Parte del sector en Santa Cruz saldrá hoy a trabajar y la otra amenaza con radicalizar la presión cortando el paso de vehículos en la ciudad y provincias. La Cámara Nacional de Industria pide diálogo, los trasportistas del resto del país irán a dialogar con el Ejecutivo

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Todo tiene un costo. El paro convocado ayer por el transporte, que se acató de forma contundente, generó la pérdida de $us 17 millones a las industrias del país. Con el daño ya hecho, el Gobierno llamó a los transportistas al diálogo, que se reanudará hoy a las 14:00. Los dirigentes, a escala nacional, confirmaron su asistencia y levantaron la presión, menos una facción de Santa Cruz que radicalizará la protesta y amenazó con no dejar trabajar a los choferes que salgan a la calle.

El transporte a escala nacional exige ampliar el diferimiento de los créditos por seis meses más.

El año pasado, por la emergencia sanitaria, el Gobierno de transición postergó el pago de los préstamos hasta el 31 de diciembre. Se tenía previsto que los prestatarios, desde enero, retomen sus obligaciones

Pero varios sectores, entre ellos el transporte, no pudieron recuperarse de la crisis generada por la pandemia, y tras fracasar el diálogo con el Gobierno decidieron paralizar al país.

El lunes, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, ofreció al sector una reprogramación o refinanciamiento de sus créditos, con un periodo de gracia de seis meses. La oferta fue rechazada y los transportistas decidieron ir al paro con bloqueo de caminos.

Llamado y división

En primera instancia el Gobierno minimizó la protesta y acusó a los transportistas de pedir medidas radicales, como la condonación del interés de sus préstamos. Esto fue negado por los dirigentes.

Pasado el mediodía, y ante la contundencia del paro en el país, Montenegro llamó al diálogo y cursó una invitación escrita a los diferentes sindicatos, federaciones, cooperativas y asociaciones.

Tras varias horas de reunión la dirigencia a escala nacional decidió acudir al llamado. Pero Santa Cruz optó por no aceptar luego de una reunión entre los transportistas sindicalizados y los afiliados a las cooperativas, representados por Fedetrans.

Este bloque incluso dispuso radicalizar la presión y declarar un paro indefinido. “Mañana (por el miércoles) salen los micros, que la población se quede tranquila. No estamos en condiciones para sostener un paro indefinido, es muy radical”, sostuvo.

Estas declaraciones causaron sorpresa en Ronald García, presidente de la Federación Departamental de Cooperativas de Transporte (Fedetrans) y acusó a Guerrero de “sea un doble cara” por no respetar un acuerdo de unidad entre el sector.

Amenazó con no dejar trabajar a los transportistas urbanos e instalar diferentes puntos de bloqueo en toda la ciudad.

“No vamos a salir, e incluso a bloquear y no vamos dejar trabajar a nadie. Hay contradicción en el sector sindical”, sostuvo.

El dirigente informó que se mantendrán los más de 40 puntos de bloqueos que existen en el departamento. Así también se cerrarán las fronteras y no se permitirá el ingreso de combustibles a la refinería de Palmasola.

Juan Yujra, dirigente del transporte pesado cruceño, manifestó que no fue recibida ninguna invitación formal por parte del Gobierno y tras finalizar una jornada de paro y bloqueo extenderán la medida para mañana y no se descarta ir al paro indefinido, aunque expuso que todavía se debe determinar este asunto con el sector en general.

Daño colateral

La protesta causó daños colaterales a otros sectores. Por ejemplo, ayer la Cámara Nacional de Industria (CNI) detalló que la medida frenó la producción de bienes finales de subsectores como el de alimentos, bebidas, muebles, textiles, material de construcción, metalmecánica, productos farmacéuticos y plásticos.

Ibo Blazicevic, presidente de la CNI, señaló que la extrema medida afectó el transporte y la provisión de bienes finales a la fabricas, que incluso no pudieron recibir materias primas e insumos, tanto nacionales como importados.

Además, se dificultó la entrega de productos a los diferentes mercados del país.

Un paro de 24 horas dificulta la circulación de $us 17 millones”, señaló el industrial.

Cada año el sector industrial genera al Producto Interno Bruto (PIB) $us 6.400 millones.

Blazicevic sostuvo que lo fundamental es alcanzar un normal desempeño de las actividades económicas para evitar una mayor caída de las ventas, liquidez y riesgo de insolvencia de las empresas del país.

“Se debe alcanzar un acuerdo que permita un equilibrio razonable entre las posibilidades de pago de los prestatarios, pero sin poner en riesgo la estabilidad del sistema financiero que administra los recursos de los depositantes y canaliza recursos para inversión”, aseveró.

Para el dirigente empresarial, la industria en 2020 experimentó una caída de su PIB industrial en torno al 10% y en 2021 debe ser un año de la recuperación.

“Los paros sólo profundizan la recesión industrial”, dijo.

Rolando Kempff, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC) llamó a retomar el diálogo para que no se rompa la cadena logística de las empresas.

“Hemos visto que los bloqueos afectan a todos los sectores y perjudica la producción de todos los bienes y servicios”, señaló.

El empresario señaló que la oferta planteada por el Gobierno es la más acertada porque mantener la cadena de pagos en el sistema financiero.

El presidente de la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba, Javier Bellot, dijo que el paro de los transportistas significó una pérdida de Bs 17 millones por día para el sector productivo departamental.

Además, el empresario sostuvo que la demanda de los transportistas perjudicará más a los deudores de la banca, porque sólo logrará la postergación del pago del préstamo y no tendrán acceso a financiamiento.