Hasta abril, según el INE, las exportaciones no tradicionales llegaron a los $us 2.145 millones, y representan el 50% del total de las ventas externas bolivianas. Mientras que las ventas de gas natural, a Brasil y Argentina, llegaron a $us 910,7 millones

29 de junio de 2022, 4:00 AM
29 de junio de 2022, 4:00 AM


Buenas noticias para el comercio exterior de Bolivia. Las exportaciones crecieron un 33,6%, impulsadas por los buenos precios a escala global, pero sobre todo por los buenos resultados obtenidos por el sector no tradicional que aportó con el 50% de las ventas externas del país, desplazando incluso a los hidrocarburos.

En total, las exportaciones nacionales llegaron a $us 4.241 millones en el primer cuatrimestre de 2022. De esta cantidad, el sector no tradicional aportó con $us 2.145 millones, señala el último reporte publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Si bien las exportaciones de hidrocarburos crecieron en un 33,7%, llegando a los $us 910,7 millones. No obstante, los buenos resultados se deben al factor precio y no así al volumen, explicaron especialistas consultados por EL DEBER.

Soya y oro, los pilares

Entre las ventas no tradicionales destacan las exportaciones de oro metálico, que llegaron a los $us 821,4 millones, mientras que los productos derivados de la soya sumaron otros $us 544,5 millones. Por su parte, las ventas de estaño metálico llegaron a los $us 264,9 millones. 

Otros segmentos que destacan en las exportaciones son las ventas generadas por el sector agrícola. Por ejemplo, la comercialización externa de la castaña creció un 45,4%. Mientras que las exportaciones de sésamo (ajonjolí) subieron un 43,1% y la de bananas en 29,9%, señala el INE. 

“El incremento de las exportaciones en la actividad de la industria manufacturera, también se explica por las exportaciones que corresponden a la urea granulada, cuyo valor llegó a $us 71,2 millones”, señaló el INE.

El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, explicó que sin tomar en cuenta las ventas externas de oro metálico, las exportaciones no tradicionales representan aproximadamente un 27% del total.
Señaló que desde el 2019 el sector no tradicional está cobrando más relevancia; primero por el incremento de los volúmenes exportados y por el aumento de precios en el mercado global de los granos, como la soya.

“Hay una mejora de las exportaciones no tradicionales, contrario a lo que pasa en el sector de hidrocarburos. Ahora, 27 de cada 100 dólares que ingresan (por exportaciones) son generados por los productos agrícolas, pecuarios, agroindustriales, madereros, manufactureros y artesanales”, dijo.

Sostuvo que el crecimiento no se da solo por el factor precio. Calculó que el valor de las exportaciones no tradicionales creció un 48% con respecto a abril del año pasado, pero el volumen exportado se disparó en un 44%.

“¿Qué significa esto?, que hay un mayor esfuerzo productivo. Y esto implica un mayor movimiento de economía y generación de empleos. Los dólares que estamos perdiendo en el sector no tradicional tienen que compensarse de alguna forma”, dijo y señaló que incluso las exportaciones este año tendrían un ingreso extra de $us 1.000 millones si en el país permitieran usar más semillas con biotecnología en cultivos como la soya. 

Por su parte, el economista Germán Molina, sostuvo que ante el agotamiento de los yacimientos de gas natural el sector no tradicional puede ayudar a repuntar el comercio exterior nacional.

Lamentó que pese a los buenos precios a escala global los países no tengan más volúmenes de gas natural para poder incrementar mucho más sus ingresos.

“Nos beneficiaríamos más si tuviéramos más reservas de gas. Por ejemplo, a Argentina no le entregaríamos menos de lo que requiere por invierno”, señaló Molina.

La anterior semana, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, admitió un incremento considerable de las importaciones de combustibles, que incluso superan a las exportaciones de gas natural, pero aseguró que es temporal y que desde la estatal están trabajando en un plan para reducir las compras externas y aumentar la producción.