Anapo informó que, de forma inexplicable se retiraron del lugar, incluso el INRA había ordenado el desalojo del predio que está en proceso de saneamiento

25 de julio de 2024, 12:36 PM
25 de julio de 2024, 12:36 PM

Los predios de Santa Rita, de la provincia Guarayos, conformados por tres propiedades, volvieron a ser tomados por un grupo irregular que fue desalojado hace dos semanas. Los avasalladores ingresaron en una extensión de más de 5.000 hectáreas. Hay emergencia en el sector agrícola. 

Cabe recordar que estas personas fueron desalojadas por un contingente policial que incluso detuvo a los cabecillas. No obstante, un juez ordenó la liberación de estas personas, que volvieron a retomar estas tierras, que tienen cultivos de soya.

"Es de gran preocupación para nuestro sector que continúen estas acciones delictivas", declaró este jueves Jaime Hernández, gerente general de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo).

Sostuvo que "estos avasalladores se sienten impunes y ponen en zozobra a los productores que trabajan para alimentar al país”.

Hernández dijo que “estos predios están en proceso de saneamiento, y el INRA emitió medidas precautorias el 10 de julio para preservar el derecho propietario”.

El gerente enfatizó que estas medidas establecen claramente la necesidad de cumplir con el desalojo de las propiedades y solicitó que la Policía actúe en el marco de la normativa vigente para desalojar a los invasores.

Reiteró el compromiso recibido por las autoridades del gobierno, incluyendo al ministro de gobierno, el viceministro de Tierras y el ministro de desarrollo rural, para impedir futuros avasallamientos.

"Estos predios están en producción, con cultivos de soya, maíz y sorgo, y el maíz está a dos semanas de cosecharse. La desesperación del productor es enorme, viendo en riesgo toda su inversión", añadió el gerente.

Durante el primer avasallamiento, los delincuentes quemaron y robaron vehículos, sustrajeron 15.000 litros de diésel y agroquímicos, y destrozaron campamentos, causando pérdidas de más de 400.000 dólares.

Tras el repliegue policial, los propietarios tuvieron que retirar a sus trabajadores para proteger su integridad física, ya que muchos de ellos fueron golpeados en el primer avasallamiento.

 Afortunadamente, no se reportaron heridos graves o desaparecidos esta vez, pero los avasalladores han destruido nuevamente infraestructuras clave, como el puente de acceso a la zona.