El sector productivo afirma que la incidencia del cambio climático mermó 1,3 millones de toneladas de granos en el ciclo de invierno. Ganaderos claman ayuda. En San Matías y Roboré no hay forraje y los atajados se secan

8 de septiembre de 2021, 4:00 AM
8 de septiembre de 2021, 4:00 AM

La crisis climática en el periodo agrícola de invierno -heladas impensadas, déficit de lluvia, sequía extrema e incendios forestales- deja cicatrices profundas en campos agrícolas y pecuarios de Santa Cruz. Productores de granos desvelan que los factores mencionados incidieron en la merma de al menos 1,3 millones de toneladas de sorgo, trigo, maíz, chía y girasol que representan una pérdida de $us 240 millones para la economía productiva regional.

A decir del gerente general de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Jaime Hernández, las variables climáticas adversas han ocasionado cuantiosas pérdidas productivas y económicas a los agricultores, razón por la cual el sector pide que se gestione e instruya a los operadores de intermediación financiera la reprogramación de deudas para los productores afectados.

Simultáneamente, el sector oleaginoso cruceño pide al Gobierno que de una vez permita a los productores de granos utilizar la biotecnología con nuevos eventos de organismo genéticamente modificado (OGM) para disminuir las pérdidas por estas condiciones climáticas adversas que se presentan, principalmente por sequía.

Según Hernández, Pailón, San José de Chiquitos, Cuatro Cañadas y San Julián, en la zona este del departamento, son los municipios más afectados. Las mayores pérdidas productivas se dieron en los cultivos de sorgo, chía, maíz y trigo.

De enero a julio de este año, la soya y derivados representan el 14% en la participación de la exportación de productos no tradicionales de Bolivia. Exportó más de de 1.481 millones de toneladas por valor de más de $us 804,5 millones, un 16 y 80% más en volumen y valor, respectivamente, comparado con similar periodo de 2020.

Desde la Cámara Agropecuaria de Pequeños Productores del Oriente (Cappo), el presidente Isidoro Barrientos, indicó que la incidencia negativa del clima en el ciclo agrícola de invierno jugó una mala pasada al sector que venía de alcanzar un desempeño productivo favorable en verano.

“En verano tuvimos un respiro, pero el frío intenso y las heladas en invierno dañaron un 70% de la producción de sorgo, chía y sésamo y la sequía afectó el trigo”, refirió el dirigente agrícola, al dar cuenta que el sector pedirá que se hagan gestiones para reprogramar o diferir las deudas de los pequeños productores con las casas comerciales y proveedores insumos agrícolas.

Según Barrientos, en este momento cunde la desesperación entre los productores que temen ser blanco de procesos legales.

Ganaderos claman ayuda

Los efectos del cambio climático también se hacen sentir en el área de influencia pecuaria de la Chiquitania. A decir del presidente de la Asociación de Ganaderos de San Matías, Aldo Vaca, el sector es impactado por dos frentes, sequía e incendios, que condicionan la disponibilidad de materia verde para la alimentación de ganado bovino.

A ello se suma la falta de agua para el consumo humano y animal. “La situación es complicada porque el ganado ha comenzado a enflaquecer y, en casos extremos a morir, por falta de forraje o por la deshidratación y queda atascado en los atajados, que son la fuente natural y reservorio de agua en esta época del año”, lamentó el dirigente, al pedir dotación de forraje y acarreo de agua para aliviar la sed de las familias y de los animales. El hato bovino ronda las 65.000 cabezas.

En Roboré, según el representante máximo del sector ganadero de la zona, Ángelo Escobar, la disminución de forraje por la helada, sequía e incendios tiene en estado de emergencia a los productores pecuarios, que ya comenzaron a reportar baja animal por falta de pastura y el agotamiento de agua en los atajados. Alerta que muchos productores han perdido toda su infraestructura productiva.

En Roboré y el área influencia pecuaria que abarca una parte de Charagua alcanza unas 60.000 cabezas, de las que unas 15.000 están en riesgo por los efectos de la sequía e incendios forestales. Desde la Federación Departamental de Productores de Leche (Fedeple), el presidente Mauricio Serrate, afirmó que la sequía impacta en la subida entre 20 y 25% en los costos de producción debido al alza del valor del sorgo -insumo esencial en la dieta animal- que, según dijo, escaló de entre Bs 39 y 41 a Bs 65 el quintal.

El sector no registra incidencia negativa ni merma en cuanto a la producción de leche.