Un experto habló con el periódico estadounidense sobre los vinos bolivianos. Aunque los considera de altísima calidad, ve que la producción aún es limitada y eso impide que despeguen a nivel mundial

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27 de septiembre de 2018, 7:31 AM
27 de septiembre de 2018, 7:31 AM

"Durante un viaje a Bolivia en marzo, el experto holandés en vinos Cees van Casteren realizó una cata a ciegas de vinos tannat provenientes de todo el mundo. Como era de esperarse, el ganador fue La Tyre, de Chateau Montus en Madiran, la región francesa que se especializa en esos vinos tintos.

Sin embargo, un vino boliviano, Único de Campos de Solana, obtuvo el segundo lugar. Se vende en las tiendas de Tarija por una décima parte del precio de 150 dólares de La Tyre", así inicia el reportaje que el reconocido periódico estadounidense The New York Times hace sobre los vinos bolivianos, en los que destaca la producción de bodegas como Campos de Solana, Aranjuez, Cepas de Fuego, Tierra Roja, Los Bauguales o Uvairenda.

Una bodega en Aranjuez, especializada en la uva tannat en Tarija | Foto: NYT

La cuna espiritual del vino

El diario estadounidense califica al valle de los Cintis como "la cuna espiritual de la producción de vino tradicional a pequeña escala" y es que existen viñedos de hasta 250 años de antigüedad que crecen enredadas con pirules y chañares. "Los españoles usaron este sistema para proteger a las uvas del sol y las enfermedades, pero ha desaparecido en el resto del mundo", según comentó Van Casteren.

En Cepas de Fuego, Weymar Ríos Cavero, todavía elabora vino casi de la misma forma en que lo hacían su padre y abuelo: mezcla fertilizante a mano para obtener una combinación natural que rocía para prevenir enfermedades.

Los más jóvenes aportan nuevas perspectivas; al enólogo de cuarta generación Marcelo Vacaflores, de 31 años, y a su padre les ha tomado quince años revitalizar el viñedo de la familia. También está la familia del autodidacta Christian Villamor, quien inició Tierra Roja haciendo vino en su habitación. Aunque murió en 2016 a los 37 años, la familia continuó con los métodos biodinámicos del viñedo y ha plantado nuevas viñas de vicchoqueña, parecida al Pinot Noir.

Una de las botellas de la bodega Tierra Roja, producido en Villa Abecia 

Buenos pero limitados

El artículo destaca los vinos bolivianos como de alta calidad pero aún desconocidos internacionalmente. Sin embargo, Van Casteren manifestó que esto está cambiando y que habrá más interés en la producción boliviana en los próximos meses. Sin embargo, advierte que su alcance es limitado.

"Los viñedos de Bolivia solo equivalen a alrededor del 1,5 por ciento de las más de 200.000 hectáreas en la nación vecina, Argentina —el sexto productor más grande del mundo—, y la producción anual de Bolivia de 8,3 millones de litros es minúscula en comparación con los 25.000 millones de litros mundiales".