El ente emisor reportó que a diciembre del año pasado 20 empresas estatales le adeudaban Bs 42.606 millones por créditos desembolsados para diferentes proyectos.

El Deber logo
10 de marzo de 2022, 12:18 PM
10 de marzo de 2022, 12:18 PM

Por Walter Vásquez

De Bs 42.606 millones que adeudan 20 empresas del Estado al Banco Central de Bolivia (BCB), el 45,6% corresponde a la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), que se encuentra en una carrera para ampliar su capacidad de generación sin haber concretado mercados externos para el excedente.

El Informe de Política Monetaria Enero 2022 del ente emisor detalla que a diciembre de 2021 los créditos para las empresas estratégicas son para la estatal eléctrica, Bs 19.455 millones; Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Bs 10.024 millones; Yacimientos del Litio Bolivianos (YLB), Bs 5.113 millones; la Empresa Azucarera San Buenaventura (Easba), Bs 1.812 millones; y la Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos (EBIH), Bs 101 millones.

Entre las empresas productivas más deudoras están Ecebol, Bs 3.689 millones; Envibol, Bs 396 millones; y Yacana, Bs 263 millones. Con otros montos figuran Lacteosbol, Quipus, Promiel, Huanuni, Corani, Vinto, Enatex, Emapa, Editorial, Colquiri, BoA y Mutún.

Datos de la Empresa Nacional de Electricidad dan cuenta que entre 2006 y 2021 la potencia que se añadió al Sistema Interconectado Nacional (SIN) fue de 2.951 megavatios (MW). En 2020, la capacidad instalada de Bolivia era de 3.034 MW, mientras que la demanda el año pasado superó los 1.600 MW. Esta gestión, la estatal prevé aumentar la oferta nacional en más de 1.000 MW solo con ciclos combinados.

El analista Álvaro Ríos consideró que ENDE debe dejar de lado la “fábula” de la exportación, para encarar el abastecimiento energético del mercado interno en un momento en el que las reservas gasíferas del país se reducen, al igual que la producción del gas natural que alimenta las termoeléctricas.

La venta de energía al vecino país se anunció a inicios de 2014 y debía concretarse a fines de esa gestión, pero pasaron siete años y ese proyecto aún no se logró.

El analista Hugo del Granado considera que el negocio no se cerró por cuestiones de precio y porque Argentina no está interesada en una potencia fija, sino en cantidades que eventualmente le falten, según crezca su demanda.

Días atrás, el embajador argentino Ariel Basteiro informó que su país “todavía tiene posibilidades de autoabastecerse”.

Con el objetivo de la exportación y con financiamiento del BCB, ENDE realizó inversiones para instalar plantas de generación y para tender hasta la frontera argentina una línea de transmisión que actualmente no genera ningún beneficio, sostuvo Ríos.

“La garantía de abastecimiento que nos ha dado ENDE ha sido a un gran costo de inversiones que se realizan no con la rentabilidad de la empresa, sino con préstamos del Banco Central”, indicó el analista.

ENDE, fundada el 9 de febrero de 1962, es hoy una corporación a cargo de cuatro empresas de generación, una de transmisión, cuatro de distribución, dos de servicios, una subsidiaria y casi 5.000 trabajadores con los que contribuye al acceso universal a la energía eléctrica en Bolivia.

Al momento, además, “controla un 80% de la industria eléctrica” del país, posee un patrimonio de Bs 14.162 millones y tiene en la mira la generación de excedentes a través de la exportación.

“Trabajamos para que la generación nunca falte, para que las líneas de transmisión se amplíen a más regiones y para garantizar la distribución a la industria, los negocios, los hogares, los centros de salud, las escuelas y a todo uso productivo que reactive la economía y haga de Bolivia un país fuerte y soberano”, destacó a principios de febrero el ex presidente ejecutivo de ENDE Corporación, Marco Seleme, durante el acto de conmemoración de los 60 años de la estatal.

Hay energía para todas nuestras industrias” como las del litio y el Mutún “que se vayan desarrollando en los próximos cinco o 10 años. Es por eso que nuestro proceso de cambio fomenta los créditos de energía”, afirmó en el mismo evento el viceministro de Electricidad y Energías Alternativas, José María Romay.

“A futuro, nuestra corporación se proyecta como uno de los principales motores de la economía de Bolivia”, subrayó Seleme y precisó que con ese objetivo se continuará con el cambio de la matriz energética y se concretará la exportación de electricidad a la Argentina. “Hay muchos planes para convertirnos en el referente sudamericano”, subrayó.

 “Bolivia está creciendo más, con la incorporación de plantas de generación de energías alternativas y renovables y la reducción del uso de combustibles fósiles en la generación de electricidad”, remarcó Seleme.

“ENDE sufre un alto grado de politización, aunque en menor magnitud que YPFB, donde se ve un tremendo manoseo político. Es una empresa que está  un poco mejor manejada técnica y económicamente, pero necesita de reformas para encarar el abastecimiento energético de todos los bolivianos”, concluyó Ríos.