Su abuelo fue don Gaby Dabdoub, a quien acompañó a sus eventos carnavaleros desde muy joven. Su padre es Miguel Antelo y su madre Medul Dabdoub

El Deber logo
24 de febrero de 2019, 5:00 AM
24 de febrero de 2019, 5:00 AM

Tiene 33 años y es gerente de Mersur, una de las agencias de despachantes de aduana más importantes del país. También acaba de ser elegido tesorero de la nueva directiva de la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz y es director accionista de Grupo Nacional Vida. Jean Pierre Antelo Dabdoub desayunó con EL DEBER en una mesa especial que habilitó el personal del hotel Los Tajibos, cerca de su espléndida piscina.

espléndida piscina. Estudió hasta sexto de primaria en el Colegio Americano. Enseguida pasó al Franco Boliviano, en el que salió bachiller de la promoción 2003. Ingresó a estudiar administración de empresas en la universidad de Florida. “Se abrió una especialización en creación de empresas, que me pareció interesante. Siempre me han gustado los negocios. En el colegio mi fortaleza siempre fueron los números. No me gustaba mucho la física, pero las matemáticas sí”.

Su abuelo fue don Gaby Dabdoub, a quien acompañó a sus eventos carnavaleros desde muy joven. Su padre es Miguel Antelo y su madre Medul Dabdoub. Su hermano mayor, Jean Paul Antelo, de 39 años, vive en Miami y estudió Finanzas en EEUU. Su hermana Stephanie, de 32 años, estudió relaciones internacionales en la Universidad de Palermo y la menor estudia Derecho en Santa Cruz.

Jean Pierre Antelo Dabdoub, el millennial que comanda la mayor agencia aduanera | Foto: Hernán Virgo

Recuerda que en sus vacaciones trabajaba en la empresa de su padre. En las navidades él lo llevaba a vender en el macromercado Piraí, que era de su propiedad. “Era el único vendedor que abría los juguetes para mostrárselos a los padres. Todo el mundo quería comprar conmigo. Durante la etapa universitaria aproveché un intercambio y me fui seis meses a vivir a París. Luego volví a Florida para terminar mi carrera. Cuando estaba por emplearme en Estados Unidos recibí una invitación a un curso de investigación sobre uso de satélites para ver el tema de agua en África. Me fui durante tres meses y sacamos varias publicaciones. Tenemos un artículo sobre biotecnología y el uso de seguridad y otro sobre el uso de satélites en África para proveer de agua, pero mi pasión está en los negocios”.

Una empresa familiar de 40 años

Mersur es una compañía familiar de cuatro décadas, con una cartera de clientes y un liderazgo nacional. La ley del sector del año pasado ha permitido mayor estabilidad. “Cuando estaba en Estados Unidos mi padre me pidió venir para ayudar en gestión de calidad. Empecé formalmente en la agencia como encargado de gestión de calidad. Fue una de las primeras con una ISO 9001, enfocada al servicio al cliente y a la estandarización de nuestro servicio. Luego de 5 años asumí la gerencia administrativa y, cuando mi padre volvió a Oriente Petrolero, me pidió que asuma la gerencia general. Mi hermana Stephanie ve la parte administrativa y el servicio atención al cliente”.

Cuando llegó hace 10 años eran 20 personas y ahora tienen más de 50 en la agencia. “Lo fuerte es el servicio técnico de asesoramiento en la logística. Un error en el documento puede generar pérdidas cuantiosas. Después vienen los servicios conexos de logística, asesoramiento y contratación de seguros, contratación de transporte, distribución local e internacional”.

Hasta hace dos años solo había 80 agencias y un cambio normativo hizo entrar a 100 nuevas agencias al mercado. “Hemos podido seguir liderando este mercado por la reputación, la responsabilidad y la atención al servicio”.

El principal problema que afecta al sector es el contrabando, porque la mercadería no pasa por un agente aduanero. Hay bastante informalidad, nosotros ayudamos a que se formalicen las empresas. El método de control del contrabando ya queda obsoleto. La represión y las intervenciones son modelos antiguos de presión. Hay que buscar que las empresas se formalicen y premiarlas. Debe haber incentivos tributarios a las empresas que deciden hacer las cosas correctas. En otros países tenemos gravámenes arancelarios bastante altos para productos muy sensibles al contrabando, como línea blanca, computación”.

Sobre el movimiento económico en Bolivia, dice que va ligado al entorno político. “De todas maneras, este año pasado las importaciones han sido las segundas más alta de los últimos 10 años. En 2014 ha sido el pico más alto, con casi 10.000 millones de dólares. En diciembre último hemos cerrado con 9.900 millones. El dólar es muy fuerte y es fácil para un empresario salir afuera a comprar productos”.

A principios de año su empresa recibió la buena noticia de ser certificada con el programa del operador económico autorizado, un aval que solo tienen 30 empresas del país en los sectores de despachantes, importadores y transportistas.

Es una certificación internacional que lanzó la Organización Mundial de Aduanas y que nos permite abrir oficinas a escala nacional. Estamos abriendo oficinas en todo el eje troncal. Vamos a tener atención las 24 horas en todas las fronteras del país.

Antes la agencia solo podía operar donde tenía su jurisdicción, o sea en Santa Cruz. “Ahora con esta certificación puedo ofrecer a mis clientes los despachos donde la demanda lo diga. Si la logística demanda que hay que nacionalizar en Tambo Quemado, en Yacuiba, en Puerto Suárez, vamos a estar ahí para la nacionalización. Implica ser más livianos y con oficinas móviles”.

Sobre el gobierno de su empresa, explica que cuenta con un consejo familiar y cuatro gerentes. “Los miércoles hacemos un comité ejecutivo y analizamos todas las temáticas y los puntos que hemos dejado en las anteriores reuniones. La planificación estratégica la realizamos mensualmente”.

Dice que le gusta liderar enseñando. “No me gusta mandar, me gusta primero hacerlo para saber qué se puede hacer y luego enseñarlo para que se continúe. Me gusta enseñar a que se tomen decisiones”. Sobre su faceta de líder gremial, comenta que asumió como director alterno de la Cainco por invitación de Luis Barbery, a sus 28 años, y ha entrado al sexto año de gestión.

Ahora es además líder de un grupo de millennials, que son jóvenes a cargo de empresas familiares Su deseo para el futuro es crear empresas. “Creo en la diversificación. Estamos planificando una inversión en almacenaje”.

Se casó hace 4 años con Sofía Justiniano y se han estrenado como padres hace 9 meses, con su bebé Sofía Carlota. Su cónyuge es una administradora de empresas que estudió en Nueva York. Su jornada laboral empieza a las 8 de la mañana, ve muy rápidamente las noticias en el celular, excepto los martes y los domingos que lo hace en físico.

Desayuno. Jean Pierre Antelo con Tuffí Aré, director periodístico de EL DEBER | Foto: Hernán Virgo

Desayuna todos los días con su padre 15 minutos en la oficina. Le gusta nadar en su casa y el fútbol. “Tengo bastantes grupos de amigos en Santa Cruz. Tenemos la fraternidad Los Gatos los jueves, tengo otra que son Los Patricios. Los fines de semana los disfruto con mi familia”.

En música disfruta de los clásicos y viajará al concierto de Roberto Carlos en Miami. Le gusta la comida japonesa y la peruana. “Me gusta conocer el mundo. El año pasado con mi esposa estuvimos en Egipto, Jordania, Israel, Tierra Santa. Tratamos de aprovechar un par de vacaciones al año. Europa es lo ideal”

Es hincha de Oriente Petrolero, club del que su padre, Miguel Antelo, ha sido dirigente unos 30 a 40 años.