Mañana jueves se cumplen 50 días desde que se conoció el último dato sobre la evolución de las Reservas Internacionales Netas (RIN), un informe que se emitía en promedio cada 15 días

29 de marzo de 2023, 19:11 PM
29 de marzo de 2023, 19:11 PM

La exención temporal del encaje legal, la venta directa de dólares implementada por el Banco Central de Bolivia (BCB) y el cambio los derechos especiales de giro (DEG) de las reservas internacionales netas (RIN) por divisas no han sido suficientes para dar solución a la escasez de la moneda estadounidense en el mercado, según economistas.

Este escenario se consolidó, indican, luego de que el ente emisor decidiera ofrecer al sector exportador "un tipo de cambio competitivo" (de Bs 6,95) por cada dólar que vendan a la institución, lo que causó un remezón en el mercado cambiario.

“Lamentablemente, se ha consolidado un periodo de desconfianza en el manejo de la economía boliviana”, lo que ha ocasionado que cada vez más gente busque seguridad en la tenencia de dólares, afirmó Jorge Akamine, presidente del Colegio Nacional de Economistas de Bolivia (Coneb).

“En su afán innecesario de comprar dólares a los exportadores”, el Banco Central envió una “mala señal” al mercado y “agudizó esa desconfianza”, sostuvo.

La actual situación “confirma que estamos ante una crisis de divisas que se agudiza progresivamente”, sostuvo Henry Oporto, director de la Fundación Milenio. “Esto está creando un desabastecimiento de dólares en la economía formal, en el sistema bancario y en el Banco Central, (…) y las medidas que viene implementando el Gobierno de ninguna manera han sido suficientes para controlar esta crisis", agregó. 

"En el mejor de los casos, son paliativos muy parciales que han causado una enorme incertidumbre en el público en general, que teme por sus ahorros en dólares, y en los agentes económicos, que ahora ya no tienen dólares suficientes para continuar con su ritmo normal de importación. Más bien, parece que estas medidas están agudizando la sangría de dólares", consideró.

En el último capítulo de esta historia, el ente emisor confirmó ayer que decidió repartir fichas con el objetivo de atender de manera eficiente y ordenada la venta directa de la divisa. Las personas que hicieron fila ayer en su edificio indicaron que programaron las entregas desde el 12 de abril para los montos menores a $us 10.000 y desde el 10 de mayo para cantidades mayores a $us 10.000.

La venta directa de dólares por parte del BCB se decidió luego de que la población se enfrentara con dificultades para proveerse de la divisa en el sistema financiero.

Este medio solicitó al Banco Central y a la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) información sobre el estado de la venta de dólares, pero no recibió respuesta hasta el cierre de esta edición.

"La banca está manejando el tema en la medida en que tiene acceso a dólares, pero eso depende esencialmente de las reservas del Banco Central", apuntó Armando Álvarez, ex gerente de la Bolsa Boliviana de valores (BBV).

Desde que se presentó este escenario, Asoban ha mantenido silencio, en tanto que la administración de Luis Arce sostiene que la menor disposición de divisas en el mercado se debe a la especulación y a ataques políticos para desestabilizar la economía. Es más, el ministro de Economía y Fianzas Públicas, Marcelo Montenegro, dijo que la banca debe explicar dónde están los dólares.

Pero la escasez de la moneda estadounidense, a partir de la debilidad de las reservas internacionales netas, ya obligó antes al Gobierno a asumir otras medidas, como la instrucción de que empresas estatales, bancos y fondos de inversión traigan a Bolivia las divisas que tienen en el extranjero.

“La única solución a corto plazo que ahora tiene el Gobierno es entregar los dólares, pero lo que hace con programar (las ventas) para abril y mayo genera mayor desconfianza. Eso va a ocasionar una segunda oleada de alta demanda de dólares y nos va a generar un shock en algún momento que va a derivar en problemas inflación y desempleo. Eso es lo que el Gobierno debe evitar”, alertó Akamine.

“La falta de información lleva a pensar que la sangría de dólares, que tiene origen en las reservas internacionales, se mantiene (…). Eso genera más incertidumbre y alimenta la especulación en el mercado”, agregó Oporto.

Mañana jueves se cumplen 50 días desde que se conoció el último reporte sobre la evolución de las RIN, un informe que se emitía en promedio cada 15 días.

El 2014, las reservas llegaron a $us 15.123 millones, de los que el 84,7% estaban en divisas ($us 13.227 millones), el 10,85% en oro ($us 1.642 millones), el 1,59% en DEG ($us 241 millones) y el 0,08% en posiciones con el Fondo Monetario Internacional ($us 13 millones).

Al 8 de febrero pasado, la suma de estos activos es de $us 3.538 millones, de los que el 73,2% están en oro ($us 2.592 millones), el 15,2% en DEG ($us 229 millones), el 10,51% en divisas ($us 372 millones) y el 0,98% ($us 35 millones) en posiciones con el FMI.

El último informe de la calificadora Fitch Ratings sobre Bolivia pone énfasis en que las RIN y otros fondos soberanos del Estado “ya se ha agotado”.

Es posible que el Banco Central pueda acceder a más divisas pertenecientes a bancos nacionales. Sin embargo, eso ya lo hizo desde 2018, al acceder a $us 3.000 millones del sector a través del programa de intercambio CPVIS (de Crédito Productivo y de Vivienda de Interés Social), "lo que reduce el alcance de la financiación adicional a través de este canal", sostiene.

Entonces, "es poco probable que las medidas destinadas a aumentar las reservas, incluido un tipo de cambio más alto para los exportadores y los planes para comprar oro a través de la Ley del Oro, lo hagan de manera significativa, dado que no abordan los problemas subyacentes de política y confianza", concluye.

 Este es un problema sistémico y cuando un problema tiene estas características no solo va a afectar a las reservas, sino a la estabilidad económica y al sistema financiero”, dijo Akamine.

Para afrontar esta situación, apuntó, solo hay tres medidas a tomar. La primera es que se apruebe la ley para monetizar las reservas de oro, improbable debido al rechazo que hay al proyecto en la propia bancada del partido de Gobierno. La segunda es pedir “auxilio” al FMI, una decisión también política que va a provocar “mayor inestabilidad”, ya que solicitar un préstamo a esta institución “es una mala señala para muchas personas”. La tercera es liberar el tipo de cambio, con sus consiguientes efectos sobre varios indicadores económicos.

“Si se aprueba la ley del oro, vamos a tener un paliativo por seis u ocho meses”, por lo que aquí “hay que buscar una reforma estructural, liberar el tipo de cambio o incrementar las reservas con exportaciones y garantía de que los dólares lleguen a Bolivia”, subrayó Akamine.

Oporto expresó que una eventual aprobación del proyecto de Ley del Oro tampoco será una solución a la actual escasez de dólares, porque la compra de oro será progresiva y la monetización de los lingotes no se hará “de la noche a la mañana” y en una cantidad significativa. “No está claro en cuánto puede aliviar esta situación y cuán sostenibles a futuro pueden ser esas ventas”, expresó.

La Ley del Oro de Producción Nacional destinado al Fortalecimiento de las Reservas Internacionales Netas y la obtención de créditos internacionales son la principal apuesta de la administración de Luis Arce para frenar la caída de las RIN y mantener la oferta de la moneda estadounidense en el mercado.

El 25 de marzo, el ministro Montenegro informó que la Asamblea Legislativa ya aprobó $us 705 millones en créditos externos y que se tiene otros $us 1.800 millones de préstamos aprobados por entidades multilaterales como la CAF, el BID, el banco Mundial, la AFD y JICA, entre otros.

No obstante, precisó Oporto, el alivio que dará la llegada de esos recursos “tampoco será muy significativo”, ya que los montos no son grandes y su desembolso será gradual, y en función de la ejecución de los proyectos a los que están destinados.

Todo esto ocurre en un año que arrancó con un déficit de $us 250 millones en la balanza comercial y en el que el Gobierno enfrenta grandes obligaciones económicas con las RIN, como las importaciones de combustibles y de otros productos indispensables, como los medicamentos, y el pago de la deuda externa (unos $us 920 millones).

¿Hasta qué punto como Estado podemos aguantar esta situación? Ya hemos usado los dólares, los euros y los derechos especiales de giro”, expresó Akamine.

“El panorama actual y el futuro inmediato muestran que va persistir esta situación de escasez de divisas (…) frente a la cual no se vislumbra una solución inmediata y además sostenible”, dijo Oporto.