La partida corresponde a los salarios, bienes y servicios, y diferentes compromisos del aparato estatal que llegarán a los Bs 129.807 millones. Solo en sueldos el PGE se incrementó en Bs 2.030 millones. El Gobierno prevé un crecimiento del 5,1% y una inflación del 3,4%

26 de noviembre de 2021, 4:00 AM
26 de noviembre de 2021, 4:00 AM

Los números no mienten. Un 57,4% del Presupuesto General del Estado (PGE) programado para el 2022 se usará para cubrir los gastos corrientes, que se incrementarán un 4%. Para el próximo año, el Ministerio de Economía planteó un techo presupuestario de Bs 235.000 millones. Además, contempla el incremento de los ingresos, una reducción del déficit fiscal y un crecimiento del Producto Interno Bruto del 5,1%.

Las cifras forman parte al anteproyecto de Ley del PGE para la gestión 2022 que el Ministerio de Economía envió a la Asamblea Legislativa Plurinacional y que fue presentado ayer jueves por el responsable de esa cartera, Marcelo Montenegro.

En su presentación, la autoridad destacó que el presupuesto incrementa la inversión pública, que para el próximo año llegará a $us 5.015 millones. El monto es mayor en un 25% con relación a lo asignado este año que fue de $us 4.011 millones.

El funcionario sostuvo que este año el presupuesto busca la racionalización del gasto y la optimización de los recursos públicos, pero sin que implique un recorte de sueldos ni el despido del personal del aparato estatal.

Para que esto sea posible, los números estatales contemplan un incremento en los ingresos corrientes de hasta el 14%. Esto quiere decir que el Gobierno pretende recaudar Bs 137.990 millones, dígitos superiores a los Bs 121.095 millones de 2021.

El especialista en finanzas, Jaime Dunn sostiene que el Gobierno pretende reducir el déficit fiscal incrementando sus ingresos, pero no ajustando sus obligaciones. Así, alertó que es una apuesta arriesgada debido a que organismos internacionales prevén un menor crecimiento para el 2022. Por ejemplo, el Banco Mundial estima un crecimiento del 3,5% para el próximo año y un 3% para 2023.

Detalles del gasto

Si bien Montenegro habló sobre el uso racional del gasto, las cifras demuestran que los mismos se incrementarán en 2022.

En los cuadros del PGE, que hizo público el Ministerio de Economía, se evidencia un aumento del 4% en los gastos corrientes.

Para el 2021, el Gobierno programó Bs 129.807 millones para este ítem. Pero para el próximo año se asignaron Bs 134.807 millones, lo que representa un 57,4% del presupuesto consolidado de 2022.

Los gastos corrientes son los que se utilizan para pagar sueldo al personal, comprar bienes y servicios que son esenciales para llevar adelante las funciones administrativas del Estado. En esta partida también entran el pago de compromisos adquiridos con agentes externos e internos.

El mayor porcentaje de los gastos corrientes va destinado a los ítems de sueldos y el pago de bienes y servicios. El presupuesto en salud aumenta un 6% -pese a la pandemia- al pasar de Bs 22.216 millones en 2021 a Bs 23.590 millones para el próximo año.

Solo para sostener el pago de la planilla de funcionarios del Estado el Gobierno asignó Bs 45.235 millones, lo que representa un 4,7% más con respecto a los recursos programados en 2021, cuando se asignaron Bs 43.205 millones. Es decir, este año solo en salarios el PGE se incrementó en Bs 2.030 millones.

Mientras que para el pago de bienes y servicios se fijó un techo presupuestario de Bs 58.347 millones, un 8,1% más a lo asignado este año, montó que llegó Bs 53.986 millones.

Montenegro aseguró que el Gobierno está realizando un esfuerzo para reducir el déficit fiscal, pasando del 9,7% este año al 8% para el 2022. Y explicó que para reducir este indicador se optimizó el gasto sin recortar sueldos ni despedir a ningún funcionario público.

Asimismo, en el PGE se prevé una amortización de la deuda externa de Bs 8.357 millones, el doble de lo abonado en 2021.

No obstante, el economista Germán Molina, que analizó los datos oficiales, dijo que el Gobierno recortó los recursos asignados para el pago de los intereses de la deuda externa.

Por ejemplo, para el próximo año se dispuso un presupuesto de Bs 3.680 millones para el pago de intereses por este servicio. La cifra es menor en 34,6% con relación a lo asignado en 2021.

Para el especialista, el Gobierno está poniendo en riesgo la fe del Estado al hacer este tipo de ajustes. Por ejemplo, dijo que en el presupuesto no está incluido el pago de los intereses de los bonos soberanos que Bolivia emitió durante el gobierno de Evo Morales.

“No está el pago de bonos soberanos que debemos devolver en dólares al exterior. No hay argumentos para decir por qué se redujo ni las causas. Y si Bolivia no paga puede entrar en default y esto puede quitar credibilidad a la gestión”, dijo.

En este escenario, Molina sostuvo que la reducción del déficit fiscal es poco creíble porque el gasto creció y no hay un ajuste real en las cuentas del Estado.

Observó que incluso el Gobierno contempla un incremento de los ingresos generados por las empresas estatales que, según él, siempre fueron deficitarias.

El PGE presentado por Montenegro establece el aumento de los ingresos de estas compañías en un 9,1%, pasando de Bs 49.663 millones a Bs 54.198 millones.

“El gasto corriente es bajo, pero los recursos para salarios se subieron. Esto es un presupuesto estatista, que deja poca cabida al sector privado. Se está sacrificando la inversión pública caminera a cambio de llevar dinero a las empresas estatales”, observó Dunn. Y es que para infraestructura se tienen previstos $us 1.499 millones, mientras las estatales recibirán más de $us 8.300 millones.

Financiamiento externo

Dunn sostiene que el presupuesto proyecta una caída en el financiamiento de un 38,3%. En 2021, el PGE recibió un financiamiento externo por Bs 59.370 millones, pero para 2022 prevé recibir Bs 36.649 millones.

Mientras que el financiamiento interno crecerá en 27,5%, llegando a Bs 58.927 millones.

“Otra vez se está llevando al país a depender más de la deuda interna, que implica préstamos del BCB de las AFP, es dinero, que debería estar fluyendo a las empresas privadas e irá a las empresas públicas. Es un presupuesto de un Gobierno que pretende resolver los problemas solo”, dijo.

Tomando en cuenta el déficit fiscal del -8% para 2022, Dunn anticipó que en los próximos cinco años el PGE seguirá calculando un hueco financiero similar si no hay un ajuste profundo.

Consultado sobre esta variable, Montenegro dijo que no es política del Gobierno acortar el gasto. Además, aclaró que el hueco financiero del PGE será financiado, en su mayoría, por fuentes internas.

Inversión

Pese a las observaciones, el Gobierno destacó el incremento de hasta un 25% de la inversión pública y aseguró que la mayoría será canalizada al sector productivo.

Esta área concentrará un 42,5% de participación, en sectores clave como energía, agropecuaria, minería, industria, hidrocarburos, turismo, entre los principales.

Por su parte la infraestructura tendrá el 29,9%; mientras que para el área social se destinará el 17,2% y para los sectores multisectoriales llegará al 10,5%.

Con esta inversión el Estado pretende el incremento de la tasa de variación de la actividad económica real tras el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 4,4% de 2021 al 5,1%, cuando los organismos internacionales son más austeros.

“En los supuestos macroeconómicos estamos incrementando la tasa de variación de la actividad económica real, tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en términos reales del 4,4% del presente año, que está en el Programa Fiscal Financiero, al 5,1%”, dijo y explicó que se prevé una nflación del 3,4%, cuando este año se estima en 2,6%.

Montenegro aseguró que “el modelo económico heredado del Gobierno de Evo Morales se va a seguir aplicando. “Y nos irá dando los resultados para reconstruir una economía que ha sido destruida por el mal manejo económico el 2020 y que nos está dando buenos resultados en esta gestión. Tenemos que profundizar esta reconstrucción el 2022”, dijo.

Agregó que la meta del Gobierno es la transformación del aparato productivo con sustitución de importaciones e industrialización.

“Bolivia tiene la capacidad para sustituir muchas de las importaciones”, aseguró.