El exministro Carlos Romero denunció que Trafigura tiene el 90% de este negocio. No obstante, datos de YPFB revelan que la firma tiene el 20,62%, pero que, durante la gestión de Morales, su participación superó el 50%. Alertan mayor contrabando

23 de febrero de 2023, 4:10 AM
23 de febrero de 2023, 4:10 AM

Después de que el exministro de Gobierno, Carlos Romero, denunciara un supuesto monopolio en la importación de combustibles a favor de la empresa Trafigura, fuentes del interior de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) revelaron que tal favorecimiento se dio durante la gestión del expresidente Evo Morales y no en la actual administración de Luis Arce Catacora.

En un marcado distanciamiento político que es público, exfuncionarios de la gestión de Morales y parlamentarios afines al partido del Gobierno, el Movimiento Al Socialismo (MAS), que son leales con el exjefe de Estado, han salido a cuestionar la gestión del presidente Arce. 

Uno de estos actores es justamente Romero, que en otros tiempos fue la mano derecha de Morales, cuando ocupó el Ministerio de Gobierno. La exautoridad habló de favorecimientos a la transnacional Trafigura en la compra de combustibles.

No obstante, datos obtenidos por fuentes cercanas a YPFB, que pidieron no ser citadas, señalan que esta compañía -junto con la empresa Vitol- llegaron a tener hasta el 90% del negocio de las importaciones con el Gobierno de Morales.

En 2019, Trafigura tenía el 56% del mercado de compras de combustibles, mientras que Vitol el 34%. El restante 10% era distribuido por otros ‘traders’.

En la actualidad, según las fuentes de YPFB, estas dos compañías tienen el 48% de las compras de diésel y gasolina. 

Declaraciones de Romero 

En una entrevista con un medio televisivo, Romero denunció que existe “una importación excesiva que va al contrabando” y con sobreprecios “escandalosos” que van camuflados en pagos denominados premium.

“Yacimientos está pagando un concepto que técnicamente han llamado ‘premium’ que es una comisión que le están pagando al intermediario, pero resulta que la comisión hace multiplicar los precios de los combustibles con seguridad en más del 50%”, denunció Romero.

Es más, apuntó directamente a la transnacional Trafigura que, según él, es una de las más cuestionadas de Latinoamérica.

“Solo opera en Bolivia y Paraguay. En los otros países prácticamente ha sido expulsada”, reveló.

Agregó que está advirtiendo que la balanza energética es negativa, porque hay más de $us 500 millones entre lo que sé destina para comprar combustibles y lo que se genera por las exportaciones de gas natural.

 Además, aseguró que “Yacimientos opera en un 90% de sus importaciones de gasolina y diésel” con esta “empresa transnacional”.

“En Brasil ha sostenido un proceso por corrupción, por pagar a funcionarios que aperturaron los sobres de licitaciones para acomodar sus ofertas. Y eso los ha llevado a un juicio internacional, Trafigura es objeto de la investigación de Lavajato de la Policía Federal de Brasil y el FBI”, dijo Romero.

Sin embargo, la compañía realizó varios acuerdos comerciales durante la presidencia de Evo Morales. De hecho, llego al país en 2010 y tuvo bajo su poder varios contratos. 

Por ejemplo, el 14 de mayo de 2013, YPFB y la empresa extranjera coordinaron las acciones operativas para la exportación por 18 meses (julio 2013-diciembre 2014) de 5.500 TM mensuales de Gas Licuado de Petróleo (GLP) a Paraguay.

En dicho periodo Romero era ministro de Gobierno. Justamente, esa cartera de Estado está a cargo de la Dirección General de Sustancias Controladas, que hasta hace poco era la única entidad que establecía hojas de ruta para las cisternas de manera que no desvíen el producto para actividades ilícitas.

Pero ahora la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) también supervisará estas guías para evitar que el combustible sea desviado al contrabando.

Costos de importación

Si bien la estatal no ha querido referirse de forma oficial sobre este tema. EL DEBER logró acceder a cuadros estadísticos sobre las compras de combustibles hechas por Yacimientos. Entre los datos sobresalientes está el hecho de que la adquisición por el lado occidental es mucho más barata que por la región Sur-Oriente. 

Por ejemplo, el costo de una cisterna, que es traída por Chile (occidente del país) entre el flete y costo de transporte tiene un costo de $us 49.000, mientras que si llega por lado de Paraguay (Sur-Oriente) el valor se eleva a $us 65.000.

Si se compara ambas cifras el Estado ahorra hasta $us 16.000 por cisterna si realiza sus compras por occidente. A la fecha, el 68,26% de las importaciones se realiza por esa zona geográfica, mientras que el 37,74% por la región Sur-Oriente.

Solo en enero las exportaciones de combustible, entre gasolina y diésel, llegaron a 135,27 millones de metros cúbicos.

Durante la gestión de Morales, más de un 50% de las compras se realizaban por la región Sur-Oriente.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) las importaciones de combustible y lubricantes alcanzaron en 2022 a $us 4.365 millones, cifra que casi se duplicó, respecto a 2021, donde llegó a $us 2.250 millones, lo que representa el 94% de incremento.

Mientras que las exportaciones de gas llegaron a $us 3.400 millones. En un informe presentado en enero de este año, Yacimientos informó que esta cifra representa un incremento del 45% en relación al monto registrado en 2021.

Al igual que Romero, analistas cuestionaron la política hidrocarburífera, aunque observaron el ‘tono’ usado por la exautoridad.

El experto Hugo del Granado, aseguró que Tranfigura es una transnacional que opera en toda Latinoamérica “y no va estar metiéndose en problemas”.

Sobre el incremento en el volumen importado, explicó que esto se debe al aumento natural del parque automotor y sobre todo la alta demanda generada por el bajo costo que tienen la gasolina y el diésel. 

Bolivia, desde el 2004, subsidia el precio de estos dos productos.

“Tenemos combustibles tan baratos que la gente derrocha. La subvención debe terminar, porque no es sostenible”, sostuvo. 

A esto se suma el contrabando de combustibles, debido, según el experto, al poco control, que existe de las autoridades nacionales. Además, de la poca liquidez que tiene YPFB para poder cumplir con sus pagos.

A su vez, el ex ministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, señaló que hay que entender que el incremento del precio de los combustibles es global a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Incluso este conflicto bélico ha provocado periodos de escasez, no solo en Bolivia, sino en otras partes del mundo. 

Siguiendo su explicación, dijo que la elevación del crudo hasta $us 95/barril hizo que los costos de refinación también se disparen.

Otro elemento clave, que destaca Ríos, es un incremento inusual de la demanda de combustibles, del 10% en diésel y un 9% en gasolina. Sostuvo que esta elevación demuestra que existe un margen importante que se va al contrabando, aprovechando los precios subvencionados del país y el poco control fronterizo.

En una entrevista en una red televisiva, realizada el 10 de febrero, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, reconoció que el aumento de presupuesto para la subvención de los hidrocarburos se debe a un incremento en el consumo interno de los combustibles que vuelven a salir por la vía del contrabando.

Según el Ministerio de Economía, el año pasado, la subvención al diésel y la gasolina llegó a unos inéditos $us 1.731 millones, 142% más que en 2021 ($us 714 millones)

Incluso, el responsable de esa cartera de Estado dijo públicamente que este incremento se debe a la poca exploración que se hizo en el pasado, en una clara alusión a la gestión de Morales.