Desde 2013 a la fecha solo quedan tres de las ocho entidades que se dedicaban a los créditos para vivienda. Los expertos atribuyen el comportamiento en declive a factores políticos, sanitarios y económicos

15 de marzo de 2022, 7:10 AM
15 de marzo de 2022, 7:10 AM

Por Walter Vásquez

Las Entidades Financieras de Vivienda (EFV) enfrentan un escenario marcado por la competencia que instauró en su nicho de mercado la nueva Ley de Servicios Financieros y por la desaceleración económica agudizada por la pandemia. Tras reducir su tamaño en los últimos años, el sector debe encarar reformas técnicas, según analistas financieros.

Bajo este nuevo escenario, la cantidad de prestatarios de las exmutuales se redujo de manera progresiva, de 20.596 en 2012 a 10.167 en 2021, a diferencia de la tendencia al alza que mantuvieron en ese periodo bancos, cooperativos de ahorro y crédito e instituciones financieras de desarrollo, de acuerdo con datos de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI).

Hasta enero de esta gestión, las tres EFV que quedan en el sistema concentran solo el 0,6% de los 1,67 millones de prestatarios que registra el sistema nacional de intermediación financiera. Los dos bancos pyme poseen el 4,9% de estos clientes, las 37 cooperativas el 6,3%, los dos bancos públicos el 12,7%, las nueve IFD el 13,1% y los 12 bancos múltiples el 62,4%.

Los reportes permiten también observar que en los últimos años el número de cuentas de depósito en el sistema de las financieras de vivienda se ha estado reduciendo en los nueve departamentos del país. “Las captaciones de depósitos y colocación de créditos son marginales con respecto al resto del sistema bancario, que también tiene líneas de financiamiento para la vivienda social”, remarcó el economista Germán Molina.

Tanto Molina como su colega Wálter Morales consideran que la tendencia de estos dos indicadores que presentan las entidades especializadas en el negocio de la vivienda responde a varias razones, entre ellas está la reducción de la cantidad de mutuales.

El funcionamiento de las mutuales en Bolivia fue autorizado vía decreto el 14 de septiembre de 1963, según el libro Historia de la regulación y Supervisión Financiera en Bolivia.

Nacieron con el nombre de Asociaciones de Ahorro y Préstamo para la Vivienda y el objetivo de otorgar créditos a sus propios asociados, para la construcción, adquisición y mejoramiento de sus casas.

Esta característica les permitió convertirse en la primera mitad de sus hoy casi 60 años de trabajo en la fuente de financiamiento para vivienda más importante de las ciudades capitales o intermedias en las que se instalaron y, en algunos casos, en la única institución financiera para esas poblaciones.

Pero ese rol, que se ganó en décadas de trabajo, se oscureció con la promulgación el 21 de agosto de 2013 de la Ley 393 de Servicios Financieros, que cambió las reglas del juego para el sector.

La norma convirtió a las Mutuales de Préstamos y Ahorro en Entidades Financieras de Vivienda (EFV); fijó las tasas de interés para crédito de vivienda de interés social en un rango de entre un 5,5% y 6,5%; y determinó que el nivel mínimo de cartera para esos préstamos sea del 50% para las EFV y de 60% (incluye crédito productivo) para la banca múltiple,y amplió el plazo de pagos hasta 30 años.

La ASFI define a las EFV como una sociedad con especialización en préstamos para adquisición de vivienda; en proyectos de construcción de vivienda unifamiliar o multifamiliar; en compra venta de terrenos; en refacción, remodelación, ampliación y mejoramiento de viviendas individuales o en propiedad horizontal y en otorgamiento de microcrédito para vivienda familiar y para infraestructura de vivienda productiva, así como operaciones de arrendamiento financiero individual.

Modelos de experiencia

Al momento de entrar en vigencia la Ley 393 había ocho mutuales en el mercado, pero con el paso de los años esa cantidad bajó a tres.

La Paz fue intervenida por la ASFI y sus clientes pasaron a manos del Banco Mercantil Santa Cruz; La Promotora absorbió a Pando, Paitití y Potosí; La Primera absorbió a La Plata; y El Progreso se mantiene en funcionamiento.

Hoy, La Primera llega a La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Tarija y Chuquisaca; La Promotora a Cochabamba, Potosí, Beni y Pando; y el Progreso a Oruro. Las tres trabajan para mantenerse solventes y en funcionamiento.

Para Molina, otras razones internas para la declinación del número de prestatarios y cuentas de depósitos es la desaceleración de la economía desde 2014, la falta de incentivos para los emprendedores, la inseguridad jurídica, la caída de los ingresos de las familias y el menor ahorro que éstas pueden lograr. “Lo poco que tienen lo han llevado a los bancos, que ofrecen un interés más alto, no a las EFV, que tienen el interés más bajo del sistema financiero”.

Otra causa externa, agregó, es el contexto adverso para la economía mundial debido a la recesión causada por la pandemia y el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia.

El auditor Wenceslao Castelú, con 25 años de trabajo en el sistema financiero, consideró que la reducción en cuentas de depósitos y número de prestatarios obedece principalmente a la intervención del Estado en la actividad de las EFV, a través de la Ley 393, y de las dificultades que tiene el sector para adaptarse a las nuevas condiciones de mercado.

“Cuando tenían hegemonía en el crédito de vivienda, los indicadores de las mutuales eran óptimos (...). Ahora no se han logrado adaptar a estas nuevas perspectivas de mercado, principalmente sus departamentos comerciales, por lo que su movimiento de cartera es bajo”, dijo Castelú.

Las EFV “no lograron adecuarse a las nuevas condiciones del mercado y están, además, retrasadas en innovación tecnológica que permita reducir costos y elevar la productividad”, sostuvo Molina.
Bajo el marco de la Ley 393, “las financieras tienen ciertas dificultades de fondeo y calce de plazos, teniendo su principal fortaleza en clientes cautivos por fidelidad y antigüedad, más que por oferta de tasa”, consideró, a su vez, Morales.

Este medio solicitó a la ASFI y a La Primera información sobre el sector, pero no se obtuvo respuesta hasta el cierre de esta edición.

Pablo Rodríguez, gerente general de La Promotora EFV, explicó que existen varios factores que han causado la disminución del número de prestatarios y de cuentas de depósitos.

En el primer caso, están los diferimientos de cuotas de créditos y reprogramaciones con tiempo de prórroga y períodos de gracia aprobados desde el inicio de la pandemia, que han interrumpido el flujo normal de liquidez.
“Las entidades han priorizado el mantenimiento de los niveles de liquidez versus el crecimiento de cartera”, apuntó.

La disminución de los depósitos del público, continuó, data de fines de 2019 por efecto de la incertidumbre provocada por los conflictos sociales y políticos, y por el nivel de competencia en cuanto a la oferta de tasas de interés pasivas para depósitos del público, que tiene inclinada la balanza hacia otras entidades del sistema. “La posibilidad de que una EFV pueda ofrecer tasas de interés pasivas altas es casi imposible, considerando que el 50% de su cartera de créditos tiene que ser destinada a créditos de vivienda de interés social, que tienen tasas reguladas (entre 5,5 y 6,5%), restricciones que otros tipos de entidades no tienen”, afirmó. 

Las Entidades Financieras de Vivienda “deben encontrar combinaciones adecuadas entre créditos, posiciones de inversión y captación de recursos, sin dejar de mencionar un mejor control de gasto administrativo”, sostuvo el economista Morales.

“Al contar con posiciones principalmente largas en plazo, los diferimientos y reprogramaciones les han generado afectaciones, al igual que al resto del sistema, pero teniendo (preliminarmente) una morosidad promedio mayor”, dijo.
El gerente general de La Promotora arguyó que la entidad encara esta situación con un nuevo modelo de negocios denominado Banca Familia, implementado desde septiembre de 2021. 

Modelos de experiencia

El nuevo modelo de experiencia, que busca conectarse con las emociones de los clientes y crear vínculos que perduren en el tiempo, está sostenido por cinco pilares. Está el nuevo portafolio de productos con mejores condiciones y beneficios de valor agregado para los clientes; y la reingeniería de procesos y procedimientos que los hace más ágiles para acompañar una gestión más eficiente.

También figura el desarrollo de una comunicación estratégica más asertiva, humana, y empática; y la implementación de oficinas con más tecnología y personal cuyo diseño fusione la banca café, banca boutique y banca store.

Este proyecto viene acompañado por mejoras en su plataforma digital y la implementación del servicio On Boarding, de kioscos de autoservicio y de wifi ilimitado para clientes que estén en sus oficinas. “Desde la implementación de Banca Familia, La Promotora EFV ha generado resultados importantes en crecimiento de su cartera de créditos, captaciones, nuevos clientes de ahorro y nuevos prestatarios”, dijo Rodríguez.