Este pilar de polvo y gas gigante tiene una dimensión de siete años luz y se halla a solo 2.500 años luz de la Tierra. La fotografía fue presentada con ocasión del sexagésimo aniversario del Observatorio Austral Europeo

11 de noviembre de 2022, 18:48 PM
11 de noviembre de 2022, 18:48 PM

El Observatorio Austral Europeo (ESO, por sus siglas en inglés), ha revelado este viernes una de las imágenes más detalladas de la nebulosa del Cono, una estructura en forma de pilar situada en la constelación de Monoceros (el unicornio), en cuyo seno surgen nuevas estrellas.

La imagen, presentada con ocasión del sexagésimo aniversario del ESO, fue capturada con el Very Large Telescope (VLT) a principios de año en Chile y creada como parte de la iniciativa divulgativa Joyas cósmicas.

Parece una criatura "monstruosa"

La nebulosa del Cono, el gran pilar que puede verse en centro, tiene una dimensión de siete años luz y fue descubierta por el astrónomo William Herschel a finales del siglo XVII.

"Esta visión es más espectacular que cualquier otra obtenida antes, ya que muestra la apariencia oscura, impenetrable y turbia de la nebulosa de una manera que nos recuerda a una criatura mitológica o monstruosa", dice el informe de la ESO.


Una "fábrica de estrellas"

La estructura espacial, también conocida como NGC 2264, se encuentra situada a tan solo 2.500 años luz de la Tierra, lo que ha permitido a los científicos estudiarla mejor. Esta nebulosa se desarrolló en una nube gigante de polvo y gas molecular frío, y es lo que el ESO denomina una "fábrica de estrellas".

"Este tipo de pilar aparece cuando las estrellas azules brillantes masivas recién formadas emiten vientos estelares y una intensa radiación ultravioleta que expulsa el material de su vecindad", explicó el Observatorio con sede en Garching (Alemania) en un comunicado.

Exoplanetas, agujeros negros y otras sorpresas del Universo

A medida que dicho material se va alejando, el gas y el polvo que están a mayor distancia de las estrellas jóvenes se comprimen en estructuras oscuras, densas y altas como la nebulosa del Cono.

Los telescopios del ESO, que de forma excepcional se usaron con fines divulgativos, se emplean habitualmente para realizar observaciones científicas y hasta ahora han permitido captar la primera imagen de un exoplaneta, estudiar el agujero negro en el centro de nuestra galaxia y hallar pruebas de que la expansión del universo se está acelerando.