María Fernanda Garza Merodio, vicepresidenta de la International Chamber of Commerce Mundial (ICC Mundial) estuvo en Santa Cruz. Dice que debe haber una mayor participación de la mujer en la economía formal

17 de mayo de 2022, 7:28 AM
17 de mayo de 2022, 7:28 AM


“La participación activa de las mujeres en el crecimiento económico de los países”, fue el tema que expuso María Fernanda Garza Merodio, actual vicepresidenta de la International Chamber of Commerce Mundial (ICC Mundial), durante su participación en el primer Foro Internacional “Mujer, Empresa y Desarrollo”, organizado por Iguales Fundación en Santa Cruz de la Sierra.


- ¿Qué diferencias existen entre las economías de los países que tienen una mayor participación activa de la mujer y los que no?
De acuerdo con estudios mundiales recientes, en aquellos países en los que la mujer participa activamente en la economía, principalmente en los sectores exportadores, tiene una mayor protección porque son partícipes de la economía formal.
La brecha de género en los países altamente exportadores, con mayor participación de la mujer, se ve muy disminuida en todos los niveles, sobre todo, en pobreza y salud. Por eso, es importante que se les brinde a las mujeres la oportunidad de participar en la economía formal. Creemos que el comercio es esa gran oportunidad y hoy más que nunca, gracias a la digitalización del comercio.
El crecimiento económico de América Latina, así como el de Bolivia, tiene rostro de mujer. La mayor prueba de esto es el interés que compartimos para hablar de estos temas. Las mujeres hemos logrado ciertos avances en la esfera laboral, pero también nos enfrentamos a una incómoda realidad: la vida en nuestros hogares y en la sociedad continúa siendo tremendamente inequitativa.

_ ¿Cómo impactó la pandemia en la participación activa de las mujeres en la economía global?
Existen datos aterradores que revelan que la situación no es buena. Lo que ya sabíamos previo a la pandemia, que de alguna manera lo dejamos pasar, pero se exacerbó tanto la problemática, que ya no podemos dejarla de lado en todos los temas, la carga de trabajo, en la casa, que es trabajo no remunerado, el cual se recarga mucho sobre la mujer. También dificultades en la parte de la capacitación y educación.
Vemos con mucha preocupación que las niñas del mundo no están volviendo a las escuelas y eso en el futuro va a abrir una brecha en esta generación de niñas y niños, que no fueron a la escuela y
que aún no sabemos ni podemos medir sus consecuencias.
Hay países que han tenido recursos para apoyar a su población, con tratamientos, vacunas e incluso apoyo económico, pero hay otros países que no tienen los medios para hacerlo. También hemos visto diferencias muy grandes entre los trabajadores que se arriesgan al contagio y los que pueden trabajar seguros desde sus casas. Entre las grandes y medianas empresas y los pequeños negocios, de los que casi el 40% son de mujeres.
Millones de mipymes en el mundo están a punto de cerrar o ya se han visto forzadas a hacerlo. Muchas de ellas que siguen operando, son sumamente vulnerables. Ninguna diferencia ha sido tan significativa como la existente entre los hombres y las mujeres. Tanto en cuestiones relacionadas al trabajo remunerado como al no remunerado. 

_ Eso quiere decir que existe un retroceso ...
En cuanto a puestos laborales ocupados por mujeres en el mundo, estamos en el mismo lugar que en 1988. De esa magnitud ha sido el retroceso en cuanto a la posición laboral que la mujer ocupa hoy en el mundo.
En el caso particular de la región y Bolivia, ¿cómo está la situación?
Un problema que muchas naciones, gracias a Dios, han dejado de lado es el tema de la muerte materno infantil a la hora del nacimiento. Pero aún persiste, pese a los conocimientos que se tienen en el mundo y que debemos trabajar en ello.
Bolivia desafortunadamente es uno de los países de América Latina que presenta todavía muchas muertes materno-infantiles. Esto nos da una idea de la gran cantidad de trabajo que tenemos que realizar en el país para mejorar sus condiciones. Esto no significa que no podamos, al mismo tiempo, trabajar para llevar a esas mujeres a capacitaciones y conectividad que requieren para poder tener oportunidades de salir de la pobreza, que traen consigo muchos riesgos. 

_ ¿En esa tarea, además del Gobierno, deberían participar el sector privado y las universidades, entre otros actores?
Por supuesto, es el reto que tenemos hoy en día en el mundo. Nos está tocando vivir una situación con problemas muy serios, como nunca antes habíamos visto, por lo menos no nuestra generación.
Tenemos que entender que para afrontar esos retos todos tienen que trabajar en superarlos. Porque si logramos trabajar juntos, los gobiernos, con la iniciativa privada, con la academia y los ciudadanos, vamos a poder enfrentarlos. Si cada quien sigue en su sitio, trabajando independientemente, no vamos a poder con ellos. Vamos a tardar 500 años o más.