CATL es una empresa china que está en el centro de la carrera mundial por almacenar la energía limpia que hará falta para la transición ecológica de Estados Unidos y el resto del mundo.

26 de noviembre de 2024, 22:10 PM
26 de noviembre de 2024, 22:10 PM

 Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) firmó un contrato de servicios con la empresa Hong Kong CBC Investment Limited para la implementación de dos plantas de producción de carbonato de litio grado batería, con tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL), capacidades de 10.000 y 25.000 toneladas anuales, y una inversión de $us 1.030 millones.

"Hoy presentamos el segundo contrato para la producción con CBC Investment Limited, una empresa subsidiaria de CATL, líder mundial en la producción de baterías de litio. Esto demuestra que Bolivia está negociando con los más grandes", afirmó el presidente Luis Arce durante la firma. del acuerdo.

De acuerdo con un reporte de eldiario.es, Contemporary Amperex Technology Co Limited (CATL), una empresa china de la que la mayoría nunca ha oído hablar, está en el centro de la carrera mundial por almacenar la energía limpia que hará falta para la transición ecológica de Estados Unidos y el resto del mundo.

Especialista en el almacenamiento de energía, CATL había pasado desapercibida hasta ahora para la política estadounidense pese a tener entre sus clientes a Tesla, Volkswagen y BMW, y de ser la mayor fabricante de baterías para vehículos eléctricos del mundo, con casi dos quintas partes del mercado global.

En febrero, la empresa estadounidense de energía Duke Energy anunció que eliminaría de manera progresiva el uso de baterías CATL. Duke, que presta servicio a más de 8 millones de clientes, comunicó en ese momento su intención de reemplazar la tecnología de CATL por la de un “proveedor nacional o de un país aliado”.

La decisión llegó después de que varios legisladores expresaran su preocupación por el uso de baterías CATL en Camp Lejeune, una base del Cuerpo de Marines en Carolina del Norte. Duke, que gestiona la infraestructura eléctrica de la base militar, desconectó en diciembre las baterías CATL. 

A los críticos les preocupa que las baterías de CATL alimenten una dependencia tecnológica con China que podría transformarse en una vulnerabilidad si las relaciones entre Washington y Pekín empeoran. También se teme que las subvenciones del gobierno estadounidense para las tecnologías verdes terminen beneficiando a entidades chinas.

En cualquier caso, los expertos coinciden en que no hay una hoja de ruta clara para descarbonizar las calles y carreteras de Estados Unidos sin instalar en los vehículos eléctricos baterías chinas baratas, probablemente de CATL o de BYD, su rival principal (también china).

Según Michael Dunne, fundador de la consultora especializada en vehículos eléctricos Dunne Insights, Estados Unidos lleva “años de retraso en lo que se refiere a baterías, cadenas de suministro de baterías, y minerales críticos; aquí es donde nuestra despensa está vacía”.

En su opinión, aunque en Estados Unidos haya una “sensación de urgencia” por aumentar la capacidad nacional de producción de baterías, alcanzar a China necesitará un plazo de entre cinco y diez años. Según Dunne, este proceso no será lo suficientemente rápido y barato como para lograr el objetivo del presidente Joe Biden: que en 2032 dos de cada tres vehículos nuevos vendidos en EEUU sean eléctricos.

 “Nos preocupa mucho que China tenga capacidad de control sobre nuestra industria en EEUU, incluso ahora que estamos desarrollando este impresionante pilar de fabricación” dijo la secretaria de Energía de EEUU, Jennifer Granholm.

Pero Granholm también reconoció la necesidad de “entender lo importante que es que la gente adquiera vehículos eléctricos de manera asequible”. Un objetivo que según los expertos no se podrá alcanzar en el mercado actual sin usar las baterías de China.