Los precios agrícolas están menos vinculados al crecimiento económico, y en el primer trimestre de 2020 solo se registraron disminuciones menores, lo que perjudica es la cadena de transporte y suministro de insumos

27 de abril de 2020, 8:50 AM
27 de abril de 2020, 8:50 AM

El Banco Mundial asegura que la conmoción económica mundial provocada por la pandemia de Covid-19 ha hecho bajar la mayoría de los precios de los productos básicos, lo que se espera que se traduzca en precios sustancialmente más bajos en 2020, según la edición de abril de su informe Commodity Markets Outlook (Perspectivas de los mercados de productos básicos).

Los productos básicos de energía y metales son los que más se han visto afectados por la repentina interrupción de la actividad económica y la grave desaceleración mundial que se prevé. 

Los productos básicos asociados con el transporte, especialmente el petróleo, han experimentado los descensos más pronunciados. A pesar de que las repercusiones en las perspectivas de la mayoría de los productos básicos agrícolas son solo moderadas, las perturbaciones de la cadena de suministro y las medidas gubernamentales para restringir las exportaciones o el acopio de productos básicos suscitan la preocupación de que la seguridad alimentaria pueda estar en peligro en algunos lugares, según el informe.

“Además del devastador número de víctimas mortales, las repercusiones económicas de la pandemia frenarán la demanda y causarán trastornos de la oferta, lo que afectará negativamente a los países en desarrollo que dependen en gran medida de los productos básicos”, declaró Ceyla Pazarbasioglu, vicepresidenta de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones del Grupo Banco Mundial. 

“Los responsables de formular políticas pueden aprovechar la reducción de los precios del petróleo para emprender reformas de los subsidios energéticos con el fin de ayudar a liberar gastos para fines urgentes relacionados con la pandemia. Esas reformas deben complementarse con redes de seguridad social más sólidas para proteger a los sectores más vulnerables de la sociedad. Los responsables de formular políticas deben resistirse al impulso de imponer restricciones comerciales y medidas que pongan en peligro la seguridad alimentaria, ya que los pobres serían los más afectados”. 

Los precios promedio mensuales del petróleo crudo cayeron un 50% entre enero y marzo. Los precios se situaron en un mínimo histórico en abril y algunos puntos de referencia se negociaron en niveles negativos. Se espera que en 2020 los precios promedien los $us 35 por barril, lo que significa una fuerte revisión a la baja con respecto a la previsión de octubre y una caída del 43% con respecto a la media de $us 61 por barril de 2019. La revisión a la baja refleja una reducción históricamente considerable de la demanda.

La disminución de los precios del petróleo crudo se ha visto exacerbada por la incertidumbre en torno a los acuerdos de producción entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros productores de petróleo. Se prevé que los precios de la energía en general (que también incluyen el gas natural y el carbón) se reducirán en promedio un 40% en 2020, pero verán un notable repunte en 2021.


Los precios de los metales también cayeron a principios de 2020. Las mayores disminuciones se produjeron en el cobre y el zinc, que están particularmente asociados a la actividad económica mundial. Dado el considerable peso que tienen en el mercado la desaceleración de la demanda y el cierre de industrias clave, se prevé que en 2020 los precios de los metales caigan un 13% en total. Los metales industriales serían los más afectados por la desaceleración económica mundial, en particular la de China, que representa más de la mitad de la demanda mundial de metales.

Los precios agrícolas están menos vinculados al crecimiento económico, y en el primer trimestre de 2020 solo se registraron disminuciones menores, excepto en el caso del caucho, utilizado en el transporte. Se prevé que en 2020 los precios se mantengan en general estables, ya que los niveles de producción y las existencias de la mayoría de los alimentos básicos se encuentran en máximos históricos. Sin embargo, la producción de productos básicos agrícolas podría sufrir perturbaciones en el comercio y la distribución de insumos como fertilizantes, plaguicidas y la disponibilidad de mano de obra. Las alteraciones de las cadenas de suministro ya han afectado a las exportaciones de productos perecederos como flores, frutas y hortalizas de mercados emergentes y de países en desarrollo.