La estadística apunta a jóvenes entre 18 y 29 años. Adicionalmente, el desempleo entre los de 15 a 24 creció casi el doble que entre los de 25 años, según un estudio.

8 de abril de 2021, 22:41 PM
8 de abril de 2021, 22:41 PM

En toda América Latina y el Caribe, una de cada seis personas de entre 18 y 29 años ha dejado de trabajar desde que comenzó la pandemia del coronavirus, y muchos se vieron obligados a abandonar sus estudios, según un informe publicado este jueves.

La precariedad laboral de los jóvenes aumentó en toda la región, según una investigación de la organización canadiense Cuso International, basada en datos de una comisión de la ONU y una encuesta de la Organización Internacional del Trabajo.

"Es extremadamente difícil para los jóvenes acceder al mercado laboral debido a cuestiones relacionadas con la especialización, los salarios más bajos y la pobreza", dijo a Reuters Alejandro Matos, director del grupo de Matos dijo a Reuters.

Más de la mitad de los que dejaron de trabajar desde el inicio de la pandemia fueron despedidos por sus empleadores, según el informe, mientras que otros vieron cómo cerraban sus negocios y los empleados en sector informal no pudieron trabajar debido a los cierres.

"Los sentimientos de tristeza, miedo y ansiedad, así como el desánimo tras la crisis prevalecen entre los jóvenes, donde una mayor proporción que en otros grupos de edad dice que su que su bienestar y su salud mental también se han deteriorado", dice el informe.

Desempelo y precariedad

Mientras que la pérdida de puestos de trabajo entre los jóvenes provocó interrupciones en programas educativos y formación, el colapso de las empresas y la caída de los salarios aumentaron la precariedad, el subempleo y el trabajo informal, según el estudio.

La mayoría de las pérdidas de empleo se produjeron en el primer semestre de 2020, y el número de jóvenes que trabajan o estudian se redujo en un 7,8%, agrega el estudio.

El desempleo afectó especialmente a las personas de 15 a 24 años, creciendo un 3,4%, casi el doble que el de los mayores de 25 años.

"Los jóvenes sin acceso a la educación, la formación o la experiencia profesional no acumulan capital humano y se encuentran cada vez más alejados del ámbito del trabajo formal", concluye.