Los viajes individuales son más sostenibles que los organizados, el senderismo y los deportes acuáticos sin motor no dañan la naturaleza. ¿Es así? Un repaso a los mitos más comunes sobre las vacaciones y el ocio.

17 de agosto de 2021, 15:11 PM
17 de agosto de 2021, 15:11 PM

Viajar en tren para hacer una excursión, ir de vacaciones en coche en lugar de en avión… Mucha gente quiere ser lo más respetuosa posible con el medioambiente en su tiempo libre, pero no todo lo que consideramos sostenible lo es en realidad.

1. La acampada libre y el boom de las autocaravanas

La acampada libre está prohibida en muchos países de Europa. En Escandinavia y los países bálticos está permitido, pero con algunas restricciones. Por ejemplo, no se puede acampar durante la noche en reservas naturales o parques nacionales. Y hay una razón para ello, según Hanspeter Mayr, del Parque Nacional alemán de la Suiza Sajona.

"Aunque los campistas salvajes no hagan fuego ni ruido y se lleven toda la basura, pueden ser un factor perturbador en la naturaleza”, señala Mayr. "Los animales pueden ver, oler u oír a las personas mucho antes de lo que nos imaginamos, por eso la mera presencia de humanos puede hacer que ciertos animales se decanten por uno u otro hábitat”.

Además, según Mayr, los campistas en autocaravanas o furgonetas camperizadas suelen pernoctar en los mismos lugares. Prefieren los sitios solitarios con una gran vista o situados cerca de arroyos. "La gente habla de ellos en plataformas digitales y aumenta la afluencia a estos sitios”. Se puede ver rápidamente el daño a la naturaleza allí. Por ejemplo, cuando los campistas se lavan en los arroyos.

Asimismo, hacer las necesidades en el campo, también es un verdadero problema. "Cuando muchas personas orinan en los mismos lugares una y otra vez, se produce una excesiva fertilización que perjudica claramente el ecosistema”. Lo mismo ocurre con las heces, añade. "Para los animales, estos lugares son "territorio humano” que evitan simplemente por el olor”.

El problema de la acampada libre podría aumentar porque los viajes en coche están en auge en Alemania. Según la Asociación alemana de la industria del Caravaning, solo en el primer semestre de 2021 se matricularon casi 63.000 autocaravanas y caravanas , más que en el primer semestre de 2020. Ya entonces se matricularon tantos vehículos recreativos como en todo 2017.

Pero no hay plazas oficiales suficientes para todos ellos. Según un estudio del instituto de investigación de mercados, Puls, en 2019 ya había en Alemania alrededor de cinco veces más vehículos de ocio matriculados que plazas de camping y aparcamiento.

Pero hay alternativas a los campings superpoblados. Propietarios de jardines o agricultores ofrecen terreno para acampar en varias plataformas. Para los entusiastas de las tiendas de campaña, existen los denominados lugares de trekking. Una buena alternativa. Están aislados, pero ofrecen un mínimo de infraestructuras, como aseos y cubos de basura.

2. Turismo individual: consejos y problemas medioambientales

Generalmente, las vacaciones individuales suelen salir peor paradas en términos de sostenibilidad que los viajes organizados. "El turismo siempre tiene el menor impacto negativo cuando se gestiona adecuadamente, pero esto no es posible con el turismo individual”, afirma Petra Thomas, de "forum anders reisen e.V.”, la asociación de proveedores de viajes sostenibles de Alemania.

Por ejemplo, los participantes de un viaje organizado suelen viajar juntos en autobús a las excursiones locales. Esto es mucho más ecológico que cuando cada uno utiliza su propio vehículo para los desplazamientos individuales.

Especialmente las recomendaciones que se intercambian entre los veraneantes podrían convertirse en verdaderos problemas. Por ejemplo, algunos lugares de Asia que eran considerados como recomendaciones de mochileros han sido posteriormente invadidos.

Las consecuencias de la llamada masificación turística: si hay demasiada gente de vacaciones en un lugar, se consume una mayor cantidad de recursos al mismo tiempo, como la energía. Esto también aumenta el consumo de CO2, y en algunos lugares también puede escasear el suministro de agua.

Quien quiera organizar sus vacaciones individuales de forma sostenible, puede viajar en tren y utilizar el transporte público en el destino. Asimismo, hacer la compra a los productores regionales apoya la economía local, y las vacaciones en el interior también evitan a largo plazo la construcción de complejos hoteleros junto al mar.

3. Deportes acuáticos y perros en la playa

El turismo de día está en auge en la pandemia. Especialmente populares son las excursiones a las costas locales. "Al Mar del Norte llegan más huéspedes que no están familiarizados con las normas de aquí y, por ejemplo, dejan correr a sus perros sin correa”, critica Anja Szczesinski, de la oficina de las marismas del Mar del Norte de WWF. El problema es que los perros asustan a las aves que descansan en la costa.

Según Szczesinski, el mismo problema lo causan a menudo los aficionados a los deportes acuáticos, como el kitesurf, que navegan demasiado cerca de las zonas de descanso. "Si los pájaros se asustan demasiado a menudo, gastan mucha energía. Y no tienen esa energía cuando migran en otoño o primavera”. Esto se traduce en que menos aves realizan los arduos viajes a sus cuarteles de verano o de invierno.

4. Senderismo, basura y aplicaciones al aire libre

Quienes no conocen las normas locales pueden perjudicar la naturaleza, incluso sin querer. Por ejemplo, cuando se practica el senderismo, que muchas personas han redescubierto durante la pandemia y que, de hecho, se considera una actividad de ocio sostenible. En las encuestas realizadas por la Asociación Alemana de Senderismo, por ejemplo, más de la mitad de los encuestados afirmaron haber notado más basura y un mayor volumen de tráfico a lo largo de las rutas de senderismo durante el primer año de la pandemia en 2020. Sin embargo, además de basura y atascos, las propias rutas de senderismo también pueden convertirse en un problema, por ejemplo, cuando los excursionistas suben sus recorridos a plataformas digitales de actividades al aire libre y los ponen a disposición de otros usuarios. 

"El resultado es que acaban existiendo rutas que pueden atravesar zonas naturales sensibles en las que no se debería acceder, como las zonas de cría”, critica la experta en turismo de WWF Martina von Münchhausen. Lo mejor sería que los operadores de las plataformas se encargaran directamente de estas rutas, exige. Pero eso no es tan fácil.

Solo en Alemania hay unas 250.000 zonas protegidas diferentes, todas ellas con sus propias normas y reglamentos, según Neele Larondelle. Es responsable de la gestión de áreas protegidas en la Asociación Nacional de Paisajes Naturales, la organización que agrupa a los parques nacionales, las reservas de la biosfera y los espacios naturales certificados de Alemania.

Es cierto que en los parques nacionales suele haber señales que indican en qué zonas se puede entrar y en cuáles no. Pero estas normas también deberían ser fáciles de encontrar en Internet, porque la mayoría de la gente hoy en día utiliza aplicaciones e información digital a la hora de planificar excursiones, según Larondelle. Por ello, junto con las asociaciones de conservación de la naturaleza, los representantes de los deportes al aire libre y las regiones de vacaciones, la organización ha fundado la asociación Digitize the Planet e.V. su objetivo: la "digitalización de las normas de uso de la naturaleza”.

"Queremos crear una interfaz de usuario uniforme que cada parque pueda rellenar con sus propias normas”, explica la gestora de zonas protegidas. Los datos serán de libre acceso y también serán recogidos por plataformas de actividades al aire libre. "En cuanto los interesados buscan una ruta en Internet o en una app, deberían ver: ¿está abierta o cerrada la ruta en esta temporada? Pero también: ¿qué ocurre en caso de infracción? ¿Cuál es el coste de un incendio en el bosque?”

"En la actualidad, hay demasiadas personas insensibles merodeando por la naturaleza sensible", lamenta Larondelle. "La mayoría quiere comportarse correctamente, pero no sabe cómo hacerlo", dice. "Nuestra tarea es concienciarlos”.