Transgénicos. El presidente del Colegio de Agrónomos de Bolivia considera que el país está rezagado con 18 años de biotecnología. Asegura que el Gobierno debe normar y brindar seguridad para atraer inversiones.

28 de enero de 2024, 15:38 PM
28 de enero de 2024, 15:38 PM

El 6 de enero, el presidente Luis Arce anunció que el Gobierno tiene una “hoja de ruta” para implementar la biotecnología en Bolivia, para no depender de semillas transgénicas e insumos importados. A raíz de ello, el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Bolivia realizó un análisis y manifestó su satisfacción por el anuncio, que tendría un alto costo para el Estado si no considera la participación privada.

 ¿Cuál sería el primer paso para la implementación de la biotecnología para alimentos en Bolivia?

Hace pocos días tuvimos un conversatorio entre expertos y empresas trasnacionales, en el cual se manifestaron muchas inquietudes. Una de ellas es que tiene que resolverse el tema normativo de los materiales (semillas). En estos casos, los eventos transgénicos que están siendo cultivados por los productores en nuestro medio, soya, maíz o algodón, están siendo sembrados sin ser aprobados legalmente para su uso y siembra.

¿Hay ilegalidad?

Existe ilegalidad. Si hacemos una evaluación de las semillas certificadas que se producen en nuestro medio, solo llegan hasta un 25%. Si a eso le sumamos que hay más o menos un 25% más de semillas de uso propio, el resto consideramos que puede ser ilegal. La producción local de semillas es muy baja y gran parte de esos materiales procede de cruzamientos con materiales transgénicos que ingresan al país de contrabando.

¿Se ha estimado cuánto tendría que invertirse para sacar un primer material con biotecnología propia?

Si conseguimos identificar un gen que nos interese para poder colocarlo en algún cultivo, va a llevar alrededor de 15 años y más o menos eso va a erogar un gasto de unos 100 millones de dólares, aproximadamente. Estamos hablando de un proceso demasiado largo y los agricultores no van a estar esperando ese tiempo.

Estamos ante una situación en la que, como país, debemos tener la flexibilidad de poder normar los eventos que existen en nuestro medio, más que todo regularizarlos para que todos puedan tener acceso a esos materiales.

 ¿En qué consiste un evento transgénico?

Es la utilización de un gen, de un organismo vivo, que es colocado en otra especie y que manifiesta ciertas características que no tenía anteriormente. Por ejemplo, si un cultivo no era tolerante a la sequía y se le introduce un gen de una planta que tolera la sequía, la nueva planta adquiere la resistencia a la falta de agua. Esa es la transgénesis.

Pero le comento algo, eso ya es una novela muy vieja, porque existen eventos nuevos como la edición génica que ya no requiere la transferencia de un gen, sino que, dentro de la misma planta, los genes son manipulados para poder activar algunas características deseables dentro de ellos. Es decir, se descubren cuáles genes en realidad están apagados y se activan.

¿Cuál sería el segundo paso que se identificó?

Dotar de infraestructura, montar centros de investigación con laboratorios que estén preparados para desarrollar ese tipo de biotecnología. Formar recursos humanos, eso no se consigue de la noche a la mañana, es un proceso.

Hoy los cultivos estratégicos para el país son soya, maíz, algodón, trigo, sorgo y, sobre esos cultivos, hay que generar una investigación si realmente nos interesa desarrollarnos como país y poder garantizar la seguridad alimentaria.

El gobierno no mencionó al sector privado en su agenda. ¿Ustedes están dispuestos a cooperar con el proyecto?

Como le comenté, necesitamos implementar buenos laboratorios y eso requiere de mucha plata. Por ejemplo, el INIAF (Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal) tiene un presupuesto de 3 millones de dólares anual, que no le alcanza para nada. Olvidémonos de que con ese presupuesto va a poder hacer algo de investigación.

En el conversatorio estaban prácticamente todas las empresas transnacionales que hacen investigación, como Bayer, Syngenta, BASF o Corteva, y todos ellos manifestaron de que estaban dispuestos a apoyar en el tema de biotecnología en nuestro país.

Como Colegio de Agrónomos estamos dispuestos a ser interlocutores. El ministro de Desarrollo Rural y Tierras, cuando nos visitó, indicó que necesitaba del sector profesional para poder avanzar con estos temas, nos invitó y estamos esperando la carta oficial.

 ¿Cuántos años de retraso tenemos nosotros en relación, a nuestros países vecinos?

Los eventos transgénicos han sido desarrollados desde en el año 1996. En Bolivia hemos hecho uso de un primer evento aprobado (por las instancias de Gobierno) en el año 2006. Llevamos alrededor de 18 años con un solo evento transgénico, mientras que países como Brasil tienen más de 200 eventos aprobados en el mismo periodo de tiempo de ingreso. Y hoy, que nos estamos integrando al Mercosur, vamos a tener que alinearnos, para no estar con mucha desventaja.

¿Qué beneficios para el medio ambiente puede dar la biotecnología?

Muchos. La verdad que se ha satanizado demasiado esto. La biotecnología tiene algunos riesgos, obviamente, si es mal utilizada. Es como tener un machete, lo puede utilizar de la mejor o de la peor manera. Igual con la biotecnología, si usted la usa de la forma adecuada más bien va a redundar en un beneficio para la agricultura, la minería o la medicina y ahí ya entra la parte ética.