El Ministerio de Hidrocarburos responsabilizó a la administración de Jeanine Añez de los números rojos del complejo petroquímico

9 de marzo de 2021, 11:17 AM
9 de marzo de 2021, 11:17 AM

En su informe de rendición de cuentas, el Ministerio de Hidrocarburos y Energía reveló que la paralización de la planta de Urea generó al Estado una pérdida económica de 252 millones de dólares.

Según el informe de este ministerio, la Planta de Amoniaco Urea (PAU) está inoperable desde el 07 de noviembre de 2019.  Durante el mes de febrero de 2020, se intentó ponerla en funcionamiento; sin embargo, esta maniobra habría ocasionado daños a los equipos del complejo.

Esto, según el Gobierno, generó un daño económico al Estado, por lo que se inició una serie de procesos contra personeros del Gobierno de Áñez, quienes tendrán que responder por las pérdidas millonarias.

“Adicionalmente, no se realizó la verificación y mantenimiento preventivo de los sistemas de seguridad por más de un año”, indica el informe del ministerio.

Además, durante la gestión 2020 solo se ejecutó el 25% del plan de mantenimiento, 16% de procesos de contratación y 23% de ejecución financiera.

En total, según el Gobierno, la planta sufrió una pérdida de 252 millones de dólares, entre ventas no realizadas y daños a los equipos.

“La paralización de operaciones en la Planta de Amoniaco y Urea generó perjuicios por la interrupción de la producción y el incumplimiento de la programación de ventas del producto tanto en el mercado interno como en el externo, desde noviembre de 2019 hasta diciembre de 2020”, detalla el informe oficial.

No obstante, cuando Jeanine Áñez, subió al poder en medio de las protestas sociales que derivaron en la renuncia del expresidente Evo Morales, bajo denuncias de un supuesto fraude electoral en octubre de 2019, el complejo ya arrastraba problemas.

Incluso desde su funcionamiento nunca operó al 100% de su capacidad. De hecho, en 2018, el exsenador Óscar Ortiz denunció que la planta había parado tres veces por problemas técnicos.

La obra petroquímica tuvo una inversión de $us 960 millones. En noviembre de 2012, Samsung Engineering Co. Ltd. inició la construcción de la obra y el 14 de septiembre de 2017 se inauguró. Tendría una capacidad de producción diaria de 1.600 t de urea.

En enero de 2020, el Gobierno de transición informó, a través de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), que había decidido paralizar las operaciones de la planta de urea por el sobreestocamiento y la falta de mercado.