Las actividades en la Bolsa Boliviana de Valores se mantuvieron a pesar de la pandemia, se volvieron 100% electrónicas y crecieron un 12%. Las nuevas emisiones de valores inscritos llegaron a $us 1.646 millones

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7 de marzo de 2021, 15:49 PM
7 de marzo de 2021, 15:49 PM

Por: Svetlana Salvatierra  

En los dos últimos años, el mercado de valores recibió el impacto de la incertidumbre política en el país y la pandemia por el Covid-19. Los resultados del 2020 muestran un repunte, aunque menor que en 2018, por la negociación con bonos del TGN, DPF y cuotas de participación de fondos cerrados. Ahora que el mercado es electrónico se espera que más empresas, grandes y pequeñas, se financien a través de este mercado que exige formalidad y transparencia.

_¿Cómo cerraron las operaciones en 2020?
La Bolsa Boliviana de Valores (BBV) registró un crecimiento del 12% en comparación con el 2019, alcanzando un monto de $us 13.326 millones en total. En 2018, se negociaron un total de $us17.210 millones, un 34,45% más con respecto a 2017.En el mercado primario (en el que las empresas emiten valores por primera vez) las operaciones registraron un incremento del 54% con respecto a 2019, alcanzando los $us 1.085 millones. 

Y las operaciones en mercado secundario (las operaciones que realizan las Agencias de Bolsa de negociación y cambio de propiedad de valores previamente emitidos como DPF, valores públicos, bonos empresariales, valores de titularización y pagarés bursátiles) registraron un incremento del 9% con respecto a la anterior gestión, alcanzando los $us 12.231 millones.

El monto de nuevas emisiones de valores inscritos en Bolsa creció de $us 1.608 millones registrados en 2019, a $us 1.646 millones en 2020. Recordamos que toda empresa que quiere obtener recursos del mercado de valores debe contactar con una de las 12 Agencias de Bolsa para estructurar y colocar una emisión.

_¿Cuál fue el aporte del mercado electrónico al mercado de valores en la pandemia?
El 2020 fue una gestión muy retadora para el mundo entero, y la BBV asumió grandes desafíos. Nos pusimos al nivel de las bolsas de la región con la implementación de la negociación electrónica para la totalidad de las operaciones que se realizan en el mercado nacional con el sistema de Bolsa Electrónica Smart BBV.

Esto permitió que el mercado esté abierto, funcionando de una manera equitativa y ordenada, manteniendo la transparencia y el acceso de los inversionistas a su dinero sin ningún problema, mientras todo nuestro personal trabaja desde sus casas.

Con la Estrategia de Transformación Digital incorporamos a nuestro portafolio de proyectos varias iniciativas: trabajamos en una cadena de valor transversal con procesos integrados para la entrega de servicios a nuestros clientes. También se perfila la incorporación de la firma digital de clientes y participantes en procesos transversales.

_¿Considera que las empresas pueden generar hoy valor a través de la BBV?
Claro que pueden. Es importante recalcar que el mercado de valores permite a las empresas acceder a financiamiento de sus proyectos en mejores condiciones y dan la oportunidad de mejorar su visibilidad, credibilidad e imagen pública.

Además, ahora pueden ser sostenibles al financiar o refinanciar actividades o proyectos medioambientales o socialmente responsables. Ya sea que la empresa emita acciones o valores de deuda, generan valor para accionistas, proveedores, clientes, y contribuyen a mejorar la economía del país.

La empresa que se convierte en emisora tiene un prestigio e imagen de marca adicional al cotizar en Bolsa. Se vuelve más atractiva ya que su gestión es formal e institucional, cumple todas las normas contables e impositivas del país y proporciona información permanente al público, lo que genera credibilidad y valor ante los inversionistas y otros actores relacionados.

Para posibles inversionistas internacionales demuestra voluntad de ser transparente y da más confiabilidad al análisis de sus inversiones.

_¿Cuáles son los beneficios hoy para los inversionistas?
La Bolsa otorga posibilidades de rentabilidad tanto a corto, como a mediano y largo plazo. Existe una posibilidad de generar rentabilidad para cualquier persona, individuo o empresa, en función de sus recursos y del tiempo que dispone de los mismos. Toda inversión debe hacerse a través de los asesores financieros que son las Agencias de Bolsa.

Las empresas aprendieron que pueden hacer inversiones de corto plazo con sus recursos de caja temporales, lo que se llama gestión de tesorería, para hacer rentables esos recursos aún por cortos períodos de tiempo.

Los rendimientos esperados tienen directa relación con las condiciones del mercado. Las expectativas de grandes rendimientos en el mercado de deuda no son realistas, pues el mercado de valores es altamente competitivo, lo que determina que se obtengan tasas de rendimiento que reflejan casi perfectamente las condiciones de la oferta y la demanda. En situaciones de mucha liquidez en la economía, las tasas tienden a ser bajas, mientras que, en situaciones de escasa liquidez, suben. Normalmente, los rendimientos que pueden obtenerse son mayores a los que un inversionista puede conseguir en alternativas tradicionales de ahorro en una entidad de intermediación financiera.

La rentabilidad de los valores va de la mano del plazo, de la moneda y del riesgo. Por ejemplo, un pagaré bursátil con una buena calificación de riesgo, que indica un bajo riesgo de no recuperar el dinero invertido, se negociará a una tasa de interés relativamente baja, pues el plazo es muy corto (un año o menos) y el riesgo es bajo. Un bono corporativo a ocho años, en contraparte y con una calificación de riesgo relativamente más baja, se negociará a una tasa de interés más alta. En cuanto a la moneda, las tasas para valores emitidos en moneda nacional son diferentes a la de los dólares y a la UFV.