud y los programas sociales.

En esa protesta, parte de una mayoría de manifestantes (más de 10.000 en la plaza central) quemó algunas oficinas del Congreso. Una semana después otra masiva manifestación pidió la renuncia de Giammattei y la junta directiva del Congreso en una protesta que fue empañada por la quema de un bus por encapuchados.