El gerente general de Nibol describe cómo su empresa logró atender la demanda de vehículos livianos, camiones y maquinaria para la construcción y la agroindustria

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28 de julio de 2019, 15:01 PM
28 de julio de 2019, 15:01 PM

Desde muy joven, Carlos Paz Gvozdanovic soñaba con formar una empresa, pero le faltaba el capital. A través de su madre consiguió un préstamo de 4.000 dólares, viajó al exterior y volvió cargado de gafas Ray-Ban, lapiceros Parker y las ilusiones de venderlos. Tuvo éxito total. Con el crédito pagado y el capital ganado, Carlos Paz estaba listo para incursionar en el mundo automotriz, su verdadera pasión.

A los 20 años cumplió su sueño creando la empresa CarPaz Ltda., que comercializaba vehículos de diversas marcas adquiridos en Iquique. Una rápida rotación de inventario le permitió capitalizarse aún más y comenzar a pensar en una marca única que le diera prestigio y exclusividad. “Me apasioné por Nissan, me gustaban sus modelos, veía en la marca un potencial inmenso para Bolivia”, recuerda Paz.

Bajo esa visión nació Nibol Ltda. Corría el año 1985 y el joven empresario asumía la gerencia general con el anhelo de avanzar paso a paso hacia nuevos emprendimientos.

En todos los sectores

“Comenzamos con vehículos; y cuando nos sentimos con la capacidad de dar un paso, incursionamos en camiones, y así hasta llegar a maquinaria”, dice Paz. “Estamos con un modelo de empresa con el cual participamos en todos los sectores de la economía”.

De hecho, Nibol, además de los Nissan para la familia y el trabajo, ahora representa a las marcas UD Trucks, Volvo y Mack en camiones; a John Deere en maquinaria pesada para la construcción y la agricultura; y, recientemente, a la alemana Wirtgen, que produce equipos para construcción vial.

Paz se enorgullece de sus marcas. Señala, por ejemplo, que en Bolivia se emplea la palabra Volvo como sinónimo de fuerza y tamaño; lo mismo sucede con la emblemática Mack en el mercado estadounidense; John Deere es líder mundial con su línea verde para el agro y ya se consolida con su línea amarilla para la construcción; y Wirtgen goza de similar reconocimiento en trabajos de compactación de suelos, nivelación y extendido de pavimentos rígidos y flexibles.

Por lo general, estas prestigiosas firmas exigen que sus concesionarios lleven sus marcas de manera exclusiva, algo que obligó al ejecutivo a tener que convencerlas de que su modelo de negocios era el acertado.

“La sinergia entre las marcas es el modelo perfecto”, afirma Carlos. Se refiere a que los clientes que ya poseen un vehículo liviano para la familia, vuelven a indagar sobre las opciones que existen para sus respectivos campos de trabajo. Transportistas, constructores, ingenieros viales, planificadores urbanos, agricultores y ganaderos pueden recibir el asesoramiento en un mismo lugar.

Paz reconoce que el cliente es cada vez más exigente, y que, por tanto, su empresa debe contar con procesos de mejora continua. En los agronegocios, por ejemplo, Nibol implementa un centro de demostración para darle al cliente una experiencia que le sirva de guía para tomar decisiones.

Prueba de la dedicación de Nibol a sus variadas marcas, es que la firma John Deere le ha otorgado la distinción de “dealer de clase mundial”, un reconocimiento que solo ha hecho a cinco distribuidores regionales.

La clave: servicios posventa

En la jerga automotriz se dice que el primer vehículo de un cliente lo vende el equipo comercial; el segundo y los demás los vende el servicio posventa de la empresa. Ese concepto es una máxima para el gerente de Nibol.

Carlos Paz menciona que los transportistas pueden bajar una aplicación que les permite tener asistencia mecánica ‘24/7’ en todo el territorio nacional. Así, el chofer ya no necesita llamar al propietario para decirle que ha tenido un percance en Patacamaya, ejemplifica.

Los más de 500 trabajadores de Nibol entienden la vocación de servicio de la empresa, y Paz destaca su vigor y energía. “Me encanta trabajar con gente joven; son creativos, pero hay que estimular esa creatividad. Les propongo un plan y les pido que ya vengan con propuestas; juntos vamos dando forma a los pasos a seguir”, dice.

La especialización también es clave para atender los grandes centros automotrices y las diferentes divisiones y sucursales que tiene la empresa en cinco departamentos del país.

Solo la provisión de repuestos requiere de una logística especial. Paz explica que en su división de repuestos trabajan numerosos analistas que permanentemente están monitoreando el inventario. “Si viene un cliente con una lista de diez repuestos, hay que tenerlos”, asegura.

Paz siempre mantiene un espíritu optimista de cara al futuro. “Si analizamos trimestre a trimestre, es posible que veamos una desaceleración económica, pero si nos fijamos en el último quinquenio, veremos buenos indicadores económicos”, señala.

Él vaticina que hay grandes oportunidades para que su sector siga creciendo, considerando que para 2030, Bolivia llegará a tener 15 millones de habitantes, la mitad de los cuales vivirá en el pujante departamento de Santa Cruz. Todo de la mano de vehículos más eficientes y con mayor automatización.

Perfil

Carlos Paz Gvozdanovic era un inquieto estudiante en sus épocas de colegio (La Salle) y se convirtió en empresario aun siendo muy joven. Hizo su primer capital vendiendo gafas y lapiceros. En 1985 fundó Nibol Ltda, con vehículos livianos. Ha ido sumando camiones y maquinarias. Su portafolio de productos abarca a todos los segmentos. Juega fútbol, va al gimnasio cada mañana a las 6:30; es hincha de Oriente. Viaja con frecuencia para atender a las múltiples marcas que representa. Tiene tres hijos, todos profesionales, que ya trabajan en Nibol.