La crisis económica y la pandemia obligan a miles de personas a recurrir a sus ahorros previsionales. Los economistas lamentan que el Estado no haga su aporte

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21 de septiembre de 2021, 16:00 PM
21 de septiembre de 2021, 16:00 PM

Juan Banegas perdió su empleo durante la pandemia el año pasado y con el finiquito que recibió, logró instalar una tienda “bien surtida” en su barrio, lo que actualmente le da el sustento diario, junto a su familia de cuatro integrantes. El hombre, a punto de cumplir 50 años, ya sabe lo que hará con los Bs 15.000 que recibirá de sus aportes a las AFP: “voy a invertirlo en mi tienda”, reveló.

Por su parte, Jaime Ortiz (43) fantasea con comprar un par de máquinas que le faltan para equipar su carpintería, pero no tiene certeza de lo que puede recibir, ya que solo tiene cinco años de aportes. Sin embargo, dijo que averiguará y ‘sacará’ todo lo que tenga, porque intuye que el monto ahorrado, no llega a Bs 10 mil.

Como Banegas y Ortiz, miles de aportantes a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), ya hacen planes para atenuar los efectos de la crisis económica, agravada por la pandemia por el Covid-19, con los recursos que tendrán en sus manos, luego de la promulgación de la Ley para la Devolución Parcial o Total de Aportes a las AFP.

El presidente del Movimiento de Emergencia Nacional para la devolución de los aportes de las AFP y la Seguridad Social, Yerko Orozco, destacó que de acuerdo a su percepción generada en los últimos meses, junto a los manifestantes que exigían la devolución de sus aportes, el destino del dinero será primordialmente a gasto, antes que inversión. “Hay gente que no va a recibir gran cosa, porque lo primero que hará es gastar en medicinas, en comida y en (pagar) algunas deudas que tengan”, resaltó.

Sin embargo, destacó que este hecho histórico en el país, reactivará la economía. “Yo tengo muchas necesidades, principalmente con mi padre que ha sufrido una embolia y tiene cáncer de páncreas. He estado prestándome plata para los gastos de su salud. Voy a alcanzar una devolución de 9.000 bolivianos, que va a ser para pagar las deudas”, señaló, a tiempo de considerar que le hubiera gustado volver a instalar su oficina para brindar un mejor servicio como abogado.

Gonzalo Melgar, el aportante que caminó desde Santa Cruz a La Paz, exigiendo la devolución de sus aportes, indicó que el dinero que le corresponde alcanzará los Bs 15.000, con lo que pretende comprar equipamiento para instalar una fábrica de embutidos. “Son algo así como 2.150 dólares. De ahí (el monto) quiero invertir en una embutidora de carne, 500 dólares; un freezer, 600 dólares, y una mezcladora de carne, otros 500 dólares”, afirmó.

Movimiento sin inversión

El economista e investigador, Alberto Bonadona, lamentó que con el máximo de recursos que un aportante tendrá disponible con la nueva ley, Bs 15.000, no se puede hacer una inversión como para pensar en montar un buen negocio. “Y una persona que tiene menos de 10 mil bolivianos, y que le van a entregar el 100%, lo que va hacer es sentirse muy feliz de tener plata en el bolsillo, pero no creo que haga una gran inversión, más bien será para el consumo directo”, expresó.

Al mismo tiempo, indicó que se podrá ver un movimiento económico en el país, pero no generará una gran reactivación. “Los sectores que se moverán serán el de alimentos, de determinados productos. Es decir, el beneficiado será el comercio”, añadió.

No hay apoyo estatal, el financiamiento es personal

El economista Alberto Bonadona lamentó que el Gobierno no haya procurado los recursos para brindar alivio a las personas con urgencias económicas. “Es una devolución para financiar a las personas con necesidad, pero con su propio dinero. Pienso que este tipo de situaciones deberían ser más bien financiadas con recursos estatales para, precisamente dar un impulso mayor a la economía”, propuso.

En cuanto a la fuente de los fondos, indicó que debería salir del Banco Central de Bolivia, que hace pocos días recibió $us 326 millones en Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Si el FMI se anima a regalar plata, porque ha sido un regalo de dinero a todos los países del mundo para impulsar sus economías, ¿cómo es posible que un Estado como el nuestro no pueda pensar que esa es una política positiva en este momento? Es dinero fresco, para introducir a la economía”, aseveró Bonadona.