La escasez del carburante genera problemas entre los transportistas que junto con sus movilidades hacen largas filas. Por la noche hay una menor cantidad de micros

27 de julio de 2024, 9:10 AM
27 de julio de 2024, 9:10 AM

Cuarto anillo y Doble vía a La Guardia, el tráfico es muy lento. No se trata de una protesta social o del arreglo del asfalto. Se avanza muy despacio debido a la kilométrica fila de micros, camiones, buses y vehículos particulares que desde hace más de 10 horas están en el lugar entorpeciendo el tráfico vehicular.

Son las 22:00 del miércoles 24 de julio y David Alarcón lleva sentado en su camión, un Volvo verde, hace siete horas.

“En el mes ya es la tercera vez que debo hacer filas para cargar diésel. Pierdo tiempo y dinero. Ya mis contratos de fletes son menores y el volumen de carga también ha bajado”, se lamenta David, que junto a su hijo, menor de tres años, trata de pasar las horas escuchando algunos temas de su natal Quillacollo.

La paciencia de José está por “reventar”.  El micro de la línea 10 que todos los días debe estar “fuleado” todas las noches queda parqueado en el surtidor de la Paraguá, casi tercer anillo.

“Tanta es la falta de diésel que nuestro sindicado no puede ayudarnos a conseguir el combustible. Así que nosotros debemos ir surtidor por surtidor hasta pillar que uno tenga diésel. Luego debemos salir a trabajar temprano, pero muchos estamos optando por salir a la tarde y dejar de trabajar antes de las nueve de la noche para luego ir hacer fila”, contó José.

Para don Zenón, de continuar esta situación va a tener que cambiar de trabajo. “El cuero no da más para seguir jalando. Mi pequeña empresa de transporte de mudanzas está por cerrar. Tengo tres camiones medianos que no pueden trabajar al cien por ciento por no tener combustible. Hay contratos que no podemos cumplir”, observó.

En el surtidor del kilómetro 6 de La Guardia, Antonio Romero cada dos días debe realizar filas, por al menos 10 horas. Ya lleva 15 años como chofer y no recuerda tener que estar en este tipo de apuros.

“Te invito a que me acompañes esas diez horas. Es un martirio hacer fila casi todas las noches. Uno se cansa y eso muchas veces no lo toma en cuenta el pasajero que se queja que por las noches no hay micros. Sin combustible ¿qué se puede hacer?”, indicó Romero.

Con poco servicio público

La falta de diésel no solo afecta a los choferes, sino también a los pasajeros que deben volver a sus domicilios luego de su jornada laboral.

Es en la zona de la exterminal, a partir de las 22:00 la frecuencia de los micros es menor, por lo que las personas deben esperar más de lo habitual o viajar colgados debido a la poca cantidad de motorizados.